Del viento al océano: investigan si el polvo de Atacama fertiliza la vida marina
Un grupo de la Universidad de Concepción estudia cómo los minerales arrastrados desde el desierto podrían impulsar al fitoplancton, pieza clave en el ciclo del carbono

El viento que levanta polvo en el desierto más árido del mundo podría tener un papel insospechado en las profundidades del Pacífico. Esa conexión invisible entre la tierra seca y el mar fértil es lo que un equipo chileno se propuso descifrar.
A bordo del buque científico AGS-61 Cabo de Hornos, oceanógrafos de la Universidad de Concepción (UdeC) zarparon en agosto para seguir el rastro de esas partículas que viajan desde Atacama hasta el océano.
Su misión es descubrir si los minerales escondidos en el polvo logran estimular la vida más diminuta y, al mismo tiempo, más esencial del mar.
Polvo convertido en nutriente
El primer paso para entender este fenómeno es pensar en el polvo como una especie de abono natural.
El doctor Marcelo Gutiérrez Astete, líder de la investigación, lo explica así: “Buscamos comprobar si estos aportes pueden estimular la productividad primaria del fitoplancton en el norte de Chile, como ocurre en zonas con limitación de micronutrientes”.
Según explica el investigador en un comunicado oficial de la Udec, la comparación con el Sahara resulta inevitable. Allí, el polvo del desierto se ha confirmado como fertilizante natural del Atlántico Norte. Pero en el caso chileno, las respuestas aún están bajo estudio.
Tecnología de punta en alta mar
¿Cómo se puede seguir el efecto de algo tan pequeño como una célula de fitoplancton? La respuesta está en la tecnología.
Durante la expedición, el equipo utilizará el Imaging FlowCytobot (IFCB), un instrumento único en Chile y uno de los pocos en el mundo.
Al monitoreo se suman otras mediciones de temperatura, salinidad y nutrientes del mar. Todo esto permite construir un mapa vivo que conecta la llegada del polvo con los cambios en la comunidad microscópica que sustenta a peces, crustáceos, ballenas y, en última instancia, a nosotros mismos.
Una pieza clave del rompecabezas climático
El fitoplancton, además de alimentar al océano, también ayuda a equilibrar la atmósfera. Según información de instituciones como la NASA, estos organismos microscópicos producen alrededor del 50 % del oxígeno del planeta y son responsables de absorber enormes cantidades de dióxido de carbono.

Si el polvo de Atacama resulta ser un fertilizante eficaz, podría tener dos consecuencias relevantes: explicar la extraordinaria productividad del mar chileno y aportar pistas sobre cómo la naturaleza regula el carbono a escala global.
De la aridez del Atacama al vaivén del Pacífico, esta investigación sigue el rastro de granos diminutos que, al llegar al mar, podrían alimentar la base de toda la vida oceánica.
Esta historia, donde el viento hace de puente entre el desierto y el océano, nos recuerda que los ecosistemas más lejanos pueden estar más conectados de lo que pensamos.
Referencias de la noticia
UdeC. (2025). Investigación UdeC estudiará efecto fertilizador del polvo del desierto de Atacama sobre el fitoplancton marino. Publicado en la sección de noticias del sitio web de la Institución.
Kate D. Ramsayer. (2023). NASA Wants to Identify Phytoplankton Species from Space. Here’s Why. Publicado en el sitio web de la NASA.