Seguidilla de sismos en el norte de Chile: ¿precursores de un terremoto?

Chile se caracteriza por ser un país sísmico. La población ha aprendido a convivir con los temblores, pero cuando ocurren varios en poco tiempo, la preocupación aumenta y surge una pregunta inevitable: ¿serán estos movimientos precursores de un terremoto mayor?

Al rededor de 15 sismos fueron reportados por el Centro Sismologico de la Universidad de Chile durante el día 24 de Septiembre.

Durante la jornada del 24 de septiembre, entre las regiones de Coquimbo y Arica y Parinacota, se registraron más de diez sismos en menos de 24 horas. Las magnitudes oscilaron entre 2.5 y 6.2, lo que generó un intenso debate en redes sociales y en los medios de comunicación. Si bien este tipo de episodios no es inusual en Chile, sí logra captar la atención.

En este contexto, es clave hacer una distinción: lo que se vivió por estos días, corresponde a una seguidilla de temblores, y no a un enjambre sísmico.

El enjambre se define como una concentración de sismos de baja a moderada magnitud en una misma zona geográfica y con un origen común, como ocurre en lugares volcánicos.

La reciente actividad sísmica en el norte, en cambio, se distribuyó a lo largo de un área extensa, con epicentros en distintos puntos, y con mecanismos distintos de ruptura.

¿Posible terremoto en la zona norte?

Entre todos los movimientos, dos fueron especialmente notorios y encendieron las alarmas: un sismo de magnitud 6.2 en Tocopilla y otro de 6.1 en Calama. Ambos se sintieron con fuerza en varias localidades de la Región de Antofagasta, generando evacuaciones espontáneas y preocupación entre los habitantes.

Estos episodios reavivan una duda constante en el imaginario colectivo: ¿pueden estos temblores ser una señal de que se acerca un gran terremoto?

La respuesta de la comunidad científica es clara: no existen métodos confiables para predecir con exactitud cuándo ni dónde ocurrirá un terremoto de gran magnitud.

Los sismos de septiembre pueden ser simplemente expresiones normales de la tectónica de placas, o podrían estar relacionados con el reacomodo de esfuerzos en la corteza. Lo cierto es que, por sí solos, no constituyen un anuncio seguro de un evento mayor.

Un territorio marcado por la subducción

Chile se encuentra en un límite de placas tectónicas activo, donde la Placa de Nazca se introduce bajo la Placa Sudamericana en un proceso llamado subducción. Esta interacción acumula grandes cantidades de energía que, de forma periódica, se libera en forma de terremotos.

El norte del país es considerado una de las zonas con mayor potencial sísmico no liberado. Históricamente, ha sido escenario de terremotos de gran magnitud:

  • En 1868, un terremoto de magnitud 9.0 afectó Arica y causó un devastador tsunami que llegó hasta Hawái y Japón.
  • En 1966, un sismo de magnitud 8.1 remeció Taltal.
  • En 2005, la Región de Tarapacá vivió un terremoto de 7.9.
  • En 2014, un evento de magnitud 8.1 sacudió Iquique, con evacuaciones masivas en toda la zona costera.

Este historial evidencia que el norte de Chile se encuentra en una región donde los grandes terremotos son parte del ciclo natural. Expertos como los del Centro de Investigación para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastres (CIGIDEN) señalan que, aunque los temblores recientes no corresponden a un enjambre sísmico, la energía acumulada en la zona de subducción sigue siendo significativa.

Un aspecto fundamental que transmiten los sismólogos es que la ciencia aún no puede predecir terremotos con exactitud, pero sí puede estimar probabilidades. Algunos estudios han calculado que existe una alta probabilidad de un terremoto mayor a 8.0 en el norte de Chile dentro de los próximos años. Sin embargo, esa probabilidad no implica certeza ni fecha exacta.

Aunque no se pueden predecir los terremotos, sí podemos prepararnos: la prevención es nuestra mejor defensa.

Frente a esa incertidumbre, lo más importante es la preparación. Tener un plan familiar de emergencia, identificar zonas seguras en el hogar, contar con un kit de insumos básicos y mantenerse informado a través de canales oficiales son medidas simples que pueden salvar vidas. También es clave la educación comunitaria: los simulacros y campañas de prevención fortalecen la resiliencia social ante desastres.

Referencias de la noticia

Centro de Investigación para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastres (CIGIDEN). Experto en terremotos CIGIDEN: “Los últimos temblores del norte de Chile no constituyen un enjambre sísmico”.

Centro Sismológico Nacional (CSN). Grandes Terremotos en Chile.