Cuando el desierto fue verde: científicos buscan las huellas climáticas ocultas del Atacama
Un crucero internacional liderado por universidades de Europa, Estados Unidos y Chile investiga cómo el océano Pacífico dejó huellas de antiguos paisajes verdes en el norte del país.

El Desierto de Atacama se presenta al mundo como un paisaje marciano, un territorio de roca, sal y silencio donde la lluvia es un rumor lejano.
Sin embargo, oculto bajo su superficie árida y en el fondo del océano que baña su costa, yace la evidencia de un pasado radicalmente distinto. Un pasado donde el verde, no el ocre, dominaba la paleta de colores.
Una reciente expedición científica internacional, a bordo del buque alemán RV Sonne, se ha propuesto leer esas páginas perdidas del clima terrestre. Su objetivo es recolectar muestras de agua y sedimentos marinos frente al norte de Chile para reconstruir la historia climática del Atacama y su intrincada conexión con el Pacífico.
Leer el clima como quien lee capas de tierra
Reconstruir el clima del pasado va más allá de mirar cifras de antiguos termómetros. Como si fueran capas de un libro enterrado, los sedimentos marinos guardan información sobre lo que ocurrió en tierra firme hace miles de años.
Entre ellos participó Sergio Contreras, académico de la Facultad de Ciencias de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC), invitado a colaborar en este ambicioso proyecto de paleoclimatología.
“Cuesta imaginar que este desierto pudo haber sido verde o lluvioso, pero la evidencia está ahí”, explica Contreras en un comunicado de la institución.
“Hay registros milenarios que muestran bosques y, por ende, se infieren descargas de ríos importantes en sectores donde hoy no cae casi nada de lluvia”, agrega.
Ventanas microscópicas hacia el pasado del Desierto de Atacama
Una parte clave del trabajo fue el estudio del material particulado en el agua de mar. Diminutas partículas que llegan desde el continente arrastradas por el viento o antiguas descargas fluviales.
El equipo se concentró en zonas donde el desierto se encuentra con el océano, como la desembocadura del río Loa, Caleta Vítor y la Quebrada Camarones. Allí aún sobreviven oasis costeros que rompen la idea de un desierto completamente muerto.

“La gente suele pasar de largo por el desierto, pero en estos lugares hay vegetación, árboles y una riqueza arqueológica y antropológica enorme. Son verdaderas ventanas al pasado”, comenta Contreras.
Un grano de arena para entender el clima del planeta
Los datos obtenidos alimentarán investigaciones en Chile y el extranjero, incluyendo tesis de magíster y doctorado.
Entender cuándo y por qué el Atacama fue distinto ayuda a dimensionar cómo responden los sistemas naturales a cambios climáticos de largo plazo, algo fundamental en un escenario de calentamiento global.
Hoy, el desierto sigue pareciendo inmóvil. Pero bajo su superficie —y frente a su costa— la ciencia sigue encontrando señales de un pasado mucho más dinámico. Como si el Atacama, silencioso, aún guardara memoria de cuando el verde también fue parte de su historia.
Referencias de la noticia
USCS. (2025). Expedición internacional permitirá reconstruir la historia climática del Desierto de Atacama. Comunicado publicado en la web de la institución.