Fresias: pétalos perfumados y coloridos que despiertan la primavera en tu jardín

Delicadas, aromáticas y llenas de color, las fresias iluminan los jardines chilenos en primavera temprana. Descubre por qué son tan especiales y cómo cuidarlas para disfrutar de su encanto.

fresia flor
Pocas flores combinan tanta fragancia y resistencia como la fresia, perfecta para jardines de bajo mantenimiento.

Con la cercana llegada de septiembre, los primeros indicios de la primavera comienzan a hacerse notar en los jardines de la zona central y sur de Chile. Entre esas señales aparece una flor que combina belleza, fragancia y vitalidad: la fresia.

Su aroma dulce y su amplia gama de colores la han convertido en una de las favoritas tanto en jardines como en florerías, donde se aprecia por su frescura y durabilidad en ramos.

Originarias de Sudáfrica, las fresias se han adaptado muy bien a nuestras condiciones climáticas. Su florecimiento coincide con el despertar de la temporada, convirtiéndolas en protagonistas indiscutidas de los primeros días primaverales.

¿Cuándo florecen en Chile?

En el hemisferio sur, las fresias suelen florecer a fines de agosto y durante septiembre, siendo un anuncio natural de la llegada de la primavera. En la zona central de Chile su floración se da con fuerza en septiembre, mientras que en el sur puede extenderse unas semanas más debido a las temperaturas más bajas.

cuidados fresia
Aunque parecen delicadas, las fresias son resistentes y soportan bien periodos cortos de sequía.

Este ciclo depende en gran medida del clima y del momento en que se hayan plantado los bulbos. Generalmente, la siembra se realiza en otoño, cuando los bulbos encuentran condiciones frescas y húmedas que permiten su correcto desarrollo durante el invierno, preparando la floración de primavera.

Cómo cultivarlas y cuidarlas

Las fresias agradecen un suelo suelto, bien drenado y rico en materia orgánica. Se recomienda plantar los bulbos a una profundidad de 5 a 8 centímetros, dejando cierta separación para que puedan expandirse sin problemas. Son amantes de la luz, por lo que deben ubicarse en lugares soleados o de semisombra ligera.

bulbo de fresia
Los bulbos de fresia pueden permanecer en tierra, rebrotando cada primavera con muy pocos cuidados adicionales.

Durante la temporada de crecimiento requieren riegos regulares, evitando encharcamientos que puedan dañar los bulbos. Una vez que finaliza la floración, es importante dejar que las hojas se sequen naturalmente antes de retirarlas, ya que en ese periodo los bulbos reponen energía para la próxima temporada.

En climas lluviosos o fríos, puede ser recomendable levantar los bulbos y guardarlos en un lugar seco hasta volver a plantarlos en otoño.

Problemas comunes y cómo prevenirlos

Entre los inconvenientes más frecuentes están los pulgones y trips, que suelen atacar los botones florales. Un monitoreo constante y el uso de insecticidas naturales, como el jabón potásico o el aceite de neem, ayudan a controlarlos.

También conviene evitar el exceso de humedad, ya que puede favorecer enfermedades fúngicas como la botritis. Una buena ventilación y el retiro de flores marchitas son medidas sencillas que marcan la diferencia.

Fresias en ramos y decoración

Además de su valor ornamental en exteriores, las fresias son muy apreciadas como flor de corte.

fresia aroma
Por su fragancia, la fresia es también un recurso favorito para la aromaterapia y ambientes relajantes en el hogar.

Sus tallos firmes y su larga duración en florero (hasta dos semanas con los cuidados adecuados) las convierten en protagonistas de ramos y arreglos florales.

Su aroma delicado, pero persistente, crea un ambiente acogedor en interiores. Colocar un ramo en el comedor, el living o incluso en el dormitorio aporta un toque fresco y elegante. Combinadas con otras flores primaverales, como lirios o tulipanes, las fresias realzan cualquier decoración, consolidando su reputación como una de las flores más versátiles de la estación.