Identifican nubes que transportan bacterias resistentes a los medicamentos

Todos sabemos que las nubes son responsables de la lluvia, pero ¿alguna vez imaginaste que pueden transportar bacterias resistentes a los antibióticos a largas distancias? Eso es lo que afirma un nuevo estudio publicado recientemente. Aprende más aquí.

Se han encontrado bacterias resistentes a los antibióticos en las nubes, según un estudio reciente.
Se han encontrado bacterias resistentes a los antibióticos en las nubes, según un estudio reciente.

La nube es un conjunto de minúsculas partículas de agua líquida y/o hielo que se encuentran suspendidas en la atmósfera terrestre. Se clasifican en base a dos criterios: apariencia y altitud; luego, dependiendo de sus características, pueden producir fenómenos atmosféricos como precipitaciones, granizo y nieve.

Pero ahora, un estudio reciente ha identificado otra responsabilidad de las nubes: pueden transportar bacterias resistentes a los antibióticos, incluso a largas distancias. Este descubrimiento fue realizado por investigadores de la Universidad Laval, Quebec, Canadá, y la Universidad de Clermont Auvergne, Francia.

Para el estudio, que se publicó en la revista científica Science of The Total Environment, los autores utilizaron impactores de alto flujo para recolectar, entre septiembre de 2019 y octubre de 2021, muestras de nubes que se forman sobre el Puy de Dôme, un volcán inactivo en el centro Francia. Su hipótesis es que una variedad de genes resistentes a los antibióticos pueden alcanzar la altura de las nubes ubicadas principalmente en la troposfera libre.

Impinger es un tubo de vidrio hecho para la recolección de contaminantes en el aire (gases y vapores). Al usarlo, se bombea un volumen conocido de aire a través de una bomba gravimétrica calibrada por un líquido absorbente específico para el tipo de contaminante evaluado.

¿Cómo observaron los autores este fenómeno?

El equipo recolectó 12 muestras de nubes en una estación de investigación atmosférica, ubicada a 1.465 m sobre el suelo, en la cima del volcán inactivo Puy-de-Dôme ubicado en el Macizo Central de Francia, entre septiembre de 2019 y octubre de 2021.

Resumen gráfico del procedimiento de recogida de muestras de nubes. Adaptado de Rossi et al., 2023.
Resumen gráfico del procedimiento de recogida de muestras de nubes. Adaptado de Rossi et al., 2023.


Luego, los autores buscaron genes resistentes a los antibióticos en las bacterias presentes en estas muestras. El análisis de estas muestras reveló que contenían, en promedio, alrededor de 8000 bacterias por mililitro de agua de nube, con entre el 5% y el 50% de estas bacterias potencialmente vivas y activas.

“Estas bacterias suelen vivir en la superficie de la vegetación o del suelo. Son transportadas por el viento o por las actividades humanas, y algunas ascienden en la atmósfera y participan en la formación de nubes”, explica Florent Rossi, autor principal del estudio, a Agencia France-Presse (AFP).

Una vez incorporados a la atmósfera, estos genes resistentes a los antibióticos se transportan de manera eficiente y sus concentraciones difieren según las fuentes y el origen geográfico de las masas de aire.

Tipos de bacterias resistentes.

Los científicos identificaron una concentración de 29 subtipos de genes bacterianos resistentes a los antibióticos transportados en las nubes, e incluso a largas distancias. Las nubes contenían, en promedio, 20.800 copias de genes de resistencia por mililitro de agua en la nube.

Las nubes oceánicas y las nubes sobre la tierra tienen sus propios genes resistentes a los antibióticos. Por ejemplo, los continentales tienen más genes de resistencia utilizados en la producción animal, explica Florent Rossi.


Con el uso generalizado de antibióticos en la atención médica y la agricultura, este tipo de cepa resistente plantea un “gran desafío para la salud a escala mundial”, señala el estudio. Sin embargo, Rossi sugirió que los riesgos para la salud humana deberían ser bajos, ya que solo la mitad de las bacterias en las nubes podrían estar activas.

“La atmósfera es muy estresante para las bacterias, y la mayoría de lo que encontramos fueron bacterias ambientales, que tienen menos probabilidades de ser dañinas para los humanos. La gente no debe tener miedo de salir bajo la lluvia”, explicó Rossi. añadió.


Hemos visto que las nubes son una vía importante para el transporte de bacterias resistentes en distancias cortas o incluso largas. A los autores también les gustaría poder localizar las fuentes de emisión de estas bacterias para limitar su dispersión. ¡Algo que se estudiará en el futuro!