Del hielo al pizarrón: el libro chileno que lleva el Continente Blanco a las aulas
Una nueva publicación colaborativa reúne ciencia, docencia y divulgación para integrar la Antártica, los glaciares y el cambio climático en la educación chilena.

En un país cuya silueta se dibuja junto a la puerta de entrada a un continente helado, la Antártica ha sido por décadas un territorio de exploradores y científicos. Sin embargo, una nueva frontera se está abriendo: las aulas escolares.
La misión es llevar su esencia a las salas de clase, transformando a las nuevas generaciones en protectores de este espacio clave para el planeta.
Este esfuerzo colectivo de "antartización" educativa queda plasmado en el libro Educación Antártica en Chile: experiencias, aprendizajes y proyecciones, un texto que recoge más de 40 testimonios y busca consolidar el vínculo entre el sistema educativo y el Continente Blanco.
Un libro para acortar la distancia
Puede parecer un territorio remoto, pero lo que ocurre en la Antártica no se queda en el polo sur. Allí se concentran procesos que influyen directamente en el clima global, como la regulación de corrientes oceánicas y el almacenamiento de enormes masas de hielo.
“El libro busca compartir aprendizajes colectivos y mostrar el creciente interés por fortalecer la presencia de la Antártica en los contenidos escolares”, explica el director del Instituto Milenio BASE, el doctor Elie Poulin, en un comunicado del Instituto Antártico Chileno (INACH).
Antartizando la educación en Chile
Uno de los ejes centrales de la obra es la idea de “antartizar” el país, es decir, integrar la Antártica como parte de la identidad nacional.
Desde el INACH, Andrea Peña y Constanza Jiménez desarrollan un capítulo dedicado al rol histórico de la institución en divulgación y formación ciudadana.

“La publicación de este libro es un hito porque reconoce el trabajo que diversas instituciones hemos realizado para acercar la Antártica a las aulas”, señala Andrea Peña, jefa del Departamento de Comunicaciones y Educación del INACH. “Antartizar Chile es una tarea colectiva”, agrega.
La educación temprana aparece como una herramienta clave. “Cuando niñas, niños y jóvenes entienden la Antártica como parte de su identidad, desarrollan un sentido de pertenencia y responsabilidad hacia este territorio único”, añade Constanza Jiménez, bióloga del Área de Educación Antártica.
El libro que no quiere quedarse en el estante
La proyección de esta iniciativa depende de su capacidad para permear. Su disponibilidad gratuita en línea es el primer paso para democratizar el conocimiento.
Este último punto es crucial. El trabajo busca influir en las políticas públicas educativas, promoviendo que los contenidos antárticos se integren de manera transversal y oficial, como parte del Marco de Educación Integral para la Sostenibilidad y el Cambio Climático (MEISCC) del Ministerio de Educación.
El viaje de la Antártica a las aulas invierte la lógica de la exploración. Ya no se trata de que unos pocos viajen al extremo sur, sino de que el conocimiento de ese extremo viaje y se instale en la mente de millones.
El continente blanco deja de ser una nota al pie de página en el currículum escolar para convertirse en un personaje central de la historia medioambiental y geopolítica de Chile.
Referencias de la noticia
Instituto Milenio BASE. (2025). Educación Antártica en Chile: experiencias, aprendizajes y proyecciones. Libro publicado en la web oficial de la institución.
INACH. (2025). Publican libro sobre educación antártica en Chile. Nota de prensa publicada en la web de la institución.