Intenso comienzo de temporada de incendios forestales en Australia

Los incendios forestales son un proceso natural con el cual conviven año a año los australianos. El clima local está cambiando, lo que a futuro, puede implicar en aumento de las áreas afectadas.

Nube de humo sobre incendio
El intenso calor genera corrientes verticales intensas que dan origen a espectaculares pirocúmulos. Montañas Azules, Australia.

Todos los años, con la llegada de los meses más calurosos, Australia convive con una serie de incendios forestales y de pastizales. A pesar de lo que muchos puedan pensar, la mayor parte de estos incendios que afectan a este gran país suceden de forma natural.

Durante el verano, centenares de kilómetros cuadrados de vegetación son consumidos producto del avance -muchas veces descontrolado- de estos incendios. Las autoridades de ese país monitorean constantemente los focos de incendio que se producen, de manera a reducir el impacto y daño a la vida de las personas.

Las características climáticas de esta gran isla situada entre el océano Pacífico, Índico y Antártico, hacen con que los incendios forestales tengan su punto máximo entre los meses de diciembre a marzo. Pero este año, esta temporada comenzó un poco antes.

El cambio climático que se observa a nivel mundial puede ser considerado la principal causa de este fenómeno: la tendencia negativa que se ha registrado en las precipitación en las últimas décadas ha llevado a un aumento de la superficie seca de pastizales y bosques.

Nubes de fuego

Los incendios forestales de gran tamaño son una fuente importante de calor, de emisión de partículas e incluso, humedad, producto de la evaporación generada por el fuego. El calor del incendio puede producir corrientes verticales intensas, que hacen con que el aire cargado de partículas y humedad, formadas en el mismo incendio, suban a regiones en la atmósfera donde la temperatura es menor.

Para la formación de nubes son necesarios tres ingredientes: humedad en la atmósfera, núcleos de condensación (partículas que atraigan la humedad) y algún proceso que haga el aire se sature (que alcance 100% de humedad relativa). Esto último sucede cuando se inyecta humedad al aire o cuando se producen movimientos verticales que hagan que el vapor de agua presente se enfríe y condense.

Cuando la humedad presente condensa sobre estas partículas generadas en los incendios, se forma un tipo singular de nubes: los pirocúmulos y los pirucumulonimbus. Estas últimas, tienen asociada actividad eléctrica, es decir, son capaces de producir rayos, los cuales al caer a tierra, pueden, incluso, generar nuevos focos de incendio.

Actualmente, en Australia hay más de un centenar de focos activos, localizados principalmente en las regiones norte y este, cercanos a la costa, que mantienen a las autoridades en alerta. Bomberos trabajan de forma incesante para detener el avance de muchos de estos focos a áreas pobladas. A pesar de esto, pérdidas materiales y de vidas humanas han sido inevitables.