Chile se suma a red global para impulsar las reservas de la biósfera como laboratorios vivos de sostenibilidad

La PUCV se une a una alianza internacional que demuestra cómo estos territorios son claves para frenar la pérdida de biodiversidad.

El equipo elaborará un informe que servirá de guía política para avanzar hacia los objetivos globales de biodiversidad al 2030, integrando ejemplos concretos y estrategias comprobadas en terreno.
El equipo elaborará un informe que servirá de guía política para avanzar hacia los objetivos globales de biodiversidad al 2030, integrando ejemplos concretos y estrategias comprobadas en terreno.

Entre montañas, bosques y mares, existen territorios donde la naturaleza y las personas intentan convivir sin dañarse. Son las reservas de la biósfera, lugares que la UNESCO designa como ejemplos de equilibrio posible entre desarrollo y conservación.

Hoy, un grupo de investigadores chilenos de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV) se suma a una red global que busca algo ambicioso: descubrir qué tan efectivas son estas reservas y qué podemos aprender de ellas para enfrentar la pérdida acelerada de biodiversidad.

El proyecto, llamado BECOME, reúne a universidades de Noruega, Canadá, Sudáfrica, Portugal y Suecia, bajo el financiamiento del programa Horizonte Europa.

La fórmula que reconcilia a las personas con el planeta

Hay lugares donde se prueban nuevas formas de coexistir con la naturaleza. Desde cultivos que conviven con árboles hasta comunidades que gestionan sus propios recursos. Así son las reservas de la biósfera, auténticos laboratorios vivos donde se ensaya el futuro de la sostenibilidad.

Según la UNESCO, existen 785 reservas distribuidas en 142 países, todas con un mismo propósito: conciliar la conservación con el bienestar humano. Pero ¿qué hace que unas funcionen mejor que otras? Esa es la pregunta que busca responder el proyecto BECOME.

El académico Andrés Moreira, del Instituto de Geografía de la PUCV, explica en un comunicado de la institución que el trabajo se apoya en tres pilares “conservación, desarrollo económico sustentable e investigación permanente”.

Cada reserva, dice, “es un espacio para aprender, adaptarse y compartir conocimiento entre comunidades y científicos”.

Lecciones que cruzan fronteras

El valor de BECOME reside en su banco de soluciones. Según explican en el comunicado de la PUCV, el proyecto no se limita a teorizar; ha identificado y documentado iniciativas exitosas y replicables en otros puntos del planeta.

Robledal en Santuario de la Naturaleza Cerro El Roble
El proyecto busca evaluar la efectividad de las reservas de la biósfera. Para ello, los investigadores utilizan datos de biodiversidad y gobernanza recopilados durante más de una década, buscando patrones que revelen qué estrategias realmente están funcionando y por qué. Créditos de la imagen: PUCV y A. Moreira-Muñoz.

En el norte de Marruecos, un grupo de agricultores aprendió a combinar árboles, pastos y ganado en un sistema de agroforestería resiliente, capaz de resistir sequías y mantener la productividad.

En Tailandia, las comunidades reciben pagos por proteger los bosques y las fuentes de agua, a través de un innovador sistema de servicios ecosistémicos.

Ambos casos, recopilados en el marco del proyecto BECOME, muestran que la sostenibilidad no es una teoría, es una práctica que puede adaptarse a distintos contextos.

Un puente desde Valparaíso

En Chile, la PUCV participa activamente en la creación del comité de la Reserva de la Biósfera La Campana–Peñuelas, un corredor biológico de más de 240 mil hectáreas que conecta el océano Pacífico con la cordillera de la Costa.

Este territorio —que abarca desde los acantilados de Playa Ancha hasta el cerro El Roble— es un microcosmos de los desafíos que enfrentan muchas reservas: la expansión urbana, la presión agrícola y la escasez hídrica.

Debemos tener la capacidad de innovar, de observar lo que está pasando en otras partes del planeta y de atender al conocimiento que se genera en los territorios –conocimiento ancestral en muchos casos–, para sintetizar todo y colaborar para transformar la vida de las personas”, recalca Andrés Moreira.

El proyecto BECOME concluye con un mensaje contundente, respaldado por los 142 países que albergan estas reservas: la armonía entre el ser humano y la naturaleza no es una utopía. Es una realidad que se está construyendo, con ejemplos concretos y replicables, desde los bosques de Tailandia hasta los cerros de Valparaíso.

Referencias de noticia

Erika Schubert. (2025). PUCV integra proyecto multinacional sobre reservas de la biósfera. Comunicado publicado en la sección de noticias de la Vicerrectoría de Investigación, Creación e Innovación.

BECOME. About the project. Información del proyecto publicada en su sitio web oficial.