Desastre ambiental: muerte de salmones se asocia a algas nocivas

Casi 5.600 toneladas de salmones murieron en las regiones de Los Lagos y Aysén. Una de las causas que se postula es la floración de algas que pueden llegar a ser nocivas para la flora y fauna marina. Conoce más al respecto en el siguiente artículo.

Salmones en el mar
La floración de algas en los fiordos puede llegar a provocar la muerte por hipoxia de la flora y fauna marina, como lo ocurrido con los salmones en las regiones de Los Lagos y Aysén.

El pasado lunes (12) se informó la retirada de casi 5.600 toneladas de salmones muertos en las regiones de Los Lagos y Aysén. Por un lado, se responsabiliza a la mala gestión de esta área económica del país. Desde la vereda científica, esta catástrofe se relaciona al crecimiento de algas que pueden llegar a provocar la muerte de los peces. Profundicemos un poco más en estos aspectos.

¿Qué tan nocivas pueden ser las algas?

La floración de algas puede decorar un paisaje acuático o ser mortal. Por ejemplo, en el año 2012, murieron corales de agua fría en una extensión de 15 km, debido a la aparición de algas. Pero ¿cómo se genera la muerte de los ecosistemas marinos por la existencia de esta flora?

La floración de algas provoca hipoxia en los peces, corales y otros seres vivos marinos. La hipoxia aparece cuando existe una carencia de oxígeno en los tejidos del organismo, en las células y en la sangre. Por ende, compromete el saludable funcionamiento de los órganos internos de estos seres vivos.

Al existir un incremento de los nutrientes en el agua (algas), el estado natural del ecosistema se torna en una eutrofización. Este estado genera que la flora y la fauna marina se quede sin oxígeno. Como consecuencia del caso tratado ahora, los salmones habrían experimentado la muerte por hipoxia.

Catástrofe ambiental y económica

De acuerdo a la información emitida por el Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (SERNAPESCA), en pocos días se perdieron más de 3.000 toneladas de salmón en la región de Los Lagos. En la región de Aysén, esta cifra se eleva a las 2.519 toneladas. Realmente, como país, estamos viviendo una catástrofe ambiental.

De las casi 5.600 toneladas de salmones muertos, se ha conseguido retirar el 95 % de ellos. Para evitar más daño al medio ambiente, este 95 % lo han trasladado a plantas reductoras mediante embarcaciones y camiones. Varias de las grandes salmoneras de Chile han visto afectada su producción, generando consecuencias económicas.

Las descargas de los salmones muertos se han llevado a cabo en Talcahuano, de manera exitosa. En el lugar, se realizó la verificación de la descomposición, obteniendo como resultado que no se encontró la presencia de ácido sulfhídrico. Dicha disolución acuosa es un indicador clave para el estado de conservación en el área de la pesca.

Nuestro país es el segundo productor mundial de esta especie, siendo Noruega su antecesor. En el año 2020 las exportaciones de salmón superaron los 4.300 millones de dólares. Sin embargo, se registró una caída del 14.6 % respecto del año 2019. Los mayores cultivos de salmones se concentran en los lugares de canales y fiordos al sur del Chile.