¿Qué beber durante y después de comer? Esto dice la ciencia

Durante el almuerzo solemos acompañar la comida con agua, infusiones o quizá una copa de vino, y luego seguir con más líquidos. Pero, ¿sabemos realmente cómo afecta a nuestro cuerpo?

agua en la comida
Las bebidas que acompañan nuestras comidas influyen más de lo que pensamos en la digestión.

La mayoría de nosotros acompaña sus comidas con algún tipo de bebida: desde un simple vaso de agua hasta un jugo, una infusión o una copa de vino. A veces lo hacemos por costumbre, otras por placer o para “ayudar a bajar la comida”.

Sin embargo, detrás de ese gesto cotidiano hay más ciencia de la que parece. Diversos estudios han explorado cómo influye lo que bebemos durante y después de comer en la digestión, la absorción de nutrientes y el bienestar general. Mientras algunos líquidos pueden favorecer estos procesos, otros podrían entorpecerlos levemente, según su composición, temperatura o cantidad.

Beber durante la comida

Durante años se ha repetido la idea de que tomar agua u otros líquidos durante las comidas “diluye los jugos gástricos” y retrasa la digestión. Sin embargo, la evidencia científica actual descarta esa creencia: el estómago humano está perfectamente preparado para procesar alimentos y líquidos al mismo tiempo.

  • Agua (natural, de la llave o purificada): Beber agua con la comida no diluye significativamente los jugos gástricos ni afecta negativamente la digestión en personas sanas. De hecho, Mayo Clinic señala que el agua ayuda a descomponer los alimentos y favorece la absorción de nutrientes, además de prevenir el estreñimiento.
agua
El agua sigue siendo la opción más segura para acompañar cualquier tipo de comida.
  • Agua con gas o aguas saborizadas sin azúcar: La versión con gas puede generar sensación de hinchazón en algunas personas por el dióxido de carbono; las aguas saborizadas, si no tienen azúcar añadida, pueden estar bien, pero los edulcorantes o aditivos pueden tener efectos secundarios leves si se usan con frecuencia.
  • Bebidas gaseosas azucaradas: Elevan rápidamente la glucosa en sangre, pueden producir sensación de pesadez o malestar, y no aportan fibra ni beneficios digestivos. Son las menos recomendables durante la comida si buscas bienestar digestivo.

En resumen, beber agua sigue siendo la opción más segura y neutra para acompañar cualquier plato, mientras que las bebidas azucaradas o con gas deben reservarse para ocasiones puntuales.

Jugos naturales

Un jugo recién exprimido puede parecer una opción saludable, y en parte lo es: conserva vitaminas, minerales y antioxidantes naturales. Sin embargo, al extraer el jugo se pierde buena parte de la fibra soluble de la fruta, clave para regular la absorción de azúcar y prolongar la sensación de saciedad.

Por eso, el cuerpo reacciona ante un vaso de jugo natural de forma similar a como lo haría ante un postre líquido.

Aun así, un jugo natural ocasional no representa un riesgo si se mantiene un equilibrio general en la dieta. Lo importante es recordar que no sustituye a la fruta completa, y si se van a beber durante la comida, conviene hacerlo en pequeñas cantidades.

Café, té e infusiones: el “después” más tradicional

Después del almuerzo o la cena, muchas personas recurren al café, al té o a infusiones digestivas. La ciencia coincide en que no hay problema en hacerlo, pero hay ciertos matices según el tipo de bebida.

infusiones
Infusiones herbales como menta o manzanilla favorecen digestión tras comidas copiosas.
  • Infusiones de hierbas: son las más beneficiosas tras una comida copiosa. Hierbas como el boldo, la menta, el jengibre o la manzanilla estimulan la producción de bilis, reducen los gases y ayudan a relajar el estómago.
  • Café: su cafeína y polifenoles pueden interferir ligeramente con la absorción del hierro y el calcio, por lo que se recomienda dejar pasar unos 30 minutos antes de consumirlo.
  • Té negro o verde: contiene taninos que actúan de forma similar, reduciendo la biodisponibilidad de algunos minerales, especialmente en dietas ricas en hierro vegetal.

En resumen, las infusiones digestivas son las más amables con el sistema digestivo después de comer, mientras que café y té conviene reservarlos para un rato más tarde.

Vino y bebidas alcohólicas

El vino ocupa un lugar especial en la cultura gastronómica chilena, y la ciencia ha reconocido ciertos beneficios asociados a su consumo moderado. En particular, el vino tinto seco, gracias a su contenido en polifenoles y resveratrol, puede tener efectos positivos sobre la salud cardiovascular. Sin embargo, el vino dulce contiene azúcares residuales que contrarrestan buena parte de esos beneficios.

Vino en la comida
El vino seco, consumido con moderación, puede tener efectos positivos en la salud cardiovascular.

Algo similar ocurre con la cerveza: si bien aporta compuestos antioxidantes y cierta hidratación, su contenido alcohólico y calórico la convierte en una bebida poco recomendable para acompañar comidas frecuentes. Las versiones sin alcohol pueden ser una mejor alternativa ocasional, especialmente si se consumen frías y en porciones moderadas.

En definitiva, tanto el vino como la cerveza pueden disfrutarse con moderación y preferiblemente junto a alimentos, pero no deberían considerarse parte de una rutina diaria.

Beber después de comer: cómo y cuándo hacerlo

La idea de que hay que "esperar una hora" antes de beber líquidos tras comer no tiene respaldo científico. Beber agua o infusiones suaves puede favorecer la digestión y prevenir el estreñimiento, siempre que se haga con moderación.

Algunos consejos simples pueden ayudar a elegir mejor según el tipo de comida:

  • Comidas livianas o vegetales: agua natural o saborizada con hierbas frescas.
  • Platos salados o ricos en proteínas: agua con gas o vino seco, en moderación.
  • Comidas abundantes o postres: infusiones digestivas (menta, boldo, manzanilla o jengibre).

Lo ideal es beber a pequeños sorbos, con líquidos a temperatura templada, evitando extremos de frío o calor que pueden irritar el estómago. Al final, lo que más importa no es cuándo bebemos, sino qué elegimos beber y en qué cantidad.

Referencias de la noticia

Mayo Clinic.(2024). Does drinking water during or after a meal help or harm digestion?