¿Cómo se forman los pirocúmulos o nubes flammagenitus?

El ascenso de aire caliente y el humo que generan los grandes incendios forestales culminan en la formación de nubes de desarrollo vertical, conocidas como pirocúmulos, o también como flammagenitus, según la nomenclatura oficial.

Pirocúmulo o nube flammagenitus
Proceso de formación de un pirocúmulo y fenómenos meteorológicos asociados.

Tanto los incendios forestales como las erupciones volcánicas son fenómenos naturales (en el primer caso, muchos de ellos son provocados de forma voluntaria o involuntaria por el hombre) que, cuando alcanzan determinada magnitud, son capaces de generar nubes de desarrollo vertical, de tipo cumuliforme, conocidas como pirocúmulos. En la última edición del Atlas Internacional de Nubes de la OMM (2017), se los empezó a considerar un tipo de nube especial, identificándolas con el nombre flammagenitus.

A diferencia de lo que ocurre con la formación de un Cumulus o Cumulonimbus, donde la fuerte insolación del suelo y la presencia de aire más frío de lo normal en la media y alta troposfera dispara la convección que impulsa el desarrollo nuboso, en el caso de un incendio forestal, es el intenso foco de calor el que genera vigorosas ascendencias de aire muy caliente, mezclado con gases y partículas de humo y cenizas procedentes de la quema de la materia vegetal.

Al ganar altitud esa gigantesca humareda y llegar a niveles atmosféricos donde el ambiente es lo suficientemente frío, el vapor de agua, que en grandes cantidades logra llegar hasta ahí arriba, cambia de estado, se forman gotitas de agua líquida y embriones de hielo y comienza a surgir el pirocúmulo, adoptando su parte superior la forma de una coliflor.

Pirocúmulo
El vapor de agua que acompaña al humo, al alcanzar las capas más altas de la troposfera, puede encontrar aire más frío y cambiar de estado formando gotitas de agua líquida. Así surgen las nubes de tipo cúmulo o cumulonimbo.

Los pirocúmulos generados por los grandes incendios forestales (conocidos como megaincendios) logran alcanzar altitudes superiores a los 11 kilómetros (el nivel de la tropopausa en latitudes medias) y penetrar en la baja estratósfera. Los intensos vientos que soplan en la parte superior de la tropósfera y la inferior de la estratósfera contribuyen a extender el tope nuboso en la horizontal y a transportar las minúsculas partículas de humo a largas distancias. Las grandes dimensiones que llegan a alcanzar algunas de estas nubes convectivas, favorece en su parte alta los procesos de precipitación así como la actividad eléctrica, produciéndose chubascos y rayos en el seno de los propios incendios.

En función del desarrollo vertical que alcancen los pirocúmulos la nube resultante puede ser un Cumulus flammagenitus (desarrollo pequeño o intermedio), un Cumulus congestus flammagenitus (desarrollo grande) o incluso un Cumulonimbus calvus flammagenitus (desarrollo grande y actividad eléctrica). Mientras que en la palabra pirocúmulo, el prefijo piro- tiene su origen en el término griego pyros, que significa “fuego”, en el caso de “flammagenitus”, su significado es “generado por la llama o el fuego”, de ahí que se haya elegido ese nombre para identificar a las nubes generadas tanto por los incendios forestales como por las erupciones volcánicas.

¿Se forman pirocúmulos en Chile?

Si recordamos un poco, la respuesta es si. Tenemos el ejemplo de la erupción del volcán Calbuco en el año 2015, cuando los pirocúmulos se tomaron el protagonismo, ¡con rayos incluidos! La escena llegaba a ser apocalíptica para quienes tuvieron la oportunidad de presenciar tal fenómeno.

Por otra parte, en Chile también se pueden generar pirocúmulos en incendios forestales de gran magnitud. Aunque son menos frecuentes que en Australia o California, es posible observar dichas nubes. Esto tiende a ocurrir en sectores precordilleranos de la zona centro sur del país, debido a la disponibilidad de combustible y la más frecuente ocurrencia de incendios forestales durante el período estival.