Los salares no son desiertos muertos: la vida microscópica que sobrevive en ellos
Descubre los asombrosos organismos que habitan en los salares y qué mecanismos utilizan para soportar las condiciones extremas de salinidad y radiación. También te contamos en dónde puedes visitar salares en Chile.

Los salares son ecosistemas únicos y fascinantes que se caracterizan por presentar condiciones extremas de salinidad y radiación solar. A menudo conforman llamativos paisajes, los cuales parecen sacados de otro planeta y tienen una belleza surrealista.
Aunque, a primera vista, puede parecer que los salares no albergan una gran diversidad de vida, lo cierto es que en varios de ellos hay una gran variedad de organismos, tanto microscópicos como macroscópicos, los cuales han sido denominados como extremófilos.
Estos organismos han desarrollado diferentes adaptaciones que les permiten sobrevivir en condiciones que son muy diferentes a las que viven la mayoría de organismos en la Tierra, por lo que se encuentran en lugares en los que antiguamente se pensaba que la vida era imposible.
Extremófilos: los microorganismos que desafían las condiciones imposibles de los salares
Dentro de la gama de organismos extremófilos, se encuentran aquellos que pueden sobrevivir a condiciones extremas en los salares, los cuales se conocen como organismos halófilos.

Tal es el caso de organismos microscópicos como las haloarqueas, las cianobacterias y otras bacterias halófilas, microalgas, hongos halófilos, e incluso organismos macroscópicos como la Artemia salina, un crustáceo extremófilo que a menudo es un componente clave del ecosistema de un salar.
Este último se ha encontrado en lagos y lagunas salinas de todo el mundo, y es una especie que destaca por ser fundamental en la cadena alimenticia de los salares. Se alimenta de algas microscópicas, bacterias y detritos que se encuentran en el agua salada, y sirve de alimento para diferentes especies de aves, como los flamencos.
Adaptaciones moleculares de los organismos extremófilos
Los halófilos han desarrollado adaptaciones moleculares extraordinarias para sobrevivir a condiciones de elevada salinidad que serían letales para otros organismos.
Estas adaptaciones varían en los distintos grupos de halófilos, pero en general consisten en mantener el equilibrio osmótico mediante la acumulación de iones o la producción de compuestos orgánicos, y adaptaciones en enzimas y otras proteínas.
Algunos organismos han desarrollado extremozimas, es decir, enzimas que se han adaptado para funcionar de manera óptima y mantener su estabilidad en condiciones extremas, como es el caso de los salares.
También hay organismos que cuentan con una composición lipídica modificada en sus membranas celulares. En ellos la composición de los lípidos en la membrana se ajusta para mantener su integridad y fluidez en ambientes de elevada salinidad. Otras adaptaciones incluyen la formación de pigmentos protectores que los resguardan de la elevada radiación propia de los salares.
Los salares chilenos, un destino mágico y extremo
En la zona norte de Chile hay más de cincuenta salares, varios de ellos de fácil acceso, por lo que se pueden visitar y disfrutar de sus impresionantes paisajes.

Uno de los más conocidos es el Salar de Atacama, el cual se encuentra en la Región de Antofagasta y, con más de 3.000 km², tiene el récord de ser el salar más grande de Chile. Este salar está cerca de la localidad de San Pedro de Atacama y tiene varios atractivos en su interior, como la laguna Chaxa, conocida porque es un buen sitio para avistar flamencos, la laguna Tebenquinche, la laguna Cejar y los Ojos del Salar.
Otro salar de Chile que se puede visitar y que se ha convertido en un importante atractivo de la Región de Arica y Parinacota es el Salar de Surire, el cual posee una extensión de más de 170 km² y destaca por sus bellos paisajes y la riqueza natural de la zona.
Además de estos, hay varios otros salares en el norte de Chile que se pueden visitar, como el Salar de Huasco en la Región de Tarapacá, los salares de Aguas Calientes y Tara en la Región de Antofagasta, y el Salar de Maricunga en la Región de Atacama.
No cabe duda de que los salares son lugares fascinantes, no sólo por sus particulares paisajes, sino que por toda la vida que en ellos se sustenta, a pesar de las condiciones extremas propias de estos ambientes.
Referencias de la noticia
ABC Ciencia. Los extremófilos: los seres que viven al límite de lo imposible. 2022.
Chile es tuyo. Salares de Chile: conoce la belleza de estos milagros de la naturaleza. 2020.
BBC News. La vida de los extremófilos, sobrevivientes de ambientes hostiles. 2013.