Pulmones submarinos de nuestro planeta

Tan importante como las grandes masas arbóreas en los continentes, son las grandes masas de fitoplancton en los océanos a la hora de producir el oxígeno que respiramos. Y ambos se ven afectados por efecto del cambio climático.

Bloom de fitoplancton
Proliferación o "bloom" de fitoplancton en zonas someras del océano en respuesta a la alta concentración de nutrientes y aumento de la temperatura.

Cuando nos enseñan por primera vez en el colegio de dónde proviene el oxígeno que respiramos nos cuentan que las plantas captan el dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera para crecer y éstas a su vez emiten oxígeno a la atmósfera a través de la fotosíntesis. Y las zonas del planeta que más aportan a esta actividad son los grandes “pulmones del planeta”, como son el Gran Bosque Boreal, la Amazonía o la Selva del Congo.

Pero lo que no nos cuentan es que dentro del océano se genera la mitad del oxígeno que respiramos. Y el encargado de esta labor es el fitoplancton. Una de cada dos bocanadas de aire que respiras no proviene del aire generado por las plantas, sino que fue generado en el océano.

El fitoplancton son organismos que viven en la superficie del océano, donde penetra la luz, y que a través de la fotosíntesis generan materia orgánica usando el CO2 captado de la atmósfera y agua. Este proceso se conoce como producción primaria.

Pero la producción primaria no se distribuye uniformemente en el océano, sino que presenta gran variabilidad, como acaba de confirmar un estudio publicado recientemente en la revista Remote Sensing. Esta actividad se concentra principalmente en zonas costeras y tiene valores bajos en océano abierto. Además, las variaciones son tanto estacionales como anuales, e incluso se ve afectada por proceso globales como El Niño o la Oscilación del Atlántico Norte (NAO por sus siglas en inglés). En consecuencia, su abundancia depende de la temperatura, cantidad de luz y calidad de nutrientes disponibles en el océano.

El fenómeno del Niño y la NAO tienen efectos similares, uno en el Océano Pacífico y otro en el Océano Atlántico respectivamente.

La producción primaria es tan importante que pequeñas variaciones en ella pueden afectar las concentraciones de CO2 en la atmósfera. Y esta vulnerabilidad se ve reflejada, ahora más que nunca, a través del incremento de temperatura de los océanos provocada por el aumento de emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera. Es por esto que la concentración de fitoplancton debe ser monitoreada constantemente, tanto con mediciones directas como satelitales, las cuales nos dan una visión global más precisa de su comportamiento y respuesta al cambio climático.