Surgencia costera y Chile como potencia pesquera: el fenómeno que enfría el mar y alimenta a nuestro país

La surgencia costera es un motor oculto del océano chileno: trae aguas frías y nutritivas desde las profundidades, alimenta al fitoplancton y sostiene una cadena trófica poderosa. Gracias a este fenómeno, Chile se posiciona como una verdadera potencia pesquera.

Aguas frías golpeando la costa central de Chile.
Aguas frías golpeando la costa central de Chile, un recordatorio visual de la surgencia que alimenta la productividad del Pacífico. Crédito: Olas en Viña del Mar, Chile — Foto de Tom Winckels (@twinckels).

En las aguas de Chile ocurre un fenómeno silencioso, pero vital: la surgencia costera, una especie de “ascensor marino” que cada año alimenta a peces, aves, mamíferos, algas y también a millones de personas.

Este proceso, impulsado por el viento y la rotación de la Tierra, es el corazón del ecosistema más productivo del país: la Corriente de Humboldt, una fábrica natural de vida que explica por qué Chile es una de las potencias pesqueras del mundo.

Pero la surgencia no solo refresca nuestras costas; también determina la distribución de especies, sostiene la cadena alimentaria y define la salud del océano. Entender cómo funciona este mecanismo —y por qué es tan relevante— es clave en tiempos donde el clima cambia y los mares se transforman.

¿Qué es la surgencia costera y cómo funciona? El rol del Efecto Ekman

La surgencia costera es el proceso mediante el cual aguas frías y profundas ascienden hacia la superficie para reemplazar el agua superficial que es empujada mar afuera por el viento. Es una danza perfecta entre viento, océano y la rotación del planeta.

Todo comienza con el viento del sur, típico de la costa chilena. Cuando sopla paralelo a la línea costera, el océano siente una fuerza adicional: el Efecto Ekman, resultado de la rotación de la Tierra.

Este fenómeno provoca que el agua superficial no se mueva en la misma dirección del viento, sino desviada hacia la izquierda en el hemisferio sur. El viento empuja el agua superficial mar adentro, y el océano responde elevando aguas frías y llenas de nutrientes desde las profundidades hacia la costa.

El motor de la vida marina: por qué la surgencia es tan productiva

Cuando el agua rica en nutrientes llega a la superficie, ocurre un estallido microscópico: las microalgas (fitoplancton) se multiplican rápidamente gracias al sol y a este “fertilizante natural”. Este florecimiento desencadena una cadena productiva extraordinaria:

  • El fitoplancton alimenta al zooplancton.
  • El zooplancton alimenta a peces pequeños como anchovetas y sardinas.
  • Esos peces pequeños sostienen a especies mayores como jureles, merluzas, congrios y salmónidos salvajes.
  • Toda esta red sostiene aves marinas, cetáceos, lobos marinos y ecosistemas costeros completos.

La surgencia es tan eficiente que las zonas donde ocurre —como Perú y Chile— concentran algunas de las pesquerías más grandes del planeta. Según organismos científicos internacionales, entre el 10 y el 20% de la productividad marina mundial proviene de sistemas de surgencia, a pesar de que ocupan menos del 1% del océano.

Cadena trófica marina activada por la surgencia costera.
Cadena trófica marina activada por la surgencia costera: el ascenso de aguas frías y nutritivas impulsa al fitoplancton, peces y depredadores mayores, sosteniendo toda la productividad del ecosistema del Pacífico sur.

En otras palabras: mucho de lo que Chile pesca, exporta y convierte en alimento nace gracias a esta “corriente ascendente” que ocurre día tras día frente a nuestras costas.

¿Por qué la surgencia enfría el mar?

Si alguna vez te has bañado en la costa central y sentiste el agua helada en pleno verano, estabas viviendo la surgencia. Este fenómeno hace que aguas profundas y frías suban rápidamente, bajando la temperatura superficial del mar entre 2 y 6 °C.

La surgencia ocurre cuando los vientos paralelos a la costa empujan el agua superficial mar adentro. Luego, el océano compensa elevando agua fría y cargada de nutrientes desde el fondo, generando uno de los procesos más productivos del Pacífico sur.

Esquema del proceso de surgencia costera, donde los vientos y el Transporte de Ekman permiten el ascenso de aguas profundas ricas en nutrientes. Crédito: CEMarin.
Esquema del proceso de surgencia costera, donde los vientos y el Transporte de Ekman permiten el ascenso de aguas profundas ricas en nutrientes. Crédito: CEMarin.

Este mecanismo funciona gracias al Transporte de Ekman: en el hemisferio sur, el agua se mueve 90 grados a la izquierda de la dirección del viento. Así, la superficie se desplaza hacia el océano y las profundidades ascienden para reemplazarla, encendiendo la vida marina.

El enfriamiento también marca el clima costero. La surgencia mantiene mañanas con camanchaca, tardes ventosas y noches frías, mientras a pocos kilómetros los valles interiores pueden superar fácilmente los 30 °C. Es una danza perfecta entre viento, océano y temperatura.

Chile y la riqueza pesquera: un país alimentado por la surgencia

Al estar ubicado justo sobre la Corriente de Humboldt, Chile está en el lugar perfecto para que la surgencia florezca cada año. Gracias a este fenómeno:

  • El país destaca en captura de jurel, anchoveta, sardina común, merluza y especies pelágicas.
  • Alcanza niveles de biomasa comparables con gigantes pesqueros del hemisferio norte.
  • Sustenta una cadena económica que va desde pescadores artesanales hasta grandes industrias.
  • Alimenta a comunidades costeras que dependen del mar para vivir.

Sin surgencia, el océano chileno sería otro: más cálido, menos nutritivo y con mucho menor potencial biológico.

¿Puede cambiar la surgencia con el cambio climático?

La ciencia todavía debate cómo el cambio climático puede influir en la surgencia costera, pero ya se observan señales importantes. El calentamiento global podría modificar la intensidad de los vientos, un factor clave que determina si la surgencia se fortalece o se debilita cada temporada.

Eventos oceánicos como El Niño tienden a frenar la surgencia, elevando la temperatura del mar y reduciendo la disponibilidad de nutrientes. Esto afecta directamente la productividad biológica y pesquera de la Corriente de Humboldt, impactando a especies que dependen de aguas frías y ricas.

Mientras El Niño debilita la surgencia y empobrece el océano, La Niña la impulsa con fuerza, trayendo aguas frías llenas de nutrientes que reactivan la Corriente de Humboldt y sostienen especies clave como la anchoveta y la sardina.

En contraste, los períodos La Niña suelen potenciar la surgencia, fortaleciendo los vientos costeros y elevando el flujo de aguas profundas cargadas de nutrientes. Esta dinámica incrementa la fertilidad del océano y favorece la presencia de peces pelágicos como la anchoveta y la sardina.

Más allá de estos ciclos naturales, proteger la Corriente de Humboldt es esencial para mantener activo este mecanismo que sostiene tanto ecosistemas marinos como actividades humanas. La surgencia no solo enfría el mar: alimenta cadenas tróficas completas y sostiene economías costeras en todo Chile.