De Taiwán a Japón en una canoa prehistórica: científicos recrean viaje de los primeros humanos en llegar a suelo nipón
Investigadores de Japón y Taiwán experimentaron y simularon los métodos que los pueblos antiguos habrían necesitado para navegar y desplazarse entre islas, cruzando una de las corrientes más fuertes del mundo.

El 7 de julio de 2019, una tripulación de cinco remeros comenzó una particular travesía. En una canoa de 7,5 metros de largo, llamada Sugime, pretendían cruzar desde Taiwán hasta una de las islas del sur de Japón, Okinawa. La particularidad del viaje no estaba solo en el tipo de embarcación elegida, sino en cómo esta había sido construida: usando las técnicas que habrían utilizado los humanos hace 30.000 años.
Detrás de ello había un grupo de investigadores liderados por la Universidad de Tokio, quienes desde 2013 trabajaban en probar cómo los primeros humanos que habitaron Taiwán lograron desplazarse hacia Japón. Ante la falta de pruebas arqueológicas, decidieron experimentar.
“La evidencia arqueológica, como los restos y artefactos, no ofrece una visión completa, ya que el mar, por naturaleza, los arrastra. Así que recurrimos a la idea de la arqueología experimental, en una línea similar a la expedición Kon-Tiki de 1947 del explorador noruego Thor Heyerdahl”, señaló Yousuke Kaifu, investigador de la Universidad de Tokio y líder del proyecto, en un comunicado.
Construcción imitó la de los humanos de hace 30 mil años
Probaron con balsas de juncos y de bambú que no pudieron cruzar la corriente de Kuroshio, una de las más fuertes del mundo. Así que decidieron construir una canoa como último candidato disponible.

La construcción se planificó para ser lo más cercana posible a lo que habría sido hace 30 mil años. Replicaron herramientas de piedra utilizadas en el Paleolítico Superior, con ellas talaron el cedro japonés y tallaron toda la embarcación.
El propósito principal del experimento fue probar si esta piragua prehistórica sin vela podía atravesar un estrecho de 110 km de ancho con una fuerte corriente oceánica.
La idea era también investigar el tiempo de viaje, la cantidad de esfuerzos requeridos y otras realidades del cruce de los primeros isleños en el archipiélago de las Ryukyu.

Para ello, los remeros (cuatro hombres y una mujer) viajaron sin instrumentos, guiándose solo por el sol, las estrellas, el oleaje y sus instintos. El viaje experimental duró 45 horas, recorrieron 25 kilómetros desde el este de Taiwán hasta la isla de Yonaguni, parte del archipiélago, aunque no la que habían puesto como meta.
“Fue desafortunado que los remeros avistaran primero la isla de Yonaguni debido a la luz artificial moderna, pero estaban en el camino correcto hacia la isla (de Okinawa) en ese momento”, aseguran en el paper.
Nuevos modelos del posible viaje
Varios años después, el equipo sigue analizando algunos de los datos que lograron durante el experimento, los que también se han utilizado para probar modelos y hacer simulaciones de cómo puede haber sido el viaje desde Taiwán a Japón hace 30 mil años.

En otro estudio publicado en la misma revista, otro grupo de investigadores – algunos de los que también participaron en la travesía experimental – desarrolló una serie de simulaciones para definir los métodos e itinerarios que habrían necesitado los pueblos antiguos para realizar estos viajes.
El análisis determinó las condiciones necesarias para cruzar a Yonaguni, combinando simulaciones basadas en tres modelos oceánicos y los datos del viaje experimental. Los resultados mostraron que el viaje habría sido posible tanto en los océanos modernos como en los del Pleistoceno Tardío si se hubiera utilizado una canoa con un lugar de partida y una estrategia de remo adecuados.
Además, estimaron que un viaje exitoso desde Taroko podría haberse realizado en aproximadamente 30 horas o un poco más si se mantenía la velocidad máxima de remo.
Referencias de la noticia:
- Artículo en Science Advances. Paleolithic seafaring in East Asia: An experimental test of the dugout canoe hypothesis.
- Artículo en Science Advances. Traversing the Kuroshio: Paleolithic migration across one of the world’s strongest ocean currents.
- Nota de prensa Universidad de Tokio. Ancient canoe replica tests Paleolithic migration theory.
- Sitio web del proyecto (en japonés).