¿Por qué se llaman El Niño y La Niña? Los fenómenos que alborotan el clima mundial

Lo que ocurre con la temperatura superficial del Océano Pacífico en la zona ecuatorial influye en los patrones atmosféricos de toda la Tierra. ¿Cuál es la diferencia entre ambas manifestaciones? ¿Por qué se producen? ¿Cómo se llegó a estos nombres?

anomalías te temperatura superficial del mar
Las anomalías de temperatura en las aguas del Pacífico ecuatorial siguen ganando fuerza. El Niño luego "nacerá". Fuente: https://earth.nullschool.net/.

“…que fue tan copioso que dio lugar a que el agua corriese por las calles, fenómeno rarísimo en la costa del Perú. Sea lo que fuere, lo cierto es que este fenómeno fue seguido de un cambio de la dirección de la corriente marina, de una elevación en la temperatura del mar, de una mortandad en los peces cuyos cadáveres eran arrojados en cantidad a la playa…” redactó el investigador, Antonio Raimondi, en el año 1867 tras recibir un copioso aguacero en Magdalena de Cao en la costa norte de Perú.

De acuerdo con los antecedentes recopilados por el ministerio de medioambiente de Perú, en los recientes 5 siglos se han concretado por lo menos 120 episodios del fenómeno El Niño .

El Niño no es una manifestación nueva y su estudio ha evolucionado con el tiempo hasta saber realmente de qué se trata. No es una corriente marina, ni un capricho puntual de la naturaleza, El Niño es un evento cíclico capaz de alterar el clima y muchos parámetros más en todo el mundo.

El Niño y La Niña

El Niño es una de las 2 caras que tiene la moneda. Su nombre completo es El Niño Oscilación del Sur (ENOS) y dice relación con “un fenómeno natural caracterizado por la fluctuación de las temperaturas del océano en la parte central y oriental del Pacífico ecuatorial asociado a cambios en la atmósfera”, señala la Organización Meteorológica Mundial (OMM).

La otra cara de esta moneda es La Niña, su contraparte. El Niño se relaciona con el aumento de la temperatura superficial del océano Pacífico en la zona tropical oriental. Con La Niña, ocurre lo contrario, se enfrían las aguas superficiales en el Ecuador oriental.

Si no está ni uno ni la otra, se habla de neutralidad. Y, por supuesto, lo que ocurre en el océano repercute en la atmósfera y, por ende, en nuestras vidas.

Vientos y mar

En época de normalidad mandan los vientos alisios que viajan de Este a Oeste sobre el Ecuador. Así impulsan las aguas cálidas superficiales del mar rumbo a Oceanía y Asia.

Cuando los vientos alisios se fortalecen y soplan con mayor intensidad de la habitual, mueven con más ímpetu el agua cálida del trópico hacia el occidente. Mientras que en el oriente predominan las aguas frías y se produce la surgencia, es decir, las aguas frías de la profundidad, ricas en nutrientes, alcanzan la superficie. Esto es La Niña.

Hay periodos en que este patrón se debilita, tanto así, que se invierte la dirección de estos vientos. En ese caso, el agua cálida superficial invade la costa sudamericana provocando mayor evaporación y, por lo tanto, dejando lluvias en este sector del continente. Este es El Niño.

¿Por qué los nombres?

El Niño se bautizó así durante el siglo XIX. Por aquel tiempo, los pescadores del norte de Perú apreciaron que casi todos los años hacia finales de diciembre, cerca de la Navidad, solía ocurrir un incremento de la temperatura del agua del mar.

Entonces le atribuyeron este calentamiento a la llegada de una corriente marina de aguas cálidas a la que llamaron la corriente de “El Niño en referencia al niño Jesús debido a la fecha.

¿Y La Niña? Bueno, posteriormente se le otorgó esa denominación para evidenciar que se trata de la manifestación opuesta.