Cultivando hacia arriba: conoce las ventajas de la agricultura vertical

Este modelo no tradicional para obtener alimentos está ganando popularidad ya que permite, entre otras cosas, un uso eficiente del espacio, reducir el consumo de agua y una producción continua durante todo el año. Aquí te contamos más

Cultivos verticales
Mediante el uso de capas apiladas verticalmente, los agricultores pueden producir muchos más alimentos en la misma cantidad de tierra (o incluso en menos).

Sequía, un aumento acelerado de la urbanización, crecimiento de la población y cambio climático. Quisiéramos que esto solo fuera parte de las series de ciencia ficción, pero es una realidad que nos afecta y que tiene consecuencias directas en un ámbito muy importante de nuestras vidas: la producción de alimentos.

Pero no hace falta ser pesimista, ya que gracias a la ciencia y la innovación nacen nuevas técnicas que cultivan soluciones para la sociedad. En este sentido, la agricultura vertical está ganando terreno como una alternativa sostenible para abordar los desafíos alimentarios y ambientales del siglo XXI.

Mirando al suelo desde las alturas

La falta de espacio o poca disponibilidad de suelo no es un problema en la agricultura vertical. Los cultivos se apilan en lugar de plantar en una sola dirección horizontal, aprovechando la altura disponible. Para su implementación se pueden utilizar estructuras como rascacielos agrícolas o torres, donde las plantas crecen en estantes superpuestos.

Este modelo de cultivo ofrece respuestas ingeniosas a la escasez de tierras cultivables y a la necesidad de producir alimentos de manera eficiente y respetuosa con el medioambiente.

Una de las grandes ventajas del cultivo vertical es que se puede hacer en zonas urbanas. Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés), lugares como grandes almacenes abandonados o incluso sótanos de algunos edificios “pueden incluso duplicar las condiciones necesarias para cultivar (por ejemplo) la mundialmente famosa albahaca de Italia o la preciada fresa Omakase de Japón”.

Hidroponía y aeroponía, grandes aliadas del cultivo vertical

El problema de la sequía es un punto en contra de la agricultura tradicional –sí, esa que vemos en grandes campos o huertos–, ya que según el Banco Mundial ocupa el 70% del agua en el mundo.

Cultivo hidropónico
La hidroponía y la aeroponía son dos métodos de cultivo sin suelo que comparten el principio fundamental de prescindir de la tierra para suministrar nutrientes a las plantas y reducen el consumo de agua en comparación con los métodos tradicionales.

Aquí entra la agricultura vertical para jugar de ganador, ya que ofrece una alternativa para reducir el uso de agua, gracias a la implementación de dos técnicas que hacen el “match” perfecto al momento de cultivar hacia arriba:

  • hidroponía, donde las raíces de las plantas se sumergen en una solución acuosa rica en nutrientes y sin ningún tipo de sustrato;
  • aeroponía, donde se suspenden las raíces de las plantas en el aire y se rocían con una fina niebla de nutrientes, lo que se logra gracias a unos aspersores dentro del sistema que cada cierto tiempo expulsan la solución.

Al aplicar estas técnicas de cultivo el agua se recircula en el sistema, reduciendo el desperdicio y la dependencia de fuentes de agua no renovables

¡Y no solo eso! También es posible obtener una producción constante, aumentando la disponibilidad de alimentos frescos y reduciendo la vulnerabilidad ante eventos climáticos extremos o fluctuaciones estacionales.

Un método que echa raíces, pero aún hay grandes desafíos

A pesar de sus beneficios, los cultivos verticales enfrentan desafíos, como el costo inicial de la implementación y la demanda de energía para la iluminación artificial en interiores.

Gracias al rápido avance de la tecnología, estas problemáticas están siendo abordadas para lograr así que esta sea una opción real a implementar en todas partes.

El futuro de la agricultura sostenible parece vertical. Su capacidad para producir alimentos de manera eficiente, utilizando menos recursos y adaptándose a los desafíos cambiantes del clima y la población, la convierten en una alternativa emocionante para alimentar al mundo de manera responsable en las décadas venideras.