¡De impacto! Preocupante sequía extrema en el oeste de América del Norte no tiene precedentes en más de 500 años

Un nuevo estudio logró comprar la megasequía de finales del siglo XVI con las vividas en el siglo XXI. A continuación los resultados que obtuvieron y los desafíos que enfrenta esta región del planeta respecto a la gestión de sus recursos hídricos.

Carretera seca en el oeste de América del Norte
Al igual que en otras regiones del planeta, Estados Unidos requiere nuevas estrategias para la disponibilidad segura del agua.

El cambio climático antropogénico ha aumentado la frecuencia y la intensidad de los eventos simultáneos de calor y sequía en toda la Tierra.

En un clima cada vez más cálido es de suma relevancia una comprensión integral de los peligros que ello representa para evaluar y planificar los impactos del calentamiento global.

Los fenómenos climáticos individuales pueden tener efectos graves en la agricultura, la infraestructura y los ecosistemas, pero los peligros combinados pueden tener consecuencias intensificadas como un "efecto dominó".

Como en muchas regiones del mundo, tanto los registros instrumentales como la información basada en modelos numéricos, establecen tendencias de temperatura significativamente crecientes para el oeste de América del Norte. Asimismo se ha documentado un aumento de los eventos de calor extremo y sequía durante los siglos XX y XXI.

Es por ello que en el estudio publicado por Science Advances utilizaron una red de datos extraído de los anillos de los árboles en todo el área oeste de América del Norte y con ello desarrollaron el Atlas de Temperatura del Oeste de América del Norte.

Una reconstrucción que permite comparar las megasequías del siglo XVI con las condiciones actuales

La reconstrucción revela hallazgos importantes sobre la influencia de las temperaturas de verano en la ocurrencia de sequías pasadas notables en esta región del planeta.

Por ejemplo la megasequía de finales del siglo XVI puede ser comparable a la megasequía moderna del suroeste de Estados Unidos en términos de gravedad, pero nuestros resultados indican que el evento anterior no fue una sequía análoga a la megasequía de principios del siglo XXI, señala el equipo de investigación.

La sequía más reciente se ve exacerbada por las altas temperaturas que superan sustancialmente las de finales del siglo XVI.

Además se ha establecido desde hace mucho tiempo que los déficits de precipitación durante las megasequías del oeste de América del Norte del último milenio son impulsados por la variabilidad de la temperatura superficial del mar (TSM).

Temperaturas reconstruidas en América del Norte
Expresión gráfica por sector de las temperaturas reconstruidas en todo el oeste de América del Norte desde el año 1553. Fuente: King y colaboradores (2024).

Sin embargo los resultados del estudio sugieren examinar otro factor potencial que puede ayudar a explicar las diferencias entre las temperaturas modernas y las del siglo XVI: el vínculo entre el aumento de la evaporación y los incrementos de temperaturas acelerados antropogénicamente.

Desafíos para las estrategias respecto a la seguridad y disponibilidad de agua en Estados Unidos

La creciente persistencia de la sequía durante los siglos XX y XXI tiene implicaciones importantes para las futuras estrategias regionales de adaptación al cambio climático y para la gestión de los recursos hídricos, particularmente en las regiones históricamente más propensas a estos eventos extremos.

En el área estudiada se ubica el acuífero Ogallala, uno de los más grandes de la Tierra que sustenta casi el 25 % de toda el agua subterránea agrícola irrigada en Estados Unidos.

De manera similar partes de la cuenca del Río Colorado también se destacan históricamente para sufrir sequías severas.

Si bien el futuro de las precipitaciones en esta superficie sigue siendo incierto, las proyecciones de un aumento de las temperaturas plantean un riesgo de intensificación de las sequías e incremento de la inseguridad hídrica.

sequías históricas en América del Norte
Ocurrencia histórica de sequías cálidas y secas en todo el oeste de América del Norte desde el año 1553. Fuente: King y colaboradores (2024).

"Nuestras comparaciones de las condiciones moderanas con análogos históricos sugieren que el cambio climático ya ha alterado los factores de severidad de la sequía en el oeste de América del Norte durante los últimos 500 años", destaca el estudio.

Y como las simulaciones a largo plazo proyectan que el cambio climático aumentará considerablemente la gravedad y la aparición, tanto de sequías como de olas de calor, queda claro que el "secado" antropogénico recién está comenzando.

Referencia de la noticia:

Karen E. King et al.Increasing prevalence of hot drought across western North America since the 16th century. Sci. Adv.10 (2024).