Terremoto en México causó un "tsunami" en cueva del Valle de la Muerte

Olas de más de un metro se registraron en una cueva del Valle de la Muerte, en Nevada, producto de la propagación de movimiento sísmico del terremoto ocurrido en México, a mediados de septiembre. Lo que impresiona más impresiona es que ¡hay más de 2.000 km de distancia entre ambos lugares!

Sepia del Valle de la Muerte
Uno de los sismos que sacudió México provocó olas en una de las cuevas del Valle de la Muerte a más de 2.000 km del epicentro del terremoto.

Apenas 22 minutos después de que la tierra temblara el lunes 19 de septiembre cerca de la costa suroeste de México, las aguas en el Parque Nacional Valle de la Muerte se agitaron y olas comenzaron a mojar las paredes de piedra caliza de las cuevas durante unos 30 minutos. La energía sísmica recorrió los 2.400 km que separan los dos puntos.

Las reverberaciones del terremoto provocaron lo que los científicos llaman un "tsunami del desierto" o incluso un "seiche: oscilación libre de la superficie de una cuenca, una bahía, un lago...". El terremoto ocurrido en México creó olas de más de un metro de altura en la cueva conocida como Devil's Hole (literalmente, el "Agujero del Diablo").

La cueva se encuentra a 2.400 km del epicentro del terremoto, en el Valle de Amargosa, en el estado de Nevada en Estados Unidos. La piscina de agua natural tiene aproximadamente 3 metros de ancho, 21 metros de largo y más de 152 metros de profundidad.

El agua en el Agujero del Diablo se ha convertido en un "inusual indicador de actividad sísmica" en todo el mundo a lo largo de los años, ya que terremotos en Japón, Indonesia y Chile causan ondas allí, explica la administración de ese parque nacional.

Esa misma semana, un otro terremoto afectó México, el 22 de septiembre, cuyo epicentro no estuvo muy lejos del anterior, y sin embargo, ¡no tuvo las misma consecuencias!: el agua no se agitó en el Agujero del Diablo, según indicó el ecologista acuático del Servicio de Parques Nacionales, Kevin Wilson.

Depende de la profundidad, la amplitud y la ubicación en el mundo”, revela el ecologista. Según él, solo los terremotos que se producen a lo largo del "Anillo de Fuego" del Pacífico y alcanzan o superan la magnitud 7 se evidenciarán en las aguas de esta cueva del Valle de la Muerte.

Los peces en el Agujero del Diablo se salvaron

"No encontramos peces muertos después de que cesaron los temblores", dice Kevin Wilson. De hecho, la bóveda es el hogar del cachorrito (Cyprinodon diabolis), una especie rara; única, endémica de Devil's Hole, se alimenta de las algas que crecen en la cueva.

Los individuos han sido capaces de hacer frente a los temblores. “Los peces han sobrevivido a varios de estos eventos en los últimos años”, recuerda el especialista. Las olas en la cueva agitan el sedimento y salpican las algas que crecen en la caverna.

Las olas pueden dañar especialmente los huevos de los cachorritos, una especie está en peligro de extinción. En marzo pasado, había 175 peces en la caverna en comparación a tan solo 35 individuos contabilizados hace 10 años. Las autoridades del parque llevan comida extra a los peces para asegurar su supervivencia.

Estos terremotos tienen un impacto positivo porque, a largo plazo, el movimiento sísmico ayuda a eliminar la acumulación de materia orgánica que, con el tiempo, puede absorber oxígeno de este ecosistema único.

El último fenómeno de seiche que causó olas en el Agujero del Diablo se registró en julio de 2019. Las olas alcanzaron los 4,5 metros, según el Servicio de Parques Nacionales, luego de un terremoto de magnitud 7,1 cerca de Ridgecrest, condado de Kern, California.