El boom de la desalinización en Chile: ¿qué tan beneficioso es recuperar agua de mar?
Hay 51 plantas desaladoras planeadas para los próximos años en el país, que sumarán 39.043 litros de agua por segundo. Sin embargo, no necesariamente beneficiarán a todos los afectados por la sequía.
Según el último catastro de plantas desaladoras realizado por la Asociación Chilena de Desalación y Reuso (Acades), actualmente hay 32 plantas desaladoras operando en Chile, con una capacidad de producción de 14.227 litros por segundo. A las que se espera que se sumen otras 51, que están proyectadas —en construcción o en etapa de estudios—, que agregarían otros 40 mil litros de capacidad.
La Región de Antofagasta es la que concentra la mayor cantidad de plantas instaladas (18) y, como en las otras siete regiones en las que ya se está desalando agua de mar, el sector minero es el que lidera la apuesta, seguido del industrial. Aunque algunas también están abasteciendo el consumo humano y agrícola, por ahora, son minoría.
Impacto vs. beneficio
Usar el agua de mar es una de las alternativas que se están evaluando para enfrentar la crisis hídrica, ya que han funcionado en países como Israel y Arabia Saudita.
“Usar el agua de mar, desalada o salina, y reusar las aguas residuales permite liberar presión sobre ríos y napas, asegurando agua para las personas, los ecosistemas y las actividades productivas”, señaló Rafael Palacios, director ejecutivo de Acades, a IPS.

Pero es una opción que cuenta tanto con adeptos como con opositores, ya que tiene impactos ambientales y sociales. A nivel ambiental, la salmuera obtenida en el proceso de desalación es altamente concentrada y, al ser desechada al mar, puede ser perjudicial para la biodiversidad, un factor que no ha sido evaluado.
“Es una mala adaptación porque, finalmente, tendrá impactos que afectarán a los pobladores costeros que viven de esos recursos”, subrayó.
Aumento de la salinidad
Según el primer intento por dilucidar qué ocurre en el área de dispersión de las descargas de salmuera en Chile, realizado el año pasado la Universidad de Playa Ancha, las condiciones oceanográficas de Chile, sumado al uso de difusores, favorecen la dilución de las descargas de salmuera en los ecosistemas costeros, mostrando que incluso puede ser más rápida que en otras plantas del mundo, ubicadas en otras regiones como el mar Mediterráneo o el Golfo Arábigo.

El estudio evaluó el impacto de tres plantas desaladoras en la zona norte del país: Minera Escondida –la de mayor capacidad productiva a nivel nacional–, Aguas Antofagasta –la más antigua– y Minera Candelaria –de menor producción, pero más moderna.
Según indicaron los autores en un comunicado, el bajo incremento de la salinidad se explica porque el litoral chileno se caracteriza por fuertes corrientes e hidrodinamismo, además de un menor grado de salinidad natural que en otras regiones, y una dinámica oceanográfica y geomorfológica particular.
Sector minero lidera la producción
Desalinizar, sin embargo, no es una alternativa barata. Los costos de desalar agua de mar son altos y eso repercute en la cuenta final en las ciudades donde se ha implementado. En Copiapó, por ejemplo, el metro cúbico de agua pasó de $427,01 a $1.772,99 en diez años. Un aumento del 315%, mucho más que el 58% que subió en Santiago en el mismo periodo, por ejemplo.
Por lo mismo, gran parte de las plantas instaladas hasta ahora a nivel nacional pertenecen al sector minero (59,38%). El resto, el 28,13% al industrial, el 9,38% al sector sanitario y el 3,13% es multipropósito.
Referencias de la noticia
Artículo en IPS. Desalinización se multiplica en Chile, pero beneficia poco a los agricultores.
Nota de prensa HUB Ambiental UPLA. Pionero estudio ratifica que los vertidos de salmuera se dispersan más fácilmente en las costas chilenas.
Artículo en Marine Pollution Bulletin. Assessment of brine discharges dispersion for sustainable management of SWRO plants on the South American Pacific coast.