El Niño y los ríos atmosféricos en Chile: su relación y efectos en las precipitaciones

Nueva investigación describe cómo durante los años El Niño la zona centro-sur de Chile recibe mucho más vapor de agua gracias a ríos atmosféricos más intensos y duraderos.

Río atmosférico
Vapor de agua (colores) y transporte de vapor de agua (esquemático en flechas) para el evento de río atmosférico del 23 de junio de 2023.

El Niño tiene una influencia en el clima mundial, principalmente en el Océano Pacífico, alterando la distribución de la presión atmosférica, los vientos, la trayectoria de las tormentas y la distribución de una importante variable meteorológica: el vapor de agua.

La importancia del vapor de agua

El vapor de agua es uno de los gases más importantes de la atmósfera, lo respiramos a diario. No se distribuye de manera homogénea, los trópicos tienen mucho más que las zonas polares y es una suerte de combustible para producir precipitación.

La costa de Chile es fría, como probablemente ya han podido comprobar. Esto provoca que el contenido de humedad en la costa (y también en el interior) del país sea bastante bajo. En palabras más técnicas, cuando nos referimos al contenido de humedad, estamos hablando de una variable que llamamos humedad específica, que mide la cantidad de vapor de agua que hay en el ambiente en un momento dado.

No confundir con la humedad relativa, que solo mide la proporción entre aire seco y húmedo y no la cantidad de vapor. Esto es muy importante, porque un ambiente con 100% de humedad relativa puede tener más o menos vapor de agua.

La relación entre la temperatura y el vapor de agua se explica por la ecuación de Clausius-Clapeyron. Esta crucial relación en meteorología explica, por ejemplo, cómo el aumento de la temperatura global favorece una atmósfera con una mayor capacidad de contener vapor de agua y, por lo mismo, producir eventos de precipitación más extremos.

Que en el país haya poco vapor de agua es importante para entender cómo es que llueve en Chile. Para que llueva, el vapor de agua nos tiene que llegar, de alguna forma. No es como, por ejemplo, en países tropicales donde hay mucho vapor de agua que fácilmente es transformado en precipitación.

El viaje del vapor de agua es típicamente desde el Océano Pacífico y por la acción del viento, lo que llamaremos transporte de vapor de agua, por lo tanto, cambios en el Océano Pacífico provocados por El Niño terminan repercutiendo en el clima de Chile.

Climatología de temperatura y vapor de agua
Valores climatológicos anuales de temperatura (izquierda) y vapor de agua (derecha). Notar las similitudes en la distribución de ambas variables. Fuente: Climate Reanalizer.

Cuando el vapor de agua se transporta de manera organizada, junto a un sistema frontal, estamos hablando de un río atmosférico. Un verdadero torrente de vapor de agua que viaja desde latitudes tropicales hacia los extratrópicos que al impactar con la orografía provoca intensas precipitaciones. Un ejemplo se muestra en la primera imagen de esta nota, con el río atmosférico que afectó en junio al centro-sur de Chile.

El Niño y el transporte de humedad

Durante los años El Niño, la temperatura del Pacífico aumenta y, por lo tanto, también lo hace el contenido de humedad. Además, como la diferencia de temperatura entre los trópicos y los polos aumenta, se incrementan los vientos del oeste; o lo que conocemos como corriente en chorro (jet subtropical). Estos dos elementos provocan que el transporte de humedad desde el Océano Pacífico hacia Sudamérica se incremente de manera significativa en años El Niño.

Pero aún más importante es que las anomalías de circulación en años El Niño, favorecen la organización de este transporte de humedad en forma de ríos atmosféricos. Esta es una de las principales conclusiones de un reciente estudio publicado en la revista Geophysical Research: Atmospheres, liderado por investigadores de la Dirección Meteorológica de Chile y la Universidad de Chile.

Esquema El Niño
Esquema conceptual de las principales anomalías descritas en el citado estudio. Una mayor frecuencia de ríos atmosféricos más intensos y de mayor duración favorece un incremento de la precipitación en Chile centro y sur.

En el estudio se discute sobre cómo esta canalización del flujo de humedad favorece que a Chile centro sur lleguen ríos atmosféricos más intensos y duraderos, lo que explicaría la influencia positiva que tiene El Niño sobre las precipitaciones en esa parte de nuestro país.

Curiosamente, la cantidad de ríos atmosféricos que llegan durante los años El Niño no aumenta, sino que su intensidad y duración. Lo que se traduce en una mayor cantidad de días bajo la presencia de precipitaciones.

¿2023 fue un ejemplo de esto?

Al menos parcialmente. Si bien la atmósfera durante el invierno de 2023 no reaccionó como se espera típicamente en un evento El Niño, sí se produjo la canalización del flujo que parece haber permitido los eventos de intensos y extensos ríos atmosféricos que afectaron el centro y sur de Chile durante este invierno, permitiendo revertir los déficits de precipitaciones observados durante los últimos años. Estos eventos son parte de investigaciones en curso que intentarán responder si la influencia de El Niño fue el factor clave en su ocurrencia.

Referencia de la noticia
Campos, D., & Rondanelli, R. ENSO‐Related Precipitation Variability in Central Chile: The Role of Large Scale Moisture Transport. Journal of Geophysical Research: Atmospheres. (2023).