2023: ¿realmente fue un año normal de lluvias sobre Santiago?

El año 2023 puede haber roto la tendencia de déficit pluviométrico, ¿o tal vez fue sólo un año que se escapó dentro de una nueva normalidad climatológica en Santiago de Chile? Los datos nos ayudan a entender lo ocurrido.

calle con gotas de lluvia
Imágenes como estas han sido difíciles de ver en la última década en la zona central de Chile. La lluvia ha escaseado durante los años de la megasequía.

En la zona central del país la precipitación ha estado esquiva durante los últimos años. Desde el año 2010, aproximadamente, que se sufre una intensa y duradera sequía que se ha llamado Megasequía, para diferenciarla de periodos secos menos prolongados.

Histograma anual
Histograma de la precipitación anual en Santiago, con datos de Quinta Normal (DMC).

En Santiago, la estación Quinta Normal permite estudiar las sequías porque posee datos pluviométricos desde finales del 1800. La mayoría de los años (82 años en total) terminan entre los 200 y 300 milímetros de precipitación, aproximadamente y sólo algunos años han terminado con más de 400 mm acumulados al año. Las llamadas excepciones, como el año 1997.

Un año dentro de lo normal

La megasequía nos ha hecho perder la memoria de cómo son los años lluviosos en la capital, y en la zona central en general. La siguiente gráfica muestra la evolución de la lluvia anual en Santiago.

Precipitación anual en Santiago
Serie de precipitación anual en la estación Quinta Normal (línea azul). Promedio móvil de 10 años (línea negra). Promedio climatológico 1991-2020 (línea segmentada negra). Promedio durante la megasequía (línea segmentada roja)

Como se puede ver, no siempre llueve lo mismo, de hecho casi nunca llueve lo mismo. Por eso decimos que en Santiago existe una gran variabilidad año a año.

Las normales climáticas y el cambio en el clima

Los periodos climatológicos nos sirven para trazar un marco de referencia sobre el cual comparar la precipitación de un año en particular. En este caso, compararemos la precipitación caída en Santiago durante el 2023 con el promedio climatológico 1991-2020.

El periodo climatológico 1991-2020 corresponde al valor 285 mm. Esto es inferior al previo valor climatológico 1981-2010 que era de 342 mm. Esta es una muestra de la disminución paulatina de la precipitación en Santiago.

Una disminución nada paulatina ha sido lo observado durante los últimos 15 años de megasequía, en donde el promedio es de 188 mm, muy por debajo del periodo climatológico.

Entonces, en promedio, durante los últimos años hemos experimentado lluvias que acumulan menos de 200 mm anuales, por eso ese "olvido" en las lluvias normales. Peor es la situación si miramos algunos años particularmente secos, como 2019 y 2021, que registraron sólo 82 y 114 mm, respectivamente.

Por eso es que los 310 mm registrados durante el año 2023 nos parecieron mucho, pero como vimos antes, los 310 mm están dentro de los valores más repetidos durante la historia. En otras palabras, es lo normal. Lo que sí es positivo, es que 2023 rompe con la seguidilla de años (desde 2009) que no superaban la barrera climatológica y se aleja bastante del promedio registrado durante la megasequía.

¿Es 2023 un cambio en la tendencia?

Esta es una pregunta que probablemente se están haciendo tantos ustedes como las autoridades o investigadores. Y es una pregunta muy difícil de responder de buenas a primeras.

Si miramos la figura anterior, principalmente la línea negra —que corresponde al promedio móvil de 10 años y que permite ver cambios suaves en la precipitación—, podemos notar que durante los últimos años ha ido decreciendo. Esta es la tendencia negativa de la precipitación que hemos experimentado durante la megasequía. Sin embargo, si miramos hacia atrás en los años, podemos notar otros periodos en que esta línea ha bajado o subido dramáticamente. Ese es un tipo de variabilidad decadal de la precipitación. Hay décadas más lluviosas y décadas menos lluviosas.

Dentro de décadas lluviosas se pueden dar los años secos y viceversa, por lo que 2023 podría ser un año escapado —y probablemente influenciado por El Niño, como 1997—.

Si a estas variabilidades anuales y decadales le agregamos las estacionales o subestacionales, la cosa se vuelve aún más ruidosa y cuesta observar algo realmente claro. Si miramos en detalle 2023, podemos notar que los únicos meses realmente lluviosos fueron agosto, septiembre y noviembre (en verde en la siguiente figura). Dando a entender que los acumulados anuales estuvieron fuertemente influenciados por la variabilidad estacional y subestacional.

Anomalías mensuales
Anomalías mensuales de precipitación en Quinta Normal (en porcentaje). Cuadros verdes indican meses sobre la climatología 1991-2020 y cuadros marrones meses bajo la climatología.

Lo anterior es otro problema a la hora de especular con el fin de la tendencia negativa de la precipitación. Porque un par de meses pueden ser así de decisivos a la hora de las lluvias de un año completo. Va a tocar esperar para ver si 2023 es un cambio real en la tendencia, o sólo fue un año escapado dentro de una nueva normalidad pluviométrica en el centro de Chile.