Menú dieciochero: las comidas y bebidas infaltables en las celebraciones de septiembre
La cocina dieciochera, que va desde empanadas a asados, es un espejo de nuestra historia, cargada de aromas, colores y sabores que representan la diversidad del país.

Septiembre en Chile no sólo significa banderas ondeando en cada rincón del país, sino también aromas inconfundibles que salen de las parrillas, hornos y cocinas.
Es por ello que cada 18 de septiembre, las familias y amigos se reúnen en torno a la mesa para disfrutar de preparaciones típicas que se han transmitido por años. Desde la clásica empanada de pino hasta los anticuchos bien sazonados, pasando por un buen asado y los dulces tradicionales, la comida se convierte en la protagonista de estas esperadas celebraciones.
Los imprescindibles del menú dieciochero
El recetario chileno es amplio y diverso, perfecto para quienes gozan con los sabores, aromas y texturas de las diversas preparaciones que te compartimos a continuación:
Las empanadas, un clásico de clásicos
Además de la tradicional empanada de pino, en estas fechas también se disfrutan las empanadas de mariscos, típicas de la costa, y las empanadas de queso fritas, crocantes y fáciles de comer en fondas.

También están las versiones dulces como las empanadas de manzana o de pera, muy comunes en el sur de Chile e ideales para quienes se atreven a degustar nuevos sabores.
Carnes a la parrilla y asados
El asado chileno sigue siendo el corazón de las celebraciones, con cortes como asado de tira, lomo vetado, entraña o costillar. En zonas campesinas, la plateada al horno de barro o el cordero al palo son protagonistas de las reuniones familiares.
Cada región le da su toque, acompañando con pebre, ensaladas frescas y papas cocidas o las famosas papas mayo.
Anticuchos para todos
Los anticuchos son una fiesta en sí mismos: trozos de carne de vacuno, cerdo o pollo, alternados con cebolla, pimentón y longaniza.

Hoy también se preparan versiones vegetarianas con champiñones, zapallo italiano, pimentón, tofu y papas baby, que permiten incluir a todos los comensales en la parrilla.
Sopas y guisos tradicionales
En muchas casas, sobre todo en el sur, siempre está presente una buena cazuela de vacuno o ave, perfecta para abrigar en las noches frías de septiembre.
El charquicán con huevo frito también se vuelve un plato recurrente en estas fechas, al igual que los porotos granados con longaniza de Chillán, clásica, si la temporada lo permite.
Panes y picoteos
El pan amasado, recién salido del horno de barro o de la cocina a leña, acompaña cualquier comida dieciochera y qué mejor si es acompañado de un buen pebre.

También destacan las sopaipillas, que se disfrutan también con pebre o con chancaca, y las tortillas al rescoldo, un manjar típico de las fondas más tradicionales.
Postres y dulces dieciocheros
Para cerrar, la mesa se llena de sabores dulces: los chilenitos, alfajores rellenos con manjar, las tortas de hojarasca, los calzones rotos y las roscas fritas. En algunos lugares también se preparan dulces de membrillo y leche asada, que recuerdan a la cocina de las abuelas.
Bebidas típicas para brindar
El brindis no puede faltar: desde la refrescante chicha hasta el popular terremoto, pasando por el vino pipeño y los cócteles tradicionales como el vino navegado o el borgoña con frutilla.

Cada uno aporta su cuota de alegría y sabor a la celebración siempre y cuando se beba con moderación.
Tradición y nuevas tendencias
Si bien los sabores clásicos siguen marcando la pauta, cada vez más las celebraciones incluyen opciones vegetarianas y veganas: empanadas de champiñón, lentejas o verduras, anticuchos de tofu y asados de vegetales que permiten que todos disfruten de la mesa dieciochera.
La innovación convive con la tradición, demostrando que la gastronomía chilena está viva y en constante evolución.
Las Fiestas Patrias son mucho más que un menú especial: son una oportunidad para reencontrarnos con nuestras raíces, valorar el trabajo campesino, compartir con seres queridos y brindar por Chile.
En cada plato servido hay un pedacito de tradición que nos recuerda quiénes somos y por qué celebramos con tanta alegría estas fechas. Comer juntos, con música y juegos, es también una forma de fortalecer lazos y mantener viva la esencia de ser chilenos.