¿Qué suena cuando crujes los dedos? La respuesta científica es más extraña de lo que crees

Crujirse los dedos no es peligroso ni implica que los huesos se choquen. La ciencia descubrió que ese sonido proviene de burbujas de gas que colapsan dentro de tus articulaciones, ¡como una mini explosión interna! Te contamos todos los detalles.

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Crujirse los dedos: un gesto cotidiano que esconde una fascinante reacción biomecánica dentro de tus articulaciones. ¿Sabías que ese sonido no proviene de los huesos?

Seguro te ha pasado: doblas los dedos, giras el cuello o levantas los brazos al despertar… y de pronto, ¡crack! Ese chasquido tan familiar puede generar alivio, desconcierto o una curiosa satisfacción. Para muchos, incluso se vuelve parte del ritual diario, como si el cuerpo “hiciera clic” para comenzar bien el día.

Pero, ¿alguna vez te detuviste a pensar qué es lo que realmente suena dentro de tus articulaciones? La respuesta es más extraña —y fascinante— de lo que parece. Y no, por si lo dudabas, no estás rompiéndote los huesos ni reajustando nada fuera de lugar. La ciencia tiene una explicación que te va a sorprender.

No es un hueso roto, es ciencia

Cuando crujes los dedos, no estás forzando una fractura ni empujando huesos fuera de lugar. El famoso “crack” proviene de tus articulaciones sinoviales, las más móviles del cuerpo. Están rodeadas por una cápsula llena de líquido sinovial, una especie de lubricante natural compuesto de agua, proteínas y gases disueltos, principalmente nitrógeno y dióxido de carbono.

El famoso “crack” no viene de tus huesos, sino de burbujas de gas explotando en el líquido sinovial de tus articulaciones.

Al estirar o forzar una articulación, se genera una caída abrupta de presión en la cápsula. Como consecuencia, los gases se agrupan rápidamente formando burbujas. Este fenómeno se conoce como cavitación articular, y es exactamente lo que produce el sonido. Nada que temer… al menos en la mayoría de los casos.

Ilustración que muestra el proceso de cavitación articular en una articulación sinovial.
Ilustración que muestra el proceso de cavitación articular en una articulación sinovial: al estirar el dedo, disminuye la presión dentro de la cápsula y se forman burbujas de gas, responsables del característico “crack”.

Y si alguna vez intentaste crujir un nudillo dos veces seguidas, habrás notado que no suena. Eso es porque las burbujas de gas necesitan tiempo para disolverse en el líquido sinovial nuevamente. Este “período refractario” dura unos 20 minutos. Es decir, sí: tus articulaciones necesitan una pausa entre crujidos.

No causa artritis (pero tampoco es para abusar)

Por otra parte, durante décadas, nuestras abuelas nos advirtieron: "¡No te crujas los dedos, te va a dar artritis!" Pero la ciencia tiene otros datos. Un estudio publicado en The Journal of the American Board of Family Medicine no encontró relación entre el crujido frecuente y el desarrollo de artrosis en las manos.

Uno de los casos más curiosos sobre el crujido articular lo protagonizó el médico Donald Unger, quien durante más de 60 años se dedicó a crujirse los nudillos exclusivamente de su mano izquierda, dos veces al día, mientras mantenía intacta la derecha.

Eso sí: si el hábito se vuelve compulsivo o se hace con demasiada fuerza, puede irritar ligamentos, tendones, y provocar molestias. Así que como todo en la vida: con moderación.

¿Su objetivo? Demostrar si este hábito realmente provocaba artritis. ¿El resultado? Ninguna diferencia entre ambas manos. Esta autoexperimentación tan insólita como meticulosa le valió en 2009 el premio Ig Nobel de Medicina, una distinción que celebra investigaciones científicas inusuales pero reveladoras. Su experimento fue publicado como carta científica en Arthritis & Rheumatism.

¿Y por qué suena tan fuerte?

Investigadores de Stanford y École Polytechnique desarrollaron en 2018 un modelo matemático que demuestra que el sonido se produce cuando la burbuja colapsa parcialmente, generando una mini explosión acústica interna de hasta 83 decibeles, equivalente a una licuadora potente funcionando cerca de ti. ¡Tu cuerpo es más ruidoso de lo que crees!

Hoy, los crujidos corporales se han vuelto virales. Basta con visitar TikTok o Instagram para ver miles de videos de ajustes quiroprácticos con micrófonos ASMR (Respuesta Sensorial Meridiana Autónoma), que amplifican cada chasquido.

Muchos lo encuentran relajante, otros simplemente fascinantes. Pero ojo: ese contenido sin respaldo profesional puede generar expectativas poco realistas sobre los tratamientos.

Los expertos advierten que manipular el cuerpo sin supervisión puede ser riesgoso. El sonido de un crujido no garantiza que el tratamiento funcione, y no siempre es señal de mejora real.

¿Cuándo preocuparse?

No todos los sonidos articulares son inocentes. Si el crujido viene acompañado de dolor, inflamación, debilidad o sensación de bloqueo, podría indicar condiciones como artrosis, tendinitis o problemas en los meniscos. En esos casos, no hay ASMR que valga: lo mejor es consultar con un especialista.

Entonces, crujirse los dedos, la espalda o las rodillas no es peligroso por sí mismo. La clave está en hacerlo con suavidad y sin forzar el cuerpo. Y si te gusta el sonido… bueno, ahora sabes que lo que escuchas no es magia, sino pura física, anatomía, ¡y un poco de gas bajo presión!

Referencias de la noticia

-JABFM. Crujido de nudillos y osteoartritis de la mano.

-Journals. Visualización en tiempo real de la cavitación articular.

-The Conversation. ¿Por qué nos fascina tanto el crujido de los huesos? Ciencia (y mito) detrás de un sonido viral.