Generación Sequía: una consecuencia más del cambio climático en Chile

Aunque la sequía más prolongada en la historia de Chile suma once años, la tendencia a la disminución de las precipitaciones comenzó con este siglo. Por eso, las nuevas generaciones “normalizaron la sequía, es decir, para ellos no existe”.

Generación Sequía
Para algunos, la sequía no es una condición anómala en el país, pues no recuerdan, o no habían nacido, en la época de lluvias abundantes.

Usted, ¿ya pasó los 30 años de vida?, o tú, ¿aún no llegas a los 20? Más allá de las diferencias propias entre generaciones, hay una que nos compete y que tiene relación con el estado del tiempo que les ha tocado vivir a cada una de ellas.

El hecho es que Chile padece la sequía más prolongada en su historia, la cual suma 11 años a nivel país y 13 años en la zona central (Valparaíso-Biobío). Aunque, según los registros de la Dirección Meteorológica de Chile (DMC), ya desde comienzos del presente siglo se observa una tendencia a la disminución en el monto anual de las precipitaciones. Es decir, hay una generación que no ha visto caer las lluvias que corresponden, especialmente, en el centro del territorio.

Laguna casi seca
Las lluvias que antiguamente llenaban, y algunas veces desbordaban, por las lluvias de invierno, ahora están casi secos. Las escasas precipitaciones producto del cambio climático y la megasequía se han vuelto "normalidad" para muchos.

Así surge la #GeneraciónSequía, esa de los niños, adolescentes y jóvenes que se han criado con la falta de precipitaciones como una constante. Esta generación ha normalizado la sequía, es decir, para ellos no existe. Para ellos el tiempo es así”, afirma el psicólogo, Gabriel Cáceres.

Por lo mismo, afirma el profesional, esta #GeneraciónSequíano percibe un cambio en la naturaleza, sino más bien, es lo que ha ocurrido siempre. Por ende, para ellos los relatos de las generaciones anteriores suenan a exageración. Cuando escuchan que antes llovía intensamente, que antes no hacía tanto calor, que los ríos tenían agua en sus caudales, etc. para ellos sólo es una exageración”.

Cifras elocuentes

Aunque la sequía afecta a gran parte del centro y sur del país, en la zona centro-norte es en dónde la falta de lluvias se hace más evidente. De hecho, 2020 cerró con un 38% de déficit de precipitaciones entre las regiones de Coquimbo y Biobío. Los casos más críticos se presentan en ciudades como Santiago y Chillán en dónde el año viejo dejó un poco más de la mitad de las lluvias que debiese en condiciones normales.

De hecho, la capital del país sólo recibió 5 eventos de lluvias importantes este año, en rigor, en junio y julio. Luego vivió la primavera más seca desde que existen registros sin ni una gota de agua desde el 25 de agosto en adelante.

Estas fueron las cinco lluvias importantes en Santiago (+10 milímetros) en 2020:

  1. 11 y 12 de junio: 21,4 mm
  2. 22 y 23 de junio: 43,5 mm
  3. 28, 29 y 30 de junio: 39,7 mm
  4. 4 de julio: 42,8 mm
  5. 20 y 21 de julio: 19,4 mm.

En total, Santiago recibió 187,7 milímetros de agua caída en 2020 cuando lo normal es que acumule 341,8 milímetros. Por lo mismo basta que caiga una gota de agua para que, por ejemplo, las redes sociales se revolucionen. “La generación anterior estaba acostumbra a los temporales, a los desbordes de ríos, en fin, algo que ya no ocurre. Por eso cuando llueve, aunque sea poco, para esta #GeneraciónSequía se transforma en algo extraordinario, fuera de la norma. Es más, para ellos puede marcar pautas y transformarse en algo catastrófico o tan especial que, por ejemplo, puede provocar la suspensión de las clases”, explica Gabriel Cáceres.

En cuanto a los efectos que produce el cambio climático, el psicólogo expresa que esta #GeneraciónSequía “no tiene la percepción de lo que hace el cambio climático, porque no han vivido su evolución, aunque son quienes más manejan el concepto por un tema cultural y de los medios de comunicación. Pero, ellos no lo han vivido desde su propia experiencia, porque nacieron con estos cambios en desarrollo. Eso explica, por ejemplo, que les cueste más disfrutar de la lluvia, porque para ellos, no es lo normal, concluye.