¿Son tan extraños los arcoíris dobles?

Más tenue y con los colores invertidos, el arcoíris secundario es un fenómeno tan curioso como hermoso, pero más común de lo que se piensa. No es que estén apareciendo más, solo hay más gente fotografiándolos.

Arcoíris doble
Los arcoíris dobles quizás son difíciles de ver, pero eso no significa que su formación sea inusual.

Después de una lluvia, cuando el Sol se asoma entre las nubes y el aire aún está lleno de humedad, el cielo suele entregar una de las imágenes más sorprendentes de la naturaleza: el arcoíris.

Fenómeno producido por la refracción de la luz solar al entrar en una gota de lluvia, que hace que se separen en un arco los distintos colores que la forman: rojo, naranja, amarillo, verde, azul, índigo y violeta.

Si encontrarse con uno ya es un espectáculo capaz de embelesar a muchas personas, ver un doble arcoíris lo es mucho más. Se dice que es señal de buena suerte y felicidad. Pero sin querer matar la magia, la verdad es que no son tan raros, solo hay que saber cuándo existen más posibilidades de ver uno.

Doble refracción, doble arco

En general, el arcoíris secundario es más ancho que el primario; se forma a unos 8° a 10° por encima y, al igual que un arcoíris simple, tiene siete colores, pero en orden inverso. En el arcoíris primario la secuencia comienza con rojo y termina con violeta, mientras en el secundario es al revés.

Ambos comparten el mismo origen: la interacción entre la luz solar y las gotas de agua. Un arcoíris se forma cuando los rayos del Sol entran en una gota de lluvia y la luz se refracta (cambia de dirección), luego se refleja internamente en la parte posterior de la gota y, finalmente, vuelve a salir, separándose en siete colores. Cada uno corresponde a una longitud de onda diferente.

Esquema arcoíris doble
Esquema de la formación de un arcoíris doble. Fuente: Enciclopedia Britannica Inc.

En cambio, el segundo arco aparece cuando la luz rebota dos veces dentro de la gota antes de salir. Esa doble reflexión hace que el arco sea más débil (más difícil de ver a simple vista)—porque parte de la luz se pierde en cada rebote— y que los colores se vean en orden invertido.

Los mejores tips para verlos

El fenómeno es relativamente común, pero no siempre existen las condiciones que permiten verlo. Primero, debe haber gotas de lluvia, mientras el Sol brilla detrás, condición para que se produzca cualquier tipo de arcoíris.

Pero las gotas deben ser grandes (como las que dejan las lluvias intensas), ya que dispersan mejor la luz. También ayuda que el aire esté limpio y transparente, sin mucha bruma ni polvo. Y más importante, el Sol debe estar bajo en el horizonte, por lo que las primeras horas de la mañana y el atardecer aumentan las probabilidades.

Cuando el Sol está demasiado alto o las gotas son muy pequeñas, el segundo arco no llega a formarse o es tan débil que resulta invisible al ojo humano.

Más allá de su significado cultural, el arcoíris doble nos recuerda que la física de la luz puede transformar algo tan simple como gotas de agua en un espectáculo natural. Y aunque su formación responde a leyes precisas de la óptica, sigue despertando la misma fascinación que en tiempos antiguos.