Científicos en Chile descubren helecho que vivió en una Antártica sin hielo
El fósil excepcionalmente conservado en isla Livingston entrega nuevas pistas sobre los bosques que cubrieron la Antártica durante la era de los dinosaurios

Bajo el hielo eterno de la Antártica yacen historias de un mundo perdido. Donde hoy solo hay desierto blanco, hace 90 millones de años se extendían bosques templados, humedales y una sorprendente diversidad de vida vegetal.
Un equipo científico chileno-japonés acaba de desenterrar una de esas historias, encapsulada en un fósil de helecho tan bien preservado, que ha permitido explorar estructuras que rara vez sobreviven al paso de millones de años.
La anatomía que sobrevivió al tiempo
Hace entre 90 y 66 millones de años, durante el Cretácico, la Antártica tenía bosques y dinosaurios recorriendo sus paisajes. En ese escenario crecía el helecho que hoy conocemos como Escuderia livingstonensis.
Según Marcelo Leppe, paleobiólogo del Centro GEMA-Universidad Mayor y coautor del estudio, “es el primer fósil permineralizado de Schizaeales descrito para la Antártica, con una anatomía finamente preservada que permite compararlo con especies vivas”.
La investigación, publicada en Annals of Botany, detalla que este tipo de preservación es poco común y proporciona información que los fósiles comprimidos no pueden ofrecer, permitiendo incluso observar detalles celulares y patrones de ramificación.
Huellas del antiguo ecosistema Antártico
Lo más revelador podría ser el contexto del hallazgo. Escuderia no estaba sola en aquel paisaje cretácico.
En la misma roca aparecieron raíces de coníferas, nódulos de hongos simbióticos y restos de otras plantas, pintando el retrato de un ecosistema maduro y diverso, con interacciones ecológicas similares a las que hoy sostienen los bosques del hemisferio sur.

Estos hallazgos coinciden con lo que se sabe del clima de la época. Durante el Cretácico, las concentraciones de CO₂ atmosférico eran muy superiores a las actuales y la Antártica experimentaba temperaturas que permitían el crecimiento de bosques templados en latitudes donde hoy el hielo domina por completo.
Un nombre que guarda historia y proyección
El fósil de esta planta no se parece completamente a ningún helecho moderno, pero su nombre lleva consigo una historia profundamente ligada a la ciencia antártica chilena.
El estudio es solo el primer paso. El equipo prepara comparaciones con materiales fósiles de Japón y el sur de Sudamérica, y proyecta reanalizar colecciones antiguas con técnicas no destructivas, como tomografía de rayos X.
Leppe adelanta que estas tecnologías permitirán revelar más piezas de este rompecabezas vegetal. “Este material inicia la reconstrucción ‘holofilogenética’ de Schizaeales al integrar características anatómicas y esporas en su contexto original”.
A primera vista, Escuderia livingstonensis es apenas un fragmento oscuro incrustado en roca. Pero su historia reabre un paisaje completo: un continente verde, diverso y vivo.
La misma Antártica que, capa tras capa de hielo, parecía haber borrado toda memoria de su pasado templado.
Referencias de la noticia
Harufumi Nishida, Marcelo Leppe C, Aya Kubota, Julien Legrand. (2025). Cretaceous diversity of Schizaeales in Antarctica, Escuderia livingstonensis gen. et sp. nov., a permineralized fertile organ from Livingston Island, and its ecological implications combined with associated biota. Annals of Botany.
INACH. (2025). Descubren fósil de helecho que habitó la Antártica durante la era de los dinosaurios. Comunicado publicado en la web de la institución.