Diómedes: las "islas del Mañana y del Ayer" que conforman el límite entre Estados Unidos y Rusia

Imagina estar en un territorio y a solo cuatro kilómetros poder ver otro país, otro continente y otro día al mismo tiempo. Lo mejor es que no es ficción: en las islas Diómedes se vive este extraño suceso.

Las islas Diómedes son parte de distintas naciones y además cuentan con una gran diferencia horaria. ¿Por qué será? Créditos: NASA/satélite MISR (Terra).

Las islas Diómedes son un peculiar episodio de la división geopolítica en el mundo. Estamos en presencia del límite entre Estados Unidos y Rusia , dos superpotencias que colidan a tan solo 3,8 kilómetros . La Diómedes Mayor —también conocida como Ratmánov— pertenece a Rusia, mientras que la isla oriental Diómedes Menor es territorio estadounidense.

Forman parte de un mismo archipiélago dividido por una línea imaginaria que se extiende de polo a polo: a pesar de la corta distancia que las separan, hay 21 horas de diferencia entre ambas, debido a que las intercepta la línea internacional de cambio de fecha. Es decir, si miramos hacia Diómedes Mayor desde la otra isla, podremos ver el “futuro”.

Están ubicadas en el estrecho de Bering, pasaje de unos 80 km de ancho que conecta el Océano Pacífico con el Ártico y separa Rusia de Alaska. En promedio, el hielo marino se expande por toda la región durante el invierno en el hemisferio norte: aumenta hasta principios de abril, dependiendo del movimiento del viento y las olas, según detalla la ESA.

En este espacio silencioso, apartado de las urbes y rodeado por formaciones rocosas milenarias, convergen el mar de Bering y el de Chukchi.

El agua totalmente congelada entre ambas islas durante esta época del año, hace posible que se pueda llegar teóricamente a pie de un lado al otro —o visto desde otro modo, llegar caminando desde Estados Unidos a Rusia— pero no es del todo sencillo concretarlo.

Debido al aumento de la temperatura a nivel global, se ha experimentado una gran disminución de los hielos. En imágenes satelitales se puede apreciar este cambio, que dio lugar a un mayor flujo de barcos y de comercio entre los dos continentes, por lo que favoreció la conexión marítima.

Una historia de división

Todo partió en 1867, cuando Estados Unidos compró el territorio de Alaska a Rusia, incluyendo la isla Diómedes Menor. De esta forma, se estableció la línea fronteriza entre las islas, separadas por un estrecho paso al que denominaron “Telón de Hielo”, haciendo referencia más a la política que al clima regional.

Como ya se dijo, en invierno se forma un puente de hielo que conecta ambas islas; sin embargo, no se puede cruzar debido a que es ilegal: no hay aduanas en ninguna de las partes.

A pesar del frío extremo y de su ubicación remota, en Diómedes Menor viven 160 personas de pueblos originarios. Por el contrario, Diómedes Mayor está totalmente deshabitada, obligaron a sus pobladores a abandonarla en plena Guerra Fría, aunque sí cuenta con una base militar, una estación meteorológica y un puesto de guardias fronterizos. Por décadas, muchas familias quedaron divididas y en muchos casos no se podrán volver a encontrar.

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No se puede decir que no se han producido intentos de unión entre ambos territorios. Fue la nadadora estadounidense Lynne Cox quien hizo historia con su cruce en 1987, gesto que fue celebrado por los jefes de estado de ambos países, Ronald Reagan y Mijaíl Gorbachov. Esta hazaña alivió las tensiones de la Guerra Fría en su momento.