¿Son mejores los productos orgánicos? Esta es la respuesta de Harvard

La popularidad de los alimentos orgánicos ha crecido en los últimos años, y muchos consumidores buscan opciones más saludables y sostenibles. Sin embargo, la certificación de estos productos todavía sigue algunos procesos similares a la agricultura convencional.

productos orgánicos siendo cosechados en el campo
El consumo de productos orgánicos aumenta exponencialmente, pero Harvard sostiene que la calidad no sigue el ritmo del consumo.

Con una creciente conciencia sobre la salud y el medio ambiente, muchos consumidores están optando más por alimentos orgánicos. La idea de que los productos orgánicos son más saludables y respetuosos con el medioambiente está profundamente arraigada en la mente de las personas. Sin embargo, una revisión de la evidencia científica disponible arroja nueva luz sobre esta cuestión.

Escepticismo sobre la nutrición y la seguridad alimentaria

Uno de los principales mitos asociados a los productos orgánicos, según un estudio de Harvard, es la suposición de que son más nutritivos y seguros que los alimentos convencionales.

Vale la pena señalar que un estudio francés publicado en 2018 en JAMA Internal Medicine informó que entre 70.000 adultos, aquellos que comían alimentos orgánicos tenían una tasa de cáncer aproximadamente un 25% menor que aquellos que nunca comían alimentos orgánicos.

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Sin embargo, una revisión sistemática de 237 estudios, realizada por el Stanford Health Policy Center, de la Universidad de Stanford, en 2012, concluyó que no existe evidencia muy significativa que demuestre diferencias entre los alimentos orgánicos y convencionales en relación con su valor nutricional o beneficios para la salud.

Además, la prohibición de productos químicos sintéticos en los alimentos orgánicos no se ha traducido efectivamente en una mejora de la seguridad alimentaria en los Estados Unidos de América, por ejemplo. La cuidadosa y rigurosa regulación de los pesticidas utilizados en la agricultura convencional ha reducido significativamente el uso de insecticidas desde 1972, y el lavado de los productos vendidos en los supermercados ha comenzado a eliminar la mayoría de residuos químicos que puedan quedar, pero aún queda un largo camino por recorrer.

Pesticidas: ¿qué tan seguros son nuestros alimentos convencionales?

Una investigación más reciente, realizada por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), en 2021, evaluó pesticidas en más de 10.000 muestras de alimentos en nueve estados americanos. El resultado fue muy sorprendente.

Más del 99% de las muestras mostraron niveles de pesticidas muy por debajo de los límites de tolerancia establecidos por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (US EPA). Estos límites se establecen con gran precaución, ya que sólo 1/100 de la exposición aún no causa toxicidad en animales de laboratorio.

Los investigadores de Ciencias Alimentarias de la Universidad de California afirman que "los beneficios marginales de reducir la exposición humana a los pesticidas en la dieta mediante el consumo de productos orgánicos parecen ser insignificantes".

El lado comercial de los productos orgánicos

La percepción popular de que los productos orgánicos provienen de pequeñas granjas es en gran medida errónea. En realidad, la mayoría de los productos orgánicos hoy en día son producidos por grandes multinacionales, como CONAGRA, H.J. Heinz y Kellogg's. Las cadenas de tiendas más grandes del mercado de alimentos orgánicos incluyen gigantes como Walmart, Costco y Kroger. Sin embargo, menos del 1% del suelo cultivado en Estados Unidos está certificado como orgánico.

En parte, esto se debe al hecho de que la mayoría de los agricultores que operan en el comercio internacional, independientemente del tamaño de sus operaciones, prefieren utilizar fertilizantes nitrogenados producidos sintéticamente, lo que les impide obtener la certificación orgánica.

Vaclav Smil, geógrafo y profesor emérito canadiense, estimó que, sin el uso de fertilizantes obtenidos mediante un proceso de producción de nitrógeno sintético, el 40% de la producción de alimentos que necesita la población actual no habría sido posible.

Además, la producción orgánica generalmente resulta en cantidades menores, lo que implicaría la necesidad de cultivar más para producir la misma cantidad de alimentos y, a su vez, podría resultar en resultados más dañinos para los hábitats naturales y el medioambiente.

Aunque la intuición nos lleva a creer que los alimentos orgánicos, cultivados sin químicos sintéticos, son mejores para la salud y más responsables ecológicamente, existen varias evidencias científicas que invitan a repensar los procesos de producción orgánicos y convencionales y estas conclusiones también se destacan en el artículo para Harvard.

Teniendo en cuenta varias de las evidencias aquí reportadas, no existe, de hecho, ninguna base sólida para afirmar que los alimentos orgánicos sean más nutritivos o seguros. Se trata de repensar los modelos actuales de certificación de productos y lo que realmente es necesario para mejorar la producción orgánica, saludable y sostenible.