Era un “Frankenstein” herbívoro con garras de T-Rex: el dinosaurio chileno que rompió la evolución

Descubierto en la Patagonia chilena, el Chilesaurus diegosuarezi combinó rasgos de distintos grupos de dinosaurios. Su extraña anatomía obligó a los científicos a replantear cómo evolucionaron estas especies y posicionó a Chile en el mapa de la paleontología.

Réplica del esqueleto de Chilesaurus diegosuarezi.
Réplica del esqueleto de Chilesaurus diegosuarezi, descubierto en la Patagonia chilena y considerado uno de los fósiles más desconcertantes del Jurásico tardío.

Parece una broma de laboratorio, pero es uno de los hallazgos más importantes de la paleontología moderna. Un dinosaurio herbívoro, de cuello largo, cuerpo liviano… y garras curvas dignas de un T-Rex.

Así es Chilesaurus diegosuarezi, el dinosaurio chileno que desordenó por completo el árbol evolutivo y obligó a los científicos a repensar cómo evolucionaron estos gigantes del pasado.

Pata izquierda completamente articulada de Chilesaurus diegosuarezi .
Pata izquierda completamente articulada de Chilesaurus diegosuarezi. Créditos: MNHN.

Su descubrimiento no solo puso a Chile en el mapa paleontológico mundial, sino que además abrió un intenso debate científico: ¿y si los grandes grupos de dinosaurios no evolucionaron como creíamos? El Chilesaurus no encaja en ninguna categoría tradicional, y precisamente ahí radica su importancia.

Un hallazgo inesperado en la Patagonia chilena

La historia comienza en 2004, en la Región de Aysén, en plena Patagonia. Durante una expedición familiar, Diego Suárez, un niño de solo siete años, encontró unos huesos fósiles sobresaliendo de la roca. Lo que parecía un simple hallazgo terminó siendo algo extraordinario.

El Chilesaurus diegosuarezi
El Chilesaurus diegosuarezi fue descrito oficialmente en 2015 y se transformó en un hallazgo clave para la paleontología mundial. Créditos: The Guardian / agencias científicas internacionales.

Tras años de estudio, el fósil fue descrito oficialmente en 2015 en la prestigiosa revista Nature, bajo el nombre Chilesaurus diegosuarezi, en honor al país y a su joven descubridor. Desde entonces, este dinosaurio se convirtió en uno de los ejemplares más estudiados del hemisferio sur.

Vivió hace aproximadamente 145 millones de años, durante el Jurásico tardío, cuando Chile era parte del supercontinente Gondwana.

Un rompecabezas con piezas que no calzan

Lo que hace tan especial al Chilesaurus es su anatomía contradictoria. Sus características parecen sacadas de distintos tipos de dinosaurios, como si alguien hubiera mezclado piezas al azar:

  • Dientes pequeños y planos, típicos de animales herbívoros.
  • Cuello largo, similar al de los sauropodomorfos.
  • Cuerpo liviano y postura bípeda, como los terópodos.
  • Garras grandes y curvadas, muy parecidas a las de los dinosaurios carnívoros.

Este “Frankenstein evolutivo” desconcertó a los científicos, ya que rompía las reglas clásicas que separaban a los dinosaurios herbívoros de los carnívoros.

¿Herbívoro con garras de depredador?

La gran pregunta era inevitable: ¿para qué servían esas garras si no cazaba? Los estudios indican que el Chilesaurus no era carnívoro, sino herbívoro o, a lo sumo, omnívoro ocasional.

Las garras del Chilesaurus no eran para cazar: pudieron servir para defenderse, manipular vegetación o escarbar, una combinación anatómica inédita que obligó a replantear la evolución de las dietas y extremidades en los dinosaurios.

    Este tipo de combinación anatómica no se había visto antes, lo que obligó a los paleontólogos a reconsiderar cómo se especializaron las extremidades y dietas en los dinosaurios.

    Un dinosaurio que cambió los libros de texto

    Inicialmente, el Chilesaurus fue clasificado dentro de los terópodos, el grupo que incluye al T-Rex y a las aves. Sin embargo, estudios posteriores sugirieron algo aún más revolucionario: podría pertenecer a una rama completamente distinta, cercana al origen común de varios grupos de dinosaurios.

    Estudios posteriores incluso han propuesto que Chilesaurus podría pertenecer a una rama temprana distinta, cercana al origen común de varios linajes de dinosaurios.

    En otras palabras, el Chilesaurus mezcla rasgos de linajes que se creían separados, lo que sugiere que la evolución de los dinosaurios fue mucho más compleja y menos lineal de lo que se pensaba.

    Claudio Gómez, director del Museo Nacional de Historia Natural (MNHN); David Rubilar, jefe del Área de Paleontología del MNHN; y Mario Pereira, director de Sernageomin, observan el ejemplar de Chilesaurus diegosuarezi, uno de los hallazgos paleontológicos más relevantes de Chile.
    Claudio Gómez, director del MNHN; David Rubilar, jefe del Área de Paleontología del MNHN; y Mario Pereira, director de Sernageomin, observan el ejemplar de Chilesaurus diegosuarezi.

    Orgullo chileno… y científico. Hoy, Chilesaurus diegosuarezi es considerado uno de los fósiles más importantes descubiertos en Sudamérica. Su historia demuestra que Chile no solo tiene cielos privilegiados para la astronomía, sino también un subsuelo lleno de claves para entender la vida en la Tierra.

    En un mundo donde aún creemos tener respuestas definitivas sobre el pasado, Chilesaurus diegosuarezi nos recuerda que la evolución también sabe sorprender… y que algunas de sus claves están enterradas bajo nuestros pies.

    Referencias de la noticia

    Novas, F. E., et al. (2015). Un enigmático terópodo herbívoro del Jurásico tardío de Chile. Nature.

    MNHN. El Chilesaurus diegosuarezi llega a su hogar definitivo.