Estudio revela tendencia creciente en el número de olas de calor en Chile

Sus efectos se sienten en el cuerpo, la economía y el medio ambiente. Además, durante la última década han presentado un comportamiento particular que ha sido potenciado por uno de los eventos más extremos de nuestro país: la megasequía.

agricultor en tierra seca en sus manos
Durante la última década, las olas de calor se han visto potenciadas en Chile por diversos factores.

Se ha demostrado que los eventos climáticos extremos, como las olas de calor, son devastadores en todo el mundo, con severas consecuencias para la salud de las personas y el medio ambiente: generan problemas cardiovasculares, deshidratación y una rápida propagación de los incendios forestales, entre otros efectos.

Los períodos prolongados de altas temperaturas impactan en los sectores económicos, incluidos problemas y pérdidas sustanciales en el sector agrícola. A escala global, y según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), entre los años 2000 y 2016, el número de personas expuestas a las olas de calor incrementó en torno a los 125 millones.

Las olas de calor se definen, en términos generales, como una secuencia de días consecutivos con condiciones más cálidas de lo normal para una región y un período del año en particular.

En este contexto, un reciente estudio publicado en la revista científica Weather and Climate Extremes, expone el análisis de las temperaturas máximas diarias, desde noviembre a marzo, para evaluar el comportamiento de las olas de calor entre los años 1980-2020.

Resultados de interés nacional

En Chile continental, ubicado entre el Océano Pacífico y la Cordillera de Los Andes desde los 17 °S a los 56 °S, las recientes olas de calor han provocado pérdidas sustanciales de ecosistemas. En el estudio se menciona que "por ejemplo, durante enero de 2017, la temperatura máxima de aire alcanzó continuamente valores superiores a los 30 °C, particularmente, entre los 30 °S y 40 °S", aproximadamente entre la latitud de Coquimbo y Osorno.

incendios forestal montaña cerro
Las olas de calor son solo una condición para que se generen los incendios forestales. No son la causa principal, ya sea para su ocurrencia o para la propagación del fuego.

Recordemos que el área arrasada por los incendios forestales en Chile durante el año 2017, fue ¡diez veces el área promedio quemada en los 40 años anteriores! Y, a pesar de lo ocurrido en la "tormenta de fuego de 2017", el estudio sobre las olas de calor en nuestro país había recibido poca atención, hasta ahora.

Las tendencias ascendentes de frecuencia de olas de calor, encontradas desde los 33 °S hacia el sur, parecen ser alarmantes dada la cobertura de plantaciones forestales exóticas, como Pinus radiata y Eucalysptus globulus, y su relación con los incendios forestales.

En el estudio se destaca que las olas de calor, observadas a lo largo del valle central y la Cordillera de Los Andes, desde los 30 °S hacia el sur, muestran una tendencia creciente de frecuencia de 1 evento por década en función de los umbrales aplicados de temperatura máxima. Cabe mencionar que, esta región es de particular relevancia para Chile, debido a los impactos potenciales.

Es entre los 30 °S y los 37 °S (entre Coquimbo y Concepción, aproximadamente) donde se concentra más del 70 % de la población nacional. Además, es aquí donde se desarrollan diversas actividades agronómicas, como la producción frutícola y vitivinícola.

Olas de calor, megasequía y condiciones atmosféricas

El aumento de la frecuencia de las olas de calor en Chile central podría conducir, potencialmente, a severas perturbaciones ecosistémicas en el bosque mediterráneo. Por ejemplo, el crecimiento en anillos de árboles de especies nativas como el peumo y el belloto del norte, exhiben una clara tendencia a la baja, particularmente, durante el período de megasequía (2010 a la fecha).

Los hallazgos del estudio indican un aumento en la frecuencia de las olas de calor entre 2011-2020, respecto al período 1980-2010, utilizando todos los umbrales de temperatura máxima aplicados en los análisis.

Por otra parte, el estudio destaca que las olas de calor en el centro y sur de Chile ocurren bajo condiciones donde está presente el anticiclón subtropical del Pacífico sur (ASPS). Es preciso mencionar que los regímenes anticiclónicos inducen a vientos del este (efecto Foehn), favoreciendo condiciones de cielo despejado y una atmósfera más seca.

El equipo de expertos sugiere que los esfuerzos futuros deberían apuntar a comprender la retroalimentación entre eventos extremos, como sequías y olas de calor, considerando las proyecciones climáticas futuras para Chile. Es decir, un escenario donde exista una reducción severa de las precipitaciones y una tendencia al alza en la temperatura del aire, principalmente, sobre la precordillera y Cordillera de Los Andes.