Científicamente comprobado: el calor nos baja el ánimo
Investigadores del MIT analizaron 1200 millones de publicaciones en redes sociales de 157 países a lo largo de un año. Concluyeron que cuando el termómetro marca más de 35°C, empeora significativamente el sentimiento general.

Los debates entre “veranistas” e “inviernistas” son clásicos en las redes sociales. Quienes prefieren el verano dicen disfrutar del calor y la luz solar por más tiempo, mientras los defensores del invierno argumentan que el calor impide tener un día normal y es más difícil de sobrellevar.
Más allá de si es un grupo particular el que reclama más a través de sus redes sociales, un análisis liderado por científicos del Massachusetts Institute of Technology (MIT) determinó que las altas temperaturas tienen un efecto negativo en el estado del ánimo de las personas, lo que es notorio en las publicaciones realizadas cuando el termómetro pasa los 35 °C.
Para llegar a esa conclusión, examinaron 1.200 millones de publicaciones en redes sociales de 157 países a lo largo de un año. Concluyeron que pasados los 35 °C, las emociones expresadas son aproximadamente un 25% más negativas en los países de bajos ingresos y un 8% más negativas en los países más ricos.
Efecto emocional y físico
Un estudio anterior había demostrado que el calor dificulta pensar con claridad, ya que enfriar el cuerpo requiere más energía que calentarlo. Ahora, los investigadores destacan que el nuevo análisis revela que las altas temperaturas también tienen efectos en el plano emocional. Se refieren a las consecuencias psicológicas del cambio climático, principal responsable del aumento de las olas de calor extremo.

“Nuestro estudio revela que el aumento de las temperaturas no solo amenaza la salud física o la productividad económica, sino que también afecta la percepción de las personas, a diario, en todo el mundo”, afirmó Siqi Zheng, investigador del MIT y coautor del estudio, en un comunicado.
Si bien los autores reconocen que hay un grupo que podría reclamar más que otro en redes sociales y que los usuarios de estas representan solo una parte de la población mundial (aproximadamente 70%-80% en países de altos ingresos y 30%-50% en países de ingresos bajos y medios), aseguran que quienes no son usuarios de Twitter o Weibo –principalmente personas mayores y niños–, son de hecho más vulnerables a las altas temperaturas, por lo que los resultados incluso podrían subestimar el efecto negativo general de las altas temperaturas.
Análisis de millones de datos
Para realizar el estudio, los investigadores evaluaron millones de publicaciones realizadas en 2019 en Twitter y Weibo. Utilizaron una técnica de procesamiento del lenguaje natural llamada Representaciones de codificador bidireccional de transformadores (BERT), para analizar 65 idiomas en los 157 países del estudio. De esta manera, lograron extraer el sentimiento de las publicaciones.
High summer #temperatures got you down? An analysis of social media in 157 countries finds hotter #weather is associated with more negative sentiments. The study, co-authored by CS3 faculty affiliate Siqi Zheng, appears in the journal One Earth. https://t.co/gchUVbC5aT
— MIT Center for Sustainability Science and Strategy (@mit_cs3) August 21, 2025
Cada publicación en redes sociales recibió una calificación de sentimiento de 0.0 (para publicaciones muy negativas) a 1.0 (para publicaciones muy positivas). Las publicaciones se agruparon geográficamente en 2988 ubicaciones y se evaluaron en correlación con el clima de la zona. Con este método, los investigadores pudieron deducir la conexión entre las temperaturas extremas y el sentimiento expresado.
“Este enfoque nos permite medir el impacto emocional del cambio climático a una escala que las encuestas tradicionales simplemente no pueden alcanzar, brindándonos información en tiempo real sobre cómo la temperatura afecta el sentimiento humano en todo el mundo”, enfatizó.
Referencias de la noticia
Artículo en One Earth. Unequal impacts of rising temperatures on global human sentiment.
Nota de prensa MIT. Study links rising temperatures and declining moods.