La guerra contra el plátano oriental: la ciencia para sobrevivir a la alergia de primavera
El plátano oriental lidera la lista de especies urbanas que provocan alergias respiratorias en Chile. Conoce qué lo hace tan agresivo y cómo la ciencia busca aliviar sus efectos.

Cada primavera, los parques y avenidas del país se llenan de vida, pero también de estornudos. El protagonista no es una flor exótica ni un pasto silvestre, sino un árbol tan común que ya forma parte del paisaje urbano: el plátano oriental (Platanus × acerifolia).
A primera vista, parece inofensivo; ofrece sombra, belleza y resistencia. Pero su polen, diminuto y ligero, es una de las principales causas de alergia respiratoria en las ciudades chilenas.
En cuanto el viento sopla, millones de granos quedan suspendidos en el aire y se mezclan con polvo, contaminantes y pólenes de otras especies, como los de pastos y malezas. El resultado es un cóctel que irrita ojos, garganta y nariz. Para muchos, la llegada de la primavera no trae aroma a flores, sino una rutina de antihistamínicos, pañuelos y ventanas cerradas.
Por qué el plátano oriental causa tanta alergia
El plátano oriental es una especie híbrida originaria de Europa, muy usada en Chile por su rápido crecimiento y su capacidad de soportar la contaminación urbana. Sin embargo, su éxito como árbol ornamental tiene un costo: cada ejemplar libera enormes cantidades de polen seco y ligero, que puede viajar varios kilómetros y permanecer suspendido durante horas.

Su floración, entre septiembre y noviembre, coincide con el aumento de las temperaturas y la reducción de lluvias, lo que intensifica la concentración de partículas en el aire. A diferencia de otras especies, el polen del plátano oriental no solo provoca reacciones respiratorias, sino también irritación ocular y cutánea, ya que sus partículas poseen pequeñas espinas que se adhieren fácilmente a la piel y las mucosas.
El enemigo invisible que activa nuestras defensas
Las alergias respiratorias ocurren cuando el sistema inmunológico reacciona de forma exagerada ante una sustancia que considera peligrosa, aunque en realidad no lo sea. En el caso del plátano oriental, su polen contiene proteínas capaces de activar esta respuesta, liberando histamina y otros mediadores inflamatorios.

El resultado: estornudos, lagrimeo, congestión y, en casos más severos, dificultad para respirar. Aunque los síntomas suelen confundirse con un resfrío común, la diferencia está en la duración. Mientras un resfrío dura pocos días, la alergia puede prolongarse durante semanas o incluso toda la temporada. Según especialistas, la exposición constante al polen puede agravar cuadros de asma o rinoconjuntivitis alérgica, especialmente en niños y adultos mayores.
La ciencia y las soluciones urbanas
En los últimos años, la ciencia ha ayudado a entender mejor la magnitud del problema. Investigaciones del Instituto de Salud Pública y de universidades chilenas han identificado concentraciones de polen de plátano oriental muy superiores a las de otras especies durante la primavera. Algunos municipios ya evalúan limitar su plantación y reemplazarlo por árboles de menor impacto alergénico, como el quillay o el peumo.

También existen programas de monitoreo de polen en el aire que permiten alertar a la población sobre los días de mayor riesgo. En el ámbito médico, los tratamientos combinan antihistamínicos, aerosoles nasales, y en casos severos, inmunoterapia, que busca “reeducar” al sistema inmunológico para que tolere el alérgeno sin reaccionar de forma excesiva.
Consejos para sobrevivir la temporada
Sobrevivir a la primavera no significa encerrarse, sino aprender a convivir con el polen. Estos consejos pueden ayudarte a reducir la exposición y aliviar los síntomas sin complicar tu rutina:
- Planifica tus actividades al aire libre: evita salir en las horas de mayor concentración de polen (entre las 10:00 y las 17:00). Prefiere las mañanas temprano o el atardecer, cuando el aire está más limpio.
- Revisa los niveles de polen: si los niveles están altos, mantén las ventanas cerradas y limita el tiempo al aire libre.
- Protege tus ojos y vías respiratorias: usa lentes de sol grandes y, si es posible, mascarillas tipo KN95 o quirúrgicas: reducen notablemente la cantidad de polen que entra por nariz y boca.
- Cuida tu ropa y tu hogar: evita tender la ropa al aire libre durante los días ventosos. Al llegar a casa, cámbiate de ropa y dúchate para eliminar los granos de polen que se adhieren al cabello y la piel.
- Limpieza inteligente: utiliza paños húmedos para limpiar superficies. Los ventiladores tienden a mover el polen, así que es mejor preferir aire acondicionado con filtro limpio.
- Refuerza tu salud: mantén una buena hidratación y una dieta rica en frutas y verduras frescas, especialmente aquellas con antioxidantes (vitaminas C y E), que ayudan a reducir la inflamación.
Si los síntomas son persistentes, acude a un especialista. Un diagnóstico adecuado y, en algunos casos, una inmunoterapia, pueden cambiar radicalmente la calidad de vida durante la primavera.