¿Por qué es tan importante el agua en la atmósfera?

A pesar de que el agua contenida en la atmósfera constituye una parte mínima de la existente en nuestro planeta, su importancia es vital. Participa en procesos de regulación de temperatura, en fenómenos atmosféricos e incluso el desarrollo de la vida. Conoce más a continuación.

Atmósfera
Sólo en las tres capas más cercanas a la superficie terrestre se ha detectado presencia de agua, siendo la Tropósfera (la capa más cercana a la Tierra) la que contiene hasta un 99% del agua meteorológica total.

A diferencia de otros planetas, la Tierra contiene una gran cantidad de agua, lo que hace posible la vida de millones de especies. Según el Servicio Geológico de EE. UU. (USGS) un 71% del planeta está cubierto de agua y otra cantidad, no menos importante, permanece en el ciclo hidrológico de la atmósfera.

A pesar de que la cantidad de agua en la atmósfera es casi insignificante al compararla con el volumen de los océanos, ella es extremamente importante para el clima y el desarrollo de la vida.

El agua en la atmósfera se puede encontrar en las nubes, en pequeños cristales de hielo —que suman aproximadamente un 6% del total— y en mayor medida como vapor de agua, lo que representa aproximadamente el 94% restante.

Sin embargo, en conjunto representan aproximadamente una milésima parte del agua total del planeta, pero a pesar de ser tan poco, es muy importante en procesos que determinan el clima, el ciclo hidrológico y el desarrollo de la vida.

Aporte del ciclo hidrológico

La Tierra es conocida por contener una gran cantidad de agua. Sólo basta con mirarla desde imágenes de satélite para poder apreciar el lugar que ocupan sus grandes océanos.

Planeta Tierra
La mayor parte del agua en la atmósfera y la corteza terrestre proviene del agua de mar, el agua dulce representa casi el 1% del total y los océanos cubren aproximadamente el 71% del área de la Tierra.

Sin embargo, poco se toma en cuenta que el ciclo hidrológico también aporta con agua, y a pesar de que es una milésima parte de litros de ella alrededor del mundo, su cantidad sería suficiente como para llenar 1,66 millones de piscinas olímpicas.

El proceso del ciclo hidrológico corresponde al conjunto de transferencias de agua entre la atmósfera, tierra y mar en sus estados sólido, líquido y gaseoso, donde el motor de estos movimientos es el Sol.

Durante el ciclo hidrológico, la mitad de la energía solar recibida anualmente en la superficie terrestre se utiliza para evaporar agua de los continentes y océanos, la cual se evapora permaneciendo en la atmósfera alrededor de 10 días, para luego condensarse y formar nubes, que posteriormente darán lugar a las lluvias. Este proceso se inicia y termina constantemente.

Según Frédéric Fabry, director del Observatorio de radar J. Stewart Marshall, "en la atmósfera hay aproximadamente el equivalente a 30 mm de lluvia en forma de vapor de agua disponible para caer sobre cualquier punto de la superficie de la Tierra. Eso es alrededor de 25 kg de agua por cada m2, y la mayor parte en forma de vapor de agua".

Dado que el área de la superficie de la Tierra es de aproximadamente 510 millones de km2, Fabry calcula que hay alrededor de 141 millones de billones de litros de agua en la atmósfera y si toda esta masa cayera a la vez, elevaría el nivel global del océano en aproximadamente 3,8 cm.

Ahondemos en esta hipótesis

Aunque es casi imposible que caiga de una vez toda el agua proveniente de la atmósfera, en el caso hipotético de que suceda un aumento de esta magnitud en el nivel del mar, tendría consecuencias nefastas, sobre todo para sectores costeros y las ciudades más bajas del mundo.

Además, si toda el agua cayera, no lo haría uniformemente en todo el mundo, ya que algunas áreas de la Tierra son más húmedas que otras, por ejemplo, los océanos tropicales y las áreas tropicales húmedas tienen la mayor cantidad de vapor de agua sobre ellas.

El cambio climático modificará el contenido de agua en la atmósfera. De continuar el calentamiento global, habrá mucho más vapor de agua disponible.

"La cantidad de agua en la atmósfera está controlada por el equilibrio entre el flujo que ingresa a la atmósfera y el flujo que sale. El flujo que entra está controlado por la evaporación de la superficie, y eso depende de si hay agua en la superficie, así como de la temperatura. La evaporación del agua requiere mucha energía que proviene del calor. Los océanos cálidos son donde la evaporación es mayor y en las áreas terrestres del Ártico es menor", explicó Fabry.

Otros factores también que pueden afectar son la geología y la topografía, como el terreno inclinado, que afecta la rapidez con la que el aire se mueve hacia la atmósfera, donde se enfría.

Frédéric Fabry advirtió que el cambio climático puede alterar la cantidad de vapor en la atmósfera en las próximas décadas, ya que "si las temperaturas suben, la evaporación de la superficie aumentará, al igual que la cantidad de agua en la atmósfera".