Planetas extremos: lluvia de ácido sulfúrico, diamante y vidrio

¿Como sería salir al trabajo con vientos de más de 8.000 km/h o temperaturas tan altas que derritan metales? Aunque algunas veces reclamamos del tiempo y clima de nuestro planeta, hay otros donde los extremos son mucho peores.

Planetas extremos
Mirar hacia el universo extremo hace parecer nuestro planeta más especial.

Es muy probable que en la inmensidad del universo haya algún otro planeta donde podamos vivir, en condiciones tan agradables como las de la Tierra. Sin embargo, la mayoría de las veces, al mirar el cosmos, vemos gran cantidad de lugares con clima extremo que imposibilitarían la sobrevivencia de las personas. Estos son algunos de los lugares donde el tiempo y clima extremo no favorecería la vida humana.

Marte

Marte es el planeta mejor visto cuando el asunto es una opción para una primera colonia humana en el espacio. El planeta rojo es relativamente parecido con la Tierra en algunos aspectos físicos y químicos. A pesar de que un viaje hacia Marte parece algo relativamente simple, este “curto” viaje es una amenaza para el cerebro de los astronautas debido a las altas cantidades de radiación cósmica.

Planeta Marte
Las gigantescas tormentas de arena y polvo en Marte pueden durar meses, impidiendo que la luz solar llegue directamente a la superficie.

Estudios indican que existe un gran risco para las funciones cerebrales durante viajes interespaciales, con potencial impacto en el humor e incluso en la capacidad de tomar decisiones de los astronautas.

Venus

Hogar de una atmósfera densa, compuesta principalmente de dióxido de carbono, la presión atmosférica en Venus es 90 veces más grande que la del planeta Tierra. Su atmósfera retiene grande parte de la radiación, por lo que la temperatura puede llegar a 460 °C -una persona sería aplastada y hervida, en segundos, si llegase a colocar los pies en su superficie.

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Además, la lluvia en Venus es compuesta de ácido sulfúrico, extremamente corrosiva, que quemaría gravemente la piel o traje espacial de cualquier viajante interestelar, caso ella llegase a la superficie.

Debido a las temperaturas extremas del planeta, la lluvia se evapora antes de tocar el suelo. Algo más extraño aún, es que en Venus hay "nieve". No del tipo al que se está acostumbrado a ver aquí en la Tierra: ella es formada por restos de basalto y helada de metales vaporizados por la atmósfera.

Neptuno

Por otro lado, tenemos los planetas gigantes de gas, Urano y Neptuno. Este último abriga nubes congeladas de metano y los vientos más violentos del Sistema Solar. Por la topografía del planeta, que es bastante plana, no hay muchos obstáculos para disminuir la velocidad de estos vientos supersónicos de metano, que pueden llegar a 2.400 km/h.

Una visita a Neptuno podría garantir algo a más que escuchar el viento quebrando la barrera del sonido: podríamos ser espectadores de una lluvia de diamantes, producto del carbono en la atmósfera siendo comprimido. Claro que no necesitaría preocuparse por ser alcanzado por una piedra cayendo desde el cielo, pues un visitante se congelaría instantáneamente -la temperatura promedio es de -200 ºC.

Planetas fuera del Sistema Solar

Los exoplanetas se encuentran fuera de nuestro Sistema Solar y orbitan alrededor de un Sol. Tom Louden, investigador y post doctorando en la Universidad de Warwick, en el Reino Unido, es una tipo de meteorólogo intergaláctico. Su trabajo es descubrir cuales con las condiciones atmosféricas en otros planetas.

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Su especialidad son exoplanetas, particularmente el bautizado de HD 189733b. Este mundo azul profundo a 63 años luz de distancia es un buen candidato para hospedar el clima más extremo conocido en otro planeta. Pode parecer bonito, pero sus condiciones climáticas son extraordinariamente extremas.

Con viento de 8.000 km/h (los más intensos registrados en la Tierra tiene algo más de 400 km/h), también es 20 veces más cercano a su Sol que nosotros, con temperatura atmosférica de 1.600 °C -la misma que alcanza la lava derretida. Las rocas del planeta son transformadas en líquido o gas, y llueve vidrio derretido.