El enigma del cielo verde durante las tormentas
Se dice que si el cielo se pone verde es porque la formación de un tornado es inminente. Pero la verdad es que no siempre ocurre y hay otros factores detrás de este cambio de color.

Algunas de las imágenes más espectaculares del cielo se producen cuando este se ve verde. No solo el verde nocturno de las auroras boreales, sino el que es posible ver durante algunas tormentas.
Y es que, en muchas ocasiones, este tono verdoso en el cielo funciona como un aviso natural de que la atmósfera está cargada y que una tormenta severa podría estar en camino. Suele ser asociado con los tornados, aunque no es un predictor infalible: no siempre hay un tornado cuando el cielo se pone verde, ni siempre hay un cielo verde cuando hay un tornado.
¿Por qué el cielo se puede ver verde?
El verde en el cielo puede aparecer durante tormentas muy desarrolladas, especialmente aquellas con nubes de gran desarrollo vertical y cargadas de humedad. Este color es el resultado de una interacción entre la luz solar y los elementos presentes en la atmósfera, como el vapor de agua, el hielo y las gotas en suspensión.
A diferencia de lo que ocurre cuando la luz solar se refracta al pasar por gotas de agua y se descompone en los colores del arcoíris, en este caso no se forman todos los colores del espectro. Lo que observamos es principalmente el verde, como resultado de un filtrado selectivo de las longitudes de onda.
El fenómeno detrás de esto es la dispersión de Rayleigh, un proceso responsable de la reducción de las longitudes de onda cortas del espectro visible, es decir, los azules y violetas.
Sky over several cities in US' states of #SouthDakota, #Nebraska and Iowa turned green following a powerful storm. The US' National Weather Service (NWS) said the #storm was a #derecho. It brought powerful winds, with speeds of around 159 kmph in some areas.#Allthattrending #US pic.twitter.com/75bXI6Pthh
— All that trending (@allthatrending) July 7, 2022
Durante una tormenta severa —especialmente al final de la tarde o al principio de la noche— la luz solar debe atravesar una mayor cantidad de atmósfera antes de llegar al observador.
Además, las nubes de tormenta grandes y densas bloquean tanto la luz solar directa como la luz difusa del cielo, lo que significa que la iluminación que se ve bajo la nube proviene de más lejos y ya ha sido modificada por el camino.
Como resultado, los tonos azules se dispersan antes de alcanzar nuestros ojos, dejando paso a otras longitudes de onda. Este proceso es similar al que ocurre durante los atardeceres rojizos.
Sin embargo, en este caso, las moléculas de agua y los cristales de hielo dentro de la nube, también absorben los tonos rojos y anaranjados, lo que deja al verde como la longitud de onda predominante en la luz que finalmente llega al observador.
¿Por qué solo en algunas tormentas aparece este fenómeno?
Hay ciertos ingredientes necesarios para que se dé esta tonalidad: una tormenta madura y profunda, con un cumulonimbos bien desarrollado verticalmente, que alcance altitudes muy elevadas; una fuente de luz solar indirecta, normalmente al atardecer, cuando los rayos del sol viajan a través de una mayor cantidad de atmósfera y sufren más dispersión; y una gran concentración de agua líquida y/o hielo, que absorba y disperse selectivamente la luz.

Cuando todos estos elementos coinciden, el cielo puede teñirse de un verde intenso o de tonos verdosos azulados. Pero si falta alguno de ellos, es muy poco probable que se observe este efecto, aunque la tormenta sea igualmente fuerte o incluso más peligrosa.
Por eso, un cielo verde, aunque puede ser un indicio de condiciones atmosféricas muy inestables y potencialmente peligrosas, no necesariamente es una advertencia de tornado.