El árbol chileno que florece antes que llegue la primavera: así es el litre, aliado del ecosistema nativo

Resistente, misterioso y de gran valor ecológico, el litre anuncia la primavera con su floración temprana y es clave en la biodiversidad del bosque esclerófilo.

litre arbol
El bosque esclerófilo chileno encuentra en el litre un aliado resiliente frente a sequías y presiones humanas.

En medio de los cerros de la zona central de Chile, cuando el invierno aún no termina del todo, aparece un árbol que comienza a teñirse de pequeñas flores blancas: el litre (Lithraea caustica). Su floración temprana lo convierte en un símbolo de transición hacia la primavera, mientras que su historia y características botánicas lo vuelven una especie fascinante y fundamental para los ecosistemas nativos.

A pesar de su mala fama, este árbol cumple un rol irremplazable: ofrece refugio a la fauna, sostiene la diversidad del bosque esclerófilo y ha sido parte de la cultura popular y la medicina tradicional chilena por siglos.

Cómo reconocerlo y por qué tiene mala fama

El litre es un árbol siempreverde endémico de Chile, presente desde la Región de Coquimbo hasta el Biobío. Puede crecer entre 2 y 12 metros de altura y se adapta con facilidad a suelos secos, pedregosos y laderas soleadas, lo que le permite resistir prolongadas sequías.

urticaria
La resina del litre puede provocar reacciones cutáneas, similares a una dermatitis, de intensidad variable.

Su fama proviene de la resina que liberan sus hojas y ramas al dañarse: una sustancia que, en contacto con la piel, puede generar reacciones alérgicas.

Estas van desde un enrojecimiento leve hasta erupciones con picazón intensa que se asemejan a una dermatitis.

En casos más sensibles, las marcas pueden durar varios días e incluso dejar manchas temporales en la piel. Quienes recorren zonas con abundancia de litre deben tomar precauciones simples: evitar tocar sus hojas directamente, usar mangas largas y, en caso de contacto, lavar la zona con abundante agua y jabón lo antes posible.

El litre en la historia y las tradiciones

El litre ha estado presente en la vida de los pueblos originarios del centro de Chile desde tiempos prehispánicos. Su fuerte asociación con la alergia cutánea que provoca lo convirtió en un árbol cargado de simbolismo y respeto.

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El litre en plena floración, un espectáculo que anuncia la inminente llegada de la primavera central chilena. Foto: M. Gardner, RBGE.

Algunas comunidades mapuches lo consideraban un árbol “bravo”, al que era mejor no acercarse sin antes pedir permiso. En la cultura popular campesina también se transmitió esta idea:

Se decía que el litre podía marcar a las personas con su contacto, pero a la vez se le reconocía como un guardián del monte nativo.

Muchas veces se le encontraba en antiguos caminos o linderos de predios, casi como un protector natural de los espacios. Su madera dura y resistente, se usó de manera ocasional en herramientas y cercos, aunque no fue tan popular como la de quillay o boldo.

Rol ecológico y multiplicación

Más allá de su fama de árbol urticante, el litre cumple un rol clave en la biodiversidad del bosque chileno. Sus flores son una fuente temprana de néctar para insectos polinizadores y sus frutos, pequeñas drupas oscuras, alimentan a aves como zorzales y tórtolas, que ayudan a dispersar sus semillas.

Además, su copa densa genera sombra y humedad, creando pequeños refugios para la fauna nativa en ambientes cada vez más presionados por la urbanización y el avance agrícola.

Quienes deseen multiplicar esta especie encontrarán más sencillo recolectar los plantines que germinan naturalmente bajo los árboles adultos, en lugar de sembrar sus semillas, que suelen presentar latencia y baja germinación.

Estos pequeños brotes, visibles en quebradas y laderas donde abunda el litre, pueden trasplantarse cuidadosamente para integrarse a jardines o proyectos de restauración. Así, cada ejemplar que se rescata y se establece es una nueva oportunidad para fortalecer la presencia del bosque nativo.