Asados chilenos: tradición, sabor y acompañamientos que unen en estas Fiestas Patrias
Los tipos de asado son tan diversos como el territorio chileno. El asado a la parrilla es quizás el más popular, en tanto, en el sur, el cordero al palo es un verdadero espectáculo.

En Chile, el asado es mucho más que una comida: es una experiencia que reúne a familias y amigos alrededor del fuego.
Durante todo el año, pero especialmente cada septiembre, el humo de las parrillas comienza a impregnar el aire, marcando el inicio de celebraciones llenas de identidad y sabor.
Desde la clásica parrillada con longanizas, anticuchos y costillar, hasta preparaciones más elaboradas como el cordero al palo del sur o la reinvención con opciones vegetarianas y veganas. Lo importante no es sólo lo que se sirve, sino la manera en que se comparte.
Asado a la parrilla
Es el más clásico y popular en Chile, se prepara sobre carbón o leña y suele incluir cortes como lomo vetado, asado de tira, entraña, pollo, longanizas y, por supuesto, los infaltables anticuchos.
Es la opción ideal para reuniones familiares, con amigos o compañeros de trabajo, ya que permite cocinar varios tipos de carne al mismo tiempo y acompañarlos con pebre, pan amasado y ensaladas frescas.
Cordero al palo
Una tradición sureña que se ha convertido en símbolo de grandes celebraciones. El cordero se ensarta en una cruz metálica y se cocina lentamente al calor de brasas durante varias horas.

Su sabor ahumado y jugoso es incomparable y suele servirse con papas cocidas o ensaladas típicas, acompañado de un buen vino tinto de la zona.
Asado al horno de barro
Presente sobre todo en zonas rurales y en el sur de Chile. Aquí, el calor envolvente del horno de barro permite que las carnes, como cerdo o pollo, queden tiernas por dentro y crujientes por fuera.
Además de carnes, en este tipo de asado se suelen cocinar empanadas y pan casero, lo que lo convierte en un festín completo.
Asado en la corderada nortina
En el norte, especialmente, en fiestas patronales, el asado se hace con cabrito o cordero, cocinado lentamente en hoyos o parrillas grandes.

Se acompaña con papas, choclos, ensaladas frescas y ají, reflejando la fusión entre la tradición andina y el ritual del asado.
Asado de mariscos y pescados
Una opción cada vez más valorada, sobre todo en las zonas costeras de Chile, donde se preparan pescados enteros como reineta o congrio, envueltos en papel de aluminio con aliños, además de mariscos como machas, cholgas o locos a la parrilla.
Es un asado fresco y distinto, que resalta la riqueza del mar chileno.
Asado vegetariano y vegano
Hoy, la parrilla se ha diversificado para incluir a todos los gustos. Zapallos italianos, champiñones rellenos, berenjenas, choclos, pimientos, papas asadas y brochetas de verduras, tofu o seitán son protagonistas en estas versiones.

Aportan color, sabor y variedad, demostrando que un buen asado no depende sólo de la carne y que se puede disfrutar comiendo sin crueldad animal.
Claves para un consumo seguro de carne
Frete a estas variedades de asados, importante es también saber algunas claves para un consumo seguro de carne en Fiestas Patrias y durante todo el año, como la que indica el Dr. Ricardo Riquelme, jefe del Laboratorio de Inocuidad de los Alimentos (INOCUIVET) de Favet.
Asimismo, indica que se debe usar utensilios distintos para los productos crudos y cocidos. Es decir, una tabla de cortar, cuchillos y pinzas para la carne cruda, y otro juego completamente limpio para manipular y servir la carne ya asada.

“Por ningún motivo utilizar el mismo plato o fuente donde reposó la carne cruda, para colocar la carne una vez que sale de la parrilla”, puntualiza el Dr. Riquelme.
Los tipos de asado son tan diversos como el territorio chileno. El asado a la parrilla es quizás el más popular. En el sur, el cordero al palo es un verdadero espectáculo. Y en la zona norte ya se han incorporado técnicas con carbón mineral, que aportan un toque distintivo a las carnes.
Para completar la mesa, no pueden faltar las bebidas típicas: que van desde un buen vino tinto, una chicha dulce y/o un refrescante terremoto.
El asado chileno es, en definitiva, una celebración de nuestra cultura y hospitalidad, símbolo de identidad nacional que traspasa fronteras y épocas, y un recordatorio de que la mesa es un lugar para compartir, brindar y celebrar lo que somos.