¿Botas esta agua? Podría ser justo lo que tus plantas necesitan en invierno

Un recurso casero y natural que muchas veces termina en el desagüe puede convertirse en un aliado poderoso para nutrir y proteger tus plantas en la temporada más fría.

lavando arroz
Blanca y nutritiva: esta agua encierra más beneficios de lo que imaginas.

Con la llegada del invierno, muchos jardines y macetas enfrentan desafíos propios del frío: crecimiento más lento, exceso de humedad, aparición de hongos y una menor absorción de nutrientes. Frente a este escenario, una solución simple y económica podría estar esperándote en la cocina: el agua de arroz.

Este líquido, rico en almidón, minerales y trazas de vitaminas del grano, actúa como un biofertilizante suave y, además, puede ayudar a prevenir ciertos hongos que prosperan con la humedad del invierno. Aunque su uso es más conocido en países asiáticos, donde se hierve el arroz en abundante agua, también puedes aprovecharlo en casa con un pequeño ajuste en tu rutina de cocina.

¿De dónde se obtiene el agua de arroz?

En países como Japón, China o Corea, el arroz se hierve con más agua de la necesaria y luego se escurre, generando un líquido turbio cargado de almidón y nutrientes. En Chile, en cambio, el arroz se cocina de forma que absorbe por completo el agua (al estilo pilaf), por lo que no sobra líquido al final de la cocción.

Pero no te preocupes: aún puedes obtener agua de arroz útil para tus plantas de dos maneras:

  • Usa el agua con la que lavas el arroz crudo antes de cocinarlo. Esa primera o segunda lavada contiene residuos de almidón y pequeñas cantidades de fósforo, potasio y magnesio.
lavar arroz
Lavar el arroz puede ser el primer paso para nutrir tus plantas.
  • Hierve una pequeña porción de arroz en abundante agua (sin sal) solo con el propósito de extraer ese líquido. Luego cuélalo, deja enfriar y úsalo para regar tus plantas.

Ambas opciones son válidas, pero recuerda: nunca uses agua con sal ni condimentos.

¿Qué aporta el agua de arroz a tus plantas?

El agua de arroz no es un fertilizante potente, pero sí aporta nutrientes ligeros que enriquecen el suelo sin sobrecargarlo. Su contenido de almidón favorece el desarrollo de microorganismos beneficiosos y puede ayudar a fortalecer plantas débiles o en reposo.

hojas verdes
Hojas más verdes y suelos más vivos gracias a un simple cambio en tu rutina.

Además, en forma fermentada, este líquido también actúa como un estimulante microbiano que ayuda a prevenir hongos y enfermedades de raíz, algo especialmente útil cuando la humedad ambiental aumenta en invierno.

¿Qué plantas se benefician más?

El uso de agua de arroz es ideal para hortalizas de hoja, plantas de interior y hierbas culinarias cultivadas en macetas o bancales. Algunas de las que mejor responden son:

  1. Espinaca, acelga, lechuga y rúcula: se fortalecen con nutrientes livianos.
  2. Cilantro, perejil, albahaca y cebollín: agradecen un impulso cuando el frío frena su crecimiento.
  3. Helechos, potus y violetas africanas: se ven favorecidos por un suelo más activo, sin productos agresivos.

En cambio, no es recomendable para suculentas, cactus o plantas sensibles al exceso de humedad, ya que podría aumentar el riesgo de pudrición.

¿Qué pasa si fermenta el agua de arroz?

Dejar el agua de arroz en reposo por 24 a 48 horas a temperatura ambiente activa un proceso de fermentación que potencia sus propiedades. Verás burbujas y sentirás un olor levemente ácido: eso indica la presencia de bacterias benéficas como los lactobacilos, que ayudan a combatir hongos del suelo.

fermento
La microbiota del suelo mejora cuando se usa agua fermentada en dosis adecuadas.

Este preparado se usa diluido (1 parte de agua fermentada por 2 de agua limpia) y es ideal para suelos pobres o debilitados. Eso sí, no se debe almacenar por más de 3 días, ya que puede volverse muy ácida o contaminarse.

Consejos para usar el agua de arroz

Puedes aprovechar esta agua como parte de tu rutina de cuidados, pero con ciertas precauciones para no afectar la salud de tus plantas.

  • Deja enfriar antes de regar: nunca uses agua caliente o tibia directamente sobre la tierra.
  • Usa solo una o dos veces por semana: un exceso podría compactar el suelo o provocar hongos.
  • Si está fermentada, dilúyela: mezcla 1 parte de agua fermentada con 2 partes de agua limpia.
  • Riega en las horas de luz: lo ideal es aplicar en la mañana o al mediodía, para evitar humedad prolongada.
  • Evita aplicarla en cactus, suculentas o plantas sensibles al exceso de agua.

Este tipo de riego es especialmente útil en macetas o suelos que pierden nutrientes con facilidad. Y lo mejor: es gratuito, fácil y libre de químicos.