¿Se puede ir más rápido que la luz? Los efectos superlumínicos que están revelando nuevos secretos del universo

Aunque nada puede superar la velocidad de la luz, algunos fenómenos hacen que ciertas señales o reflejos aparenten hacerlo. Estos “efectos superlumínicos” están ayudando a descubrir nuevas claves sobre el universo, desde chorros cósmicos hasta experimentos en la Tierra.

Representación artística de cómo los efectos ópticos de chorros relativistas pueden generar la ilusión de movimientos superlumínicos en el espacio, observados desde la Tierra.
Representación artística de cómo los efectos ópticos de chorros relativistas pueden generar la ilusión de movimientos superlumínicos en el espacio, observados desde la Tierra.

Aunque la física dice que nada puede moverse más rápido que la luz, astrónomos de todo el mundo están observando fenómenos que —a simple vista— parecen romper esa regla. ¿Ilusión o revolución? Lo cierto es que estas “señales superlumínicas” abren nuevas ventanas para entender el cosmos.

No se trata de naves ni agujeros de gusano al estilo ciencia ficción, sino de efectos ópticos que engañan a nuestros ojos —y telescopios—. Luces que se expanden, reflejan o se duplican en el espacio pueden dar la falsa impresión de que algo se mueve más allá del límite cósmico. Y eso, científicamente, es fascinante.

Un destello en el cielo que lo cambió todo

La historia parte en 1901, cuando el astrónomo Thomas Anderson observó una explosión estelar en la constelación de Perseo. El material brillante parecía expandirse a velocidades cinco veces superiores a la de la luz. En ese entonces, no había explicación.

Representación realista de un “eco de luz” tras una explosión estelar, donde el brillo parece expandirse a velocidades superiores a la luz.
Imagen generada digitalmente de un “eco de luz” tras una explosión estelar, donde el brillo parece expandirse a velocidades superiores a la luz. Este fenómeno óptico ha sido observado en supernovas, galaxias activas y chorros cósmicos.

Hoy, sabemos que fue un “eco de luz”: un fenómeno óptico similar a un eco sonoro. Décadas después, en 1939, el francés Paul Couderc propuso la explicación.

La luz que rebota en diferentes partes del entorno llega a nuestros ojos en momentos distintos, generando la ilusión de velocidad extrema. Y este fenómeno no es raro: desde entonces, se ha detectado en numerosas explosiones estelares, galaxias activas y chorros cósmicos.

Chorros cósmicos que parecen salirse del mapa

Los chorros de partículas que lanzan los agujeros negros y las estrellas de neutrones son otro gran escenario donde aparecen estas ilusiones. Se mueven a velocidades cercanas a la de la luz, y según el ángulo desde el que los observamos, pueden parecer incluso más rápidos.

El chorro de la galaxia Centaurus A, por ejemplo, mostró en 2024 velocidades distintas según el tipo de luz observada: en radio, iba al 80 % de la velocidad de la luz; en rayos X, a 2,7 veces ese valor. ¿La clave? Son dos poblaciones de plasma que se mueven de forma distinta. Un rompecabezas de luz que revela cómo funciona el universo profundo.

¿Qué nos revelan estos efectos sobre el universo?

Estos fenómenos —aunque no violan ninguna ley física— nos entregan pistas sobre estructuras y procesos imposibles de reproducir en laboratorios terrestres. Desde la energía de los chorros cósmicos hasta la geometría de estrellas de neutrones, la “velocidad aparente” es ahora una herramienta de análisis.

La “velocidad aparente” se ha convertido en una lupa cósmica: revela estructuras extremas y secretos del plasma estelar que no podemos recrear en la Tierra.

El astrofísico Matt Nicholl señala que la dirección en la que apunta un chorro altera por completo cómo lo vemos. Si apunta hacia la Tierra, todo se ve más brillante y rápido. Con esta información, se pueden calcular presiones, inclinaciones y composición del plasma estelar. Un dato valioso en la astronomía moderna.

Espejos cósmicos y duplicación de luz

Otro efecto llamativo es la “duplicación relativista de imágenes”: cuando una onda en un chorro acelera, su luz puede llegar en dos momentos distintos, generando una curva de luz simétrica. Este “efecto espejo” podría explicar los picos múltiples observados en destellos de rayos gamma.

Ilustración de un estallido de rayos gamma: un chorro relativista apunta hacia la Tierra mientras genera un efecto espejo en su curva de luz, con picos simétricos que evidencian la duplicación relativista de la señal.
Ilustración de un estallido de rayos gamma: un chorro relativista apunta hacia la Tierra mientras genera un efecto espejo en su curva de luz, con picos simétricos que evidencian la duplicación relativista de la señal.

Y no es sólo teoría. El astrónomo Jon Hakkila lo ha observado repetidamente, con curvas de luz que presentan tres picos muy definidos. Las simulaciones sugieren que estamos viendo la misma señal, pero doblada por los efectos del movimiento casi lumínico.

El Observatorio Vera Rubin y los nuevos ojos del cielo

Una pieza clave para estos descubrimientos será el Observatorio Vera C. Rubin, en el norte de Chile. A diferencia de otros telescopios que solo apuntan a zonas específicas, Rubin escaneará el cielo completo cada pocas noches. Esto permitirá detectar estos destellos rápidos con mayor frecuencia.

Científicos como Robert Nemiroff y Tessa Baker creen que estos fenómenos superlumínicos podrían volverse tan comunes como la lente gravitacional, que tardó décadas en ser aceptada. Si vemos estos patrones repetirse, podremos usarlos como herramientas confiables para estudiar ondas de choque, explosiones estelares y mucho más.

De los cielos al laboratorio

En paralelo, físicos como Simon Horsley y Dominik Hornof han replicado estos efectos en laboratorio. Con láseres y materiales especiales, lograron generar reflejos que parecen moverse más rápido que la luz. Incluso, en simulaciones, algunos objetos aparentaron velocidades ¡22 veces superiores!

Simulación en laboratorio de un experimento óptico que recrea efectos relativistas: los reflejos láser aparentan moverse más rápido que la luz, revelando fenómenos similares a los observados en el espacio profundo.
Simulación en laboratorio de un experimento óptico que recrea efectos relativistas: los reflejos láser aparentan moverse más rápido que la luz, revelando fenómenos similares a los observados en el espacio profundo.

Esto no solo ayuda a entender lo que vemos en el espacio, sino también a mejorar nuestras herramientas para medir y analizar datos reales. La ciencia del futuro ya no está sólo en los cielos: también se está fabricando aquí en la Tierra.

Referencia de la noticia

Infobae. Astrónomos identifican señales que aparentan superar la velocidad de la luz.