Chile muestra su carta fuerte en la COP30: ciencia, territorio y empresas para una acción climática real

Una combinación de ciencia territorial y compromiso empresarial es la propuesta que Chile exhibió con éxito en la conferencia global

Chile en la COP30
Con reportes científicos, diálogos regionales y una inédita articulación público-privada, Chile expuso en Brasil cómo está construyendo políticas climáticas con evidencia, colaboración y enfoque territorial.

A menudo, la ciencia advierte sobre los peligros, la política debate las soluciones y el sector privado observa desde afuera. Este desencuentro ha sido un talón de Aquiles en la lucha climática.

Pero durante la 30ª Conferencia de las Partes sobre Cambio Climático (COP30) en Brasil, Chile llevó una historia distinta, la de un país que está construyendo mesas de trabajo donde todos estos actores caben.

Las delegaciones chilenas presentaron un modelo de gobernanza que busca que las políticas climáticas no se diseñen a espaldas de quienes investigan, ni de los territorios donde el cambio climático ya se vive.

Un modelo que baja la ciencia del laboratorio al territorio

¿De qué sirve el mejor dato científico si no comprende la realidad de un lugar? Esta fue la pregunta que guió al Comité Científico Asesor de Cambio Climático (C4).

Su apuesta fue radical: en lugar de informes escritos en torres de marfil, impulsaron la "co-producción". Casi 500 investigadores de Arica a Punta Arenas trabajaron juntos para crear cuatro reportes clave:

  • Nexo Agua–Energía–Alimentos: propone estrategias para gestionar simultáneamente estos recursos críticos en escenarios de estrés climático.
  • Salud y Clima: analiza cómo el aumento de temperaturas y eventos extremos afecta directamente la salud pública y los sistemas sanitarios.
  • Economía Circular: identifica oportunidades para reducir residuos y emisiones mediante nuevos modelos productivos basados en la reutilización y la eficiencia.
  • Nexo Océanos–Clima–Biodiversidad: detalla cómo los cambios en el mar impactan ecosistemas clave y subraya la urgencia de integrarlos en la acción climática.

Según detalla un comunicado del Ministerio de Ciencia, estos documentos se construyeron junto a los Diálogos Científicos para la Acción Climática, realizados en cinco regiones del país.

Allí, académicos, estudiantes, divulgadores, instituciones públicas y comunidades compartieron observaciones, prioridades y experiencias. El objetivo fue afinar los reportes con sensibilidad territorial, algo que usualmente se pierde en los informes técnicos tradicionales.

Cuando el sector privado decide sumarse de verdad

En otro pabellón, la conversación tomaba un giro distinto, pero conectado. La Alianza Unidos por la Acción Climática presentó su documento “NDC 3.0: Hoja de Ruta Climática para el Sector Privado de Chile 2025-2035”.

Esta guía busca traducir las metas nacionales —especialmente las establecidas por la Ley Marco de Cambio Climático— en acciones concretas para las empresas.

Al respecto, María Julia Arana, coordinadora de organización, aclaró en un comunicado que “no es un análisis teórico; es una herramienta práctica construida desde la realidad del sector privado”.

Carbono neutralidad
El documento reconoce 18 contribuciones clave hacia la carbono neutralidad y ofrece ejemplos de cómo industrias locales ya están ajustando su manera de operar.

El llamado a la innovación tiene respaldo internacional. La Agencia Internacional de Energía (IEA), en su reporte Net Zero by 2050, estima que casi la mitad de las reducciones de emisiones hacia 2050 dependerán de tecnologías que aún no están disponibles comercialmente, como baterías avanzadas, electrolizadores de hidrógeno o captura directa de carbono.

Este escenario refuerza por qué el sector privado chileno es esencial. Sin su capacidad de invertir, desarrollar y desplegar esas nuevas soluciones, la acción climática pierde tracción.

Una vitrina global para un desafío compartido

Mientras avanzan los días de la cumbre, el mensaje chileno resuena fuerte y claro: la acción climática necesita estructuras que sobrevivan a los ciclos políticos y conversaciones que integren ciencia, comunidades y empresas.

Esa estabilidad es clave para ecosistemas tan sensibles como los salares del norte, las zonas costeras y los bosques del sur, que sostienen buena parte de la biodiversidad local.

Así, entre pabellones y conversaciones de pasillo, Chile volvió a una idea que abrió esta historia: para avanzar en la acción climática, primero hay que saber leer lo que pasa en casa.

Esa lectura —científica, territorial y compartida— fue la que viajó a Brasil y la que ahora regresa como un punto cardinal, discreto, pero firme, para orientar lo que viene.

Referencias de la noticia

MinCiencia. (2025). Chile presentó en la COP30 su modelo de gobernanza climática para integrar ciencia y política en la acción climática. Comunicado publicado en la web de la institución.

Pacto Red Global Chile. (2025). Alianza Unidos por la Acción Climática se presenta en la COP30 para mostrar la experiencia de Chile en colaboración público-privada. Comunicado publicado en la web de la institución.

IEA. (2021). Net Zero by 2050: A Roadmap for the Global Energy Sector. Informe publicado en la web de la institución.