¿Nuestra sangre también envejece? Una investigación revela el cambio a partir de los 50 años

Un reciente estudio del Centro de Regulación Genómica de Barcelona revela que nuestras células madre sanguíneas pierden diversidad con la edad. Este cambio afecta la producción de glóbulos rojos y podría estar ligado al envejecimiento del cuerpo.

Glóbulos rojos.
Glóbulos rojos en acción: estas células esenciales transportan oxígeno por todo el cuerpo y también revelan señales del envejecimiento biológico.

Un estudio reciente del Centro de Regulación Genómica de Barcelona acaba de lanzar una bomba científica: ¡nuestra sangre también envejece! Y no es una metáfora poética, es literal. A partir de los 50 años, este líquido vital empieza a mostrar señales claras de desgaste.

La investigación, publicada en la prestigiosa revista Nature, se centró en las células madre sanguíneas —esas pequeñas fábricas biológicas que crean glóbulos rojos, blancos y plaquetas— y descubrió que con el paso del tiempo pierden diversidad.

A partir de los 50, nuestra sangre pierde diversidad celular y comienza a envejecer desde la médula ósea.

Es como si nuestro sistema sanguíneo pasara de una orquesta completa… a un solo violín desafinado. Esta pérdida de variedad podría estar detrás de varios males del envejecimiento, como inflamaciones persistentes y defensas bajas.

La sangre no solo lleva oxígeno y nutrientes, también cuenta la historia de cómo estamos por dentro. Y gracias a un análisis molecular de última generación, los científicos pudieron descifrar cómo cambian estas células madre con los años. Un verdadero GPS del envejecimiento que podría ayudarnos en el futuro a detectar, prevenir e incluso frenar los efectos del paso del tiempo en el cuerpo.

Así envejecen nuestros glóbulos rojos

Cada segundo, un adulto sano fabrica unos 2 millones de glóbulos rojos. Sí, ¡dos millones por segundo! Estas diminutas células —también conocidas como eritrocitos— nacen en la médula ósea, donde un ejército de células madre hematopoyéticas trabaja sin descanso para mantener la sangre en perfecto equilibrio.

A partir de los 50 años, nuestras células madre sanguíneas comienzan a perder diversidad, y con ello, la sangre envejece.

Pero, como todo en la vida, la fábrica también envejece. Con los años, este proceso se vuelve menos eficiente, como una máquina que empieza a chirriar. El nuevo estudio reveló que los cambios no solo se notan en el ritmo, sino también en el ADN: descubrieron unas marcas químicas llamadas metilaciones, una especie de código de barras epigenético que permite rastrear de qué célula madre viene cada glóbulo rojo.

Glóbulos rojos y ADN.
Glóbulos rojos y ADN: una mirada al envejecimiento celular. Las marcas amarillas sobre la doble hélice representan metilaciones, pequeñas señales químicas que revelan el origen de cada célula sanguínea.

¿Y qué hallaron? Que, en personas mayores de 50 años, la diversidad celular se reduce: muchas células madre se jubilan y unas pocas toman el mando. El problema es que esta producción en “modo automático” genera glóbulos rojos menos variados y menos resistentes, más vulnerables al estrés fisiológico y a las enfermedades.

Epigenética y la clave para mantenernos jóvenes

Usando técnicas epigenéticas de última generación —algo así como ponerle lupa al ADN sin alterarlo—, los investigadores lograron rastrear el “árbol genealógico” de cada glóbulo rojo. ¿El hallazgo? A partir de los 60 años, la mayoría de estos glóbulos venían de un puñado de células madre “dominantes”, mientras que en la juventud la producción era más variada, equilibrada y diversa, como un coro bien afinado.

El predominio de un puñado de clones madre puede hacer que todo el sistema sanguíneo se vuelva más frágil.

¿Y por qué importa esto? Porque ese desequilibrio puede activar un proceso silencioso, pero dañino llamado inflammaging: una inflamación crónica de bajo nivel que acompaña el envejecimiento.

Ilustración del envejecimiento sanguíneo
Ilustración del envejecimiento sanguíneo: con el paso del tiempo, nuestros glóbulos rojos pierden diversidad y eficiencia. La epigenética permite rastrear estos cambios, mientras que un estilo de vida activo puede ayudar a retrasarlos.

Cuando hay demasiadas células inmunitarias producidas por esas células madre dominantes, el cuerpo entra en una especie de “modo alerta constante”. Resultado: los tejidos se dañan y el envejecimiento se acelera como si alguien le hubiese pisado el acelerador.

Por ahora, no existe una solución mágica para frenar este envejecimiento de la sangre. Sin embargo, este estudio abre nuevas puertas para entender cómo prevenir o retrasar el deterioro del sistema circulatorio. Los científicos ya planean investigar qué tipos de células madre podrían ser clave para conservar una sangre joven por más tiempo.

Aunque aún no podamos evitar que la sangre envejezca, llevar una vida sana podría retrasar ese reloj interno.

Mientras tanto, lo mejor que podemos hacer es apostar por un estilo de vida saludable: mantenernos activos, evitar el sedentarismo, seguir una dieta equilibrada rica en antioxidantes, y realizar actividad física regularmente.

Referencias de noticia

- M. Scherer, I. Singh, M.M. Braun, et al. (2025). El rastreo clonal con epimutaciones somáticas revela la dinámica del envejecimiento sanguíneo.Nature.

-National Geographic. Una investigación en Barcelona muestra cómo la sangre empieza a envejecer cuando cumplimos 50 años. (2025).