¿Un regalo del mar? Investigación documenta orcas salvajes ofreciendo comida a humanos
Un estudio internacional documentó más de treinta encuentros en los que estos mamíferos ofrecieron presas a personas en botes, costas o dentro del mar y la ciencia intenta comprender por qué.

En medio del océano, un pez muerto flotaba frente a una embarcación. No lo trajo la corriente ni se cayó de alguna red. Una orca lo había soltado allí, justo delante de un humano, y se quedó esperando. Esa pausa —breve, expectante— fue la clave del misterio.
Durante las últimas dos décadas, al menos 34 encuentros similares fueron registrados en distintas partes del mundo.
En todos, orcas salvajes ofrecieron comida u objetos a personas, sin haber sido provocadas ni entrenadas. Un gesto tan inusual como intrigante, que ahora un grupo de investigación de tres países acaba de analizar en profundidad.
Cerebros grandes, intenciones complejas
Las orcas son las superdepredadoras de los océanos, pero también poseen una vida social compleja, con culturas transmitidas entre generaciones.
Son capaces de enseñar a sus crías técnicas de caza, tienen dialectos vocales distintivos y forman grupos familiares matrilineales duraderos.
“Que compartan alimentos con personas puede reflejar su interés en relacionarse con nosotros”, explica Jared Towers, autor principal del estudio y director de Bay Cetology, una organización canadiense dedicada a la investigación de cetáceos, en un comunicado de prensa.
El estudio publicado en el Journal of Comparative Psychology, analizó eventos ocurridos en cuatro océanos distintos, desde las costas de Noruega hasta la Patagonia argentina.
Dar sin esperar nada a cambio
Las ofrendas incluyeron peces recién cazados, mamíferos marinos, aves, invertebrados y hasta un tiburón y una raya vivos.
Según explica el estudio, en el 97% de los casos, las orcas observaron atentamente lo que hacían los humanos tras el ofrecimiento.
Este comportamiento podría representar una forma de lo que en etología se conoce como altruismo generalizado, es decir, cuando un animal da algo sin recibir un beneficio directo.
Hasta ahora, se creía que esto solo ocurría entre individuos de la misma especie y, en general, entre parientes. Pero las orcas podrían estar empujando ese límite.
Inteligencia marina que desconcierta
Uno de los aspectos más comentados del estudio es su vínculo con la llamada teoría de la mente, conocida como la capacidad de un ser para comprender que otro también tiene pensamientos, deseos e intenciones.

Al respecto, el grupo de investigación explica que, “ofrecer objetos a los humanos podría incluir simultáneamente oportunidades para que las orcas practiquen comportamientos culturales aprendidos, exploren o jueguen y, al hacerlo, aprendan sobre nosotros, nos manipulen o desarrollen relaciones con nosotros”.
Además añaden que esto coincidiría con investigaciones previas que ya apuntaban al alto nivel de encefalización (proporción entre cerebro y cuerpo) de estos animales, comparable al de grandes simios y superior al de muchos mamíferos.
Pero los propios autores del estudio son enfáticos: no debemos romantizar este comportamiento.
Volvamos a la escena del inicio. Una orca deja un pez frente a un humano. No hay palabras, ni lenguaje compartido. Solo un gesto. Pero en ese gesto, la ciencia ha encontrado un nuevo enigma: ¿puede una especie marina intentar comunicarse a través del alimento, como nosotros regalamos flores o chocolates?
Lo que está claro es que, tras millones de años de evolución, las orcas siguen sorprendiéndonos. Y quizás, si aprendemos a observar mejor, también nos estén enseñando algo sobre el propio comportamiento humano.
Referencias de la noticia
- Towers, J. R., Visser, I. N., & Prigollini, V. (2024). Testing the Waters: Attempts by Wild Killer Whales (Orcinus orca) to Provision People (Homo sapiens). Journal of Comparative Psychology.
- Lea Winerman del American Psychological Association. (2025). Killer whales, kind gestures: Orcas offer food to humans in the wild. Nota de prensa publicada en EurekAlert”.