Por estas razones tu pilea se muere de repente y no lo sabías

Aunque parece indestructible, la planta china del dinero puede volverse un dolor de cabeza: descubre cómo mantenerla frondosa, sana y evitar que se desplome de un día para otro.

planta china del dinero
La pilea peperomioides deslumbra por su belleza, pero sus cuidados no siempre son tan fáciles como parecen.

La pilea peperomioides, o planta china del dinero, se ha ganado un lugar en muchos hogares gracias a sus hojas redondeadas y brillantes, parecidas a monedas verdes. Su estética minimalista y la creencia de que atrae prosperidad la han convertido en una de las plantas de interior más buscadas.

Sin embargo, su fama de “planta fácil” no es tan cierta. Son muchos los que ven cómo su pilea pierde hojas, se marchita o muere de un día para otro. El secreto está en los cuidados, y aquí te mostramos los errores más comunes y cómo evitarlos para que tu planta vuelva a lucir frondosa y saludable.

Hojas amarillas y caída repentina

Si tu pilea empieza a verse rara, lo primero que debes hacer es mirar sus hojas: ellas son las que hablan por la planta:

  • Hojas amarillas y blandas en la base: este es el síntoma clásico de que la estás regando de más. Las raíces se asfixian con la humedad y las hojas más viejas son las primeras en resentirse.
  • Hojas flácidas que se caen de golpe: esto generalmente se debe a falta de luz o a que el sustrato se secó más de la cuenta.
  • Pérdida de hojas tras comprarla o moverla: muchas personas entran en pánico cuando su nueva pilea comienza a botar hojas a los pocos días. Pero en realidad, esto es normal. Al cambiar de ambiente, la planta necesita adaptarse a la nueva luz, temperatura y humedad. Durante ese tiempo puede perder algunas hojas.

La regla de oro es sencilla: no desesperes ante la primera señal. Retira con cuidado las hojas dañadas, revisa si el problema está en el riego o en la ubicación, y dale un margen de unos días.

Luz: un factor decisivo

La pilea no tolera los espacios oscuros. Aunque se adapta al interior, necesita mucha claridad indirecta para crecer fuerte y mantener su forma compacta.

luz pilea
La pilea no soporta bien el sol directo: sus hojas redondeadas se queman con facilidad.

Una ventana orientada al este o al sur suele ser el lugar ideal. Cuando le falta luz, sus tallos se estiran en busca de ella, las hojas se achican y terminan cayendo. Por el contrario, si recibe demasiado sol directo, pueden aparecer manchas marrones o bordes quemados.

Un truco sencillo es rotar la maceta cada semana, de modo que todas las hojas reciban la misma cantidad de luz. Así evitarás que crezca torcida o con aspecto desequilibrado.

¿Qué pasa con el riego?

El riego es, probablemente, el punto más delicado en la vida de la pilea. Esta planta necesita cierta humedad constante, pero sin llegar a los encharcamientos.

riego pilea
El exceso de agua es uno de los errores más comunes en el cuidado de la pilea.

Su mayor enemigo es el exceso de agua: cuando el sustrato permanece húmedo demasiado tiempo, las raíces empiezan a pudrirse y el deterioro puede ser irreversible. Lo ideal es usar la técnica del “dedo”: hunde uno o dos centímetros en el sustrato y riega solo si notas que está seco.

Durante los meses más cálidos suele necesitar riego cada 5–7 días, mientras que en invierno puede pasar hasta dos semanas sin agua. Siempre es mejor quedarse corto que excederse. Si tu pilea sufre sequía, lo mostrará con hojas caídas y blandas, pero con un buen riego puede recuperarse en horas. En cambio, si la has regado de más, la recuperación es mucho más complicada.

Maceta y sustrato

Lo ideal es usar una maceta de barro o cerámica con orificios de drenaje para evitar que el agua quede acumulada en el fondo. El sustrato, por su parte, debe ser ligero, aireado y con buena capacidad de drenaje.

maceta pilea
Una pilea sana empieza por una buena elección de maceta y sustrato.

Una mezcla recomendada es turba con perlita y fibra de coco, que asegura humedad sin compactarse. Evita las tierras muy arcillosas o pesadas, ya que retienen demasiada agua y limitan la oxigenación de las raíces.

Además, considera trasplantar tu pilea cada uno o dos años. Esto no solo le da más espacio para crecer, sino que también renueva el sustrato, evitando que se vuelva pobre en nutrientes.