El abono casero que hará que tus geranios exploten de flores esta primavera

Tus geranios pueden florecer con fuerza sin gastar de más. Descubre los abonos caseros que aportan los nutrientes clave para lograr macetas llenas de color esta primavera.

geranios
Los geranios, aunque resistentes, muestran todo su potencial cuando reciben un extra de nutrientes naturales en primavera.

Los geranios son de esas plantas que nunca fallan: resistentes, fáciles de cuidar y con flores que llenan de alegría balcones, terrazas y patios. Pero, aunque soportan suelos pobres, cuando llega la primavera su necesidad de nutrientes aumenta.

Sin un refuerzo adecuado, sus flores se vuelven menos abundantes y pierden intensidad de color. Aquí es donde los abonos caseros se convierten en aliados perfectos: económicos, ecológicos y efectivos.

Cáscaras de plátano

Las cáscaras de plátano son ricas en potasio (K), un nutriente esencial para que los geranios produzcan flores más grandes y duraderas. El potasio mejora la circulación de agua y azúcares dentro de la planta, favoreciendo la apertura de nuevos capullos y el colorido de los pétalos.

  • Cómo usarlo: hierve las cáscaras de plátano en agua y deja enfriar. Usa ese líquido para regar una vez cada dos semanas. Así la planta recibe un refuerzo inmediato, y el sustrato se enriquece de forma progresiva. Si te queda muy concentrado el té puedes diluirlo en más agua al momento de regar.

Cáscaras de huevo

El calcio (Ca) es otro elemento clave para la salud de los geranios. Aporta firmeza a las paredes celulares, ayuda a que las raíces crezcan fuertes y previene la clorosis (hojas amarillentas).

cáscaras de huevo
Las cáscaras de huevo molidas liberan calcio poco a poco, fortaleciendo raíces, hojas y tallos con cada aplicación.

Las cáscaras de huevo, molidas hasta quedar como polvo fino, liberan calcio lentamente en el suelo, mejorando además la aireación del sustrato.

  • Cómo usarlo: espolvorea una cucharada de cáscara molida en la base de cada maceta cada dos semanas.

Posos de café

Los posos de café aportan pequeñas cantidades de nitrógeno (N), el nutriente que impulsa el crecimiento de hojas y tallos.

pozo de café
El café de la mañana no termina en la taza: sus restos dan vigor verde a tus geranios.

Aunque el geranio no es una planta que demande tanto nitrógeno como un césped, este aporte extra es perfecto para mantener un follaje sano que sostenga una floración abundante.

  • Cómo usarlo: mezcla los posos secos con la tierra superficial de la maceta, o disuélvelos en agua y riega con esa infusión una vez al mes.

Agua de cocción de verduras

El agua en que hierves verduras como zanahorias, papas o acelgas queda cargada de minerales como magnesio, fósforo y hierro, que enriquecen el suelo de manera inmediata. Estos elementos intervienen en la fotosíntesis y en la formación de clorofila, lo que se traduce en geranios más vigorosos y flores con tonos más intensos.

  • Cómo usarlo: espera a que el agua se enfríe y riega con ella una vez cada 10 a 15 días. Eso sí, no debe contener sal ni aceite.

Ceniza de madera

Si tienes chimenea o estufa a leña, la ceniza de madera es un tesoro para tus macetas. Rica en potasio y fósforo, estimula la floración y refuerza la resistencia de la planta frente a enfermedades. Además, ayuda a equilibrar suelos ácidos.

cardenal
Los geranios agradecen tanto la luz del sol como un buen refuerzo casero lleno de nutrientes naturales.
  • Cómo usarlo: esparce una fina capa sobre la superficie del sustrato una vez al mes y riega bien para que los minerales se integren.

La clave: equilibrio y moderación

Aunque los geranios agradecen estos refuerzos caseros, lo importante es la regularidad y no el exceso. Alternar estos abonos a lo largo de la primavera asegura que la planta reciba los tres nutrientes esenciales: nitrógeno para hojas, fósforo para raíces y potasio para flores.

Precaución: cuando se usan tés de cáscaras o posos de café, puede aparecer moho blanco o pequeños hongos en la superficie del sustrato si hay demasiada humedad. En ese caso, basta con airear la tierra, reducir el riego y retirar el exceso de material orgánico. Así, los geranios seguirán recibiendo sus nutrientes sin riesgos.