El polvo cósmico podría haber traído los ingredientes de la vida a la Tierra, revela un nuevo estudio

Un nuevo estudio sugiere que los aminoácidos esenciales para la vida pudieron viajar hasta la Tierra adheridos a granos de polvo interestelar. Este hallazgo refuerza la teoría de que parte de nuestra biología podría tener un origen cósmico.

Representación artística de la Tierra primitiva rodeada de polvo cósmico y partículas interestelares.
Representación artística de la Tierra primitiva rodeada de polvo cósmico y partículas interestelares. Este material, rico en aminoácidos y compuestos orgánicos, pudo haber sembrado los primeros ingredientes que dieron origen a la vida en nuestro planeta.

Durante años, los científicos han debatido si los ingredientes de la vida nacieron aquí, en nuestro planeta azul, o si llegaron desde el espacio profundo. Ahora, una nueva investigación publicada en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society ofrece una pista fascinante: los aminoácidos, las moléculas base de toda forma de vida, podrían haber viajado hasta la Tierra a bordo del polvo cósmico.

El estudio, desarrollado por Stephen Thompson y Sarah Day, científicos de la instalación Diamond Light Source en Reino Unido, sugiere que diminutos granos de polvo interestelar fueron los encargados de transportar estos compuestos orgánicos, soportando las duras condiciones del espacio hasta aterrizar en nuestro joven planeta.

Una lluvia cósmica con potencial biológico

El equipo creó en laboratorio pequeñas partículas de silicato de magnesio amorfo, uno de los componentes principales del polvo cósmico, y las recubrió con aminoácidos como la glicina, alanina, ácido glutámico y ácido aspártico. Estas moléculas son las piezas fundamentales de las proteínas y enzimas que hacen posible la vida.

Representación artística de granos de polvo cósmico de silicato de magnesio con moléculas de glicina, alanina, ácido glutámico y ácido aspártico adheridas a su superficie.
Representación artística de granos de polvo cósmico de silicato de magnesio con moléculas de glicina, alanina, ácido glutámico y ácido aspártico adheridas a su superficie. Estas podrían haber sido las primeras portadoras de los ingredientes de la vida hacia la Tierra.

Luego, mediante espectroscopia infrarroja y difracción de rayos X de sincrotrón, los investigadores simularon el calentamiento que sufren los granos de polvo cuando viajan por el sistema solar primitivo, acercándose a las regiones más cálidas. Así pudieron observar qué aminoácidos eran capaces de resistir y adherirse al polvo.

Solo algunas moléculas, como la glicina y la alanina, habrían resistido el viaje a través del espacio, unidas al polvo cósmico que sembró los primeros ingredientes de la vida en la Tierra.

El resultado fue sorprendente: la glicina y la alanina se mantuvieron estables y lograron unirse al silicato, resistiendo temperaturas incluso superiores a su punto de fusión. En cambio, los otros aminoácidos se degradaron o se desprendieron fácilmente. Esta diferencia sugiere que solo ciertas moléculas podrían haber sobrevivido al viaje cósmico y alcanzado la Tierra.

Una selección natural… del espacio

Los científicos proponen que este comportamiento no es casual. Podría tratarse de un “mecanismo de selección astromineralógico”, es decir, un tipo de filtro natural donde solo algunos aminoácidos logran adherirse al polvo cósmico y sobrevivir.

Estos granos de polvo, cubiertos de hielo y materia orgánica, viajaban por el espacio en una danza cósmica. A medida que cruzaban la llamada “línea de nieve” —la frontera donde los hielos comienzan a sublimarse por el calor solar—, los aminoácidos quedaban expuestos al vacío y eran liberados hacia el espacio, o bien, caían sobre planetas jóvenes como la Tierra.

Así, mucho antes de que existieran océanos o vida, una lluvia de polvo interestelar rico en compuestos orgánicos podría haber sembrado nuestro planeta con los primeros ladrillos químicos de la biología.

Un origen entre estrellas y polvo

Según los autores, este proceso habría ocurrido entre 3.400 y 4.400 millones de años atrás, justo cuando la Tierra comenzaba a enfriarse y a formar océanos. En ese tiempo, el planeta aún recibía una lluvia constante de micrometeoritos, asteroides y cometas, muchos de los cuales también contenían materia orgánica.

Representación artística de la Tierra primitiva recibiendo una lluvia de polvo cósmico y micrometeoritos ricos en moléculas orgánicas.
Representación artística de la Tierra primitiva recibiendo una lluvia de polvo cósmico y micrometeoritos ricos en moléculas orgánicas. Esta “lluvia de vida” habría aportado los aminoácidos y compuestos básicos que ayudaron a iniciar la biología en nuestro planeta.

Los micrometeoritos antárticos actuales, así como las muestras de los cometas Wild 2 y 67P/Churyumov–Gerasimenko, confirman que la materia orgánica interestelar es abundante en el sistema solar. Sin embargo, el nuevo estudio sugiere que el polvo cósmico fue probablemente la fuente más constante y eficiente de carbono orgánico en la Tierra primitiva.

Esa lenta, pero continua “lluvia de vida” habría compensado la escasa producción interna de aminoácidos, permitiendo que la química terrestre diera su primer gran salto hacia la biología.

Una receta espacial para la vida

El hallazgo representa mucho más que un dato curioso: refuerza la idea de que la vida en la Tierra podría tener un origen compartido con el cosmos. Si los granos de polvo interestelar fueron capaces de conservar y transportar aminoácidos a través del tiempo y el espacio, entonces otros mundos podrían haber recibido el mismo impulso vital.

Además, la investigación combina disciplinas como astronomía, química y geología, demostrando que los misterios más grandes —como el origen de la vida— solo pueden abordarse desde la colaboración entre distintas áreas del conocimiento.

El polvo cósmico, ese material diminuto que flota entre las estrellas, podría no ser solo un vestigio del universo antiguo, sino el vehículo que encendió la chispa de la vida en nuestro planeta.

Referencia de la noticia

Stephen P. Thompson, Sarah J. Day. (2025). Estudio de laboratorio de aminoácidos en silicato de Mg amorfo mediante espectroscopia infrarroja y difracción de rayos X: implicaciones para la supervivencia y el transporte de compuestos orgánicos interestelares a la nebulosa solar y a la Tierra primitiva. Monthly Notices of the Royal Astronomical Society.

Phys.org. El polvo cósmico podría haber provocado la vida en la Tierra.