Peperomia sin secretos: cómo mantenerla frondosa y evitar que pierda hojas
La peperomia es una de las plantas de interior más queridas, pero también la más incomprendida. Descubre cómo mantenerla verde, frondosa y sin hojas caídas con estos cuidados clave.

La peperomia se ha ganado un lugar especial en los hogares gracias a su versatilidad y belleza. Es compacta, fácil de ubicar en cualquier rincón y sorprende con su diversidad: hay especies de hojas redondeadas, ovaladas, rugosas, incluso con tonos plateados o rojizos.
Su apariencia tropical la convierte en una favorita para dar un toque fresco y decorativo en espacios interiores. Sin embargo, aunque es bastante resistente, muchos se enfrentan al mismo problema: las hojas empiezan a caerse de manera repentina. Esta señal es un aviso de que algo en sus cuidados no está del todo correcto, y entender sus necesidades es la clave para mantenerla siempre saludable.
La luz: un punto medio vital
Uno de los errores más frecuentes es colocar la peperomia en lugares con poca luz, creyendo que al ser una planta de interior tolera la sombra total.

En realidad, proviene de ambientes tropicales donde crece bajo la protección de árboles, lo que significa que recibe luz abundante pero siempre tamizada.
Por otro lado, si se expone a sol directo durante horas, aparecen manchas marrones de quemadura que debilitan a la planta. La ubicación ideal es junto a una ventana orientada al este o al norte, donde pueda disfrutar de luz brillante durante el día sin recibir rayos directos.
Riego: menos es más
La peperomia tiene raíces carnosas capaces de almacenar agua, lo que le permite sobrevivir periodos cortos de sequía. Este detalle hace que el riego excesivo sea el enemigo número uno, ya que provoca pudrición radicular y caída de hojas.

Una planta encharcada empieza a mostrar hojas blandas que se desprenden con facilidad, mientras que el sustrato desprende un olor desagradable. Por eso, antes de volver a regar, conviene comprobar siempre que la capa superior de la tierra esté seca al tacto.
Durante los meses cálidos de primavera y verano, la planta agradecerá riegos más frecuentes, siempre moderados y ajustados a la evaporación natural del ambiente.
Sustrato ligero y drenaje seguro
Para mantenerse en buen estado, la peperomia necesita un sustrato que permita que el agua fluya y las raíces respiren. Un suelo compacto y arcilloso retiene demasiada humedad, lo que favorece hongos y pudriciones.

Lo ideal es preparar una mezcla ligera con turba, fibra de coco y perlita, materiales que aportan aireación y retienen solo la humedad justa. Esta textura imita las condiciones naturales de la planta en el sotobosque tropical, donde crece sobre suelos sueltos y ricos en materia orgánica.
Fertilización ligera pero constante
La peperomia no es una gran devoradora de nutrientes, pero responde bien a una fertilización suave durante la primavera y el verano. Un abono líquido balanceado, diluido a la mitad de la dosis indicada, cada 3 a 4 semanas es suficiente.
Un exceso de nitrógeno provoca hojas grandes pero débiles, que terminan cayendo. Lo mejor es un fertilizante equilibrado con fósforo y potasio, que fortalecen raíces y estructura.
Temperatura y humedad: equilibrio tropical
La peperomia se desarrolla mejor en ambientes cálidos, con temperaturas entre 18 y 25 °C, que son las condiciones que replican su hábitat natural. No tolera las corrientes de aire frío ni los cambios repentinos de temperatura, por lo que conviene mantenerla lejos de puertas y ventanas que se abran constantemente.
Un descenso brusco puede provocar que las hojas se desprendan como mecanismo de defensa. En cuanto a la humedad, esta planta no requiere ambientes extremadamente húmedos como otras tropicales, pero se beneficia de un nivel medio que evite que sus hojas se sequen.
La clave de una peperomia feliz
Al final, cuidar una peperomia es cuestión de equilibrio. No es una planta complicada, pero sí necesita que se respeten ciertos límites: luz suficiente, riego moderado, un sustrato adecuado y temperaturas estables.
Cuando alguno de estos factores falla, lo manifiesta dejando caer sus hojas, pero su capacidad de recuperación es sorprendente si se corrigen los cuidados a tiempo. Mantenerla en un ambiente constante y atender sus señales hará que siempre luzca verde, frondosa y lista para robar miradas.