Cola de Mono: tradición líquida chilena para celebrar las fiestas de fin de año
Preparado con antelación, guardado en botellas recicladas y servido bien frío, el Cola de Mono, con y sin alcohol, representa una cocina doméstica, colaborativa y generosa.
El Cola de Mono es mucho más que una bebida de fin de año: es un símbolo afectivo de la Navidad y año nuevo chileno.
Su origen tiene distintas versiones, pero todas coinciden en su fuerte arraigo popular. Preparado con antelación, guardado en botellas recicladas y servido bien frío, el Cola de Mono representa una cocina doméstica, colaborativa y generosa.
Receta de Cola de Mono tradicional con alcohol
En los últimos años, esta bebida tradicional ha comenzado a dialogar con nuevas tendencias: ingredientes de autor, técnicas contemporáneas y guiños a la coctelería moderna con y sin alcohol.
A continuación, te compartimos una receta breve y práctica del Chef Cristian Urrutia, para quienes gustan esta preparación con alcohol:
En una olla, calentar 1 litro de leche junto a palitos de canela, clavos de olor y 1 cucharadita de vainilla o esencia de cola de mono. 100 gramos de azúcar, cáscaras de naranja, más una taza de café preparada, sin que hierva. Retirar del fuego, dejar entibiar y agregar 1 taza de aguardiente.
Mezclar bien, colar y refrigerar. Servir bien frío, idealmente espolvoreado con un toque de canela.
Recetas de Cola de Mono sin alcohol
Cada vez más personas buscan disfrutar de los sabores tradicionales de las fiestas de fin de año sin alcohol, ya sea por elección personal, bienestar o para compartir en familia.
En ese contexto, el Cola de Mono sin alcohol se consolida como una alternativa que mantiene la esencia del clásico chileno, con café, especias y cremosidad, adaptándose a nuevos estilos de vida, con versiones sin azúcar, vegetales o tipo mocktail, perfectas para brindar sin excesos y sin renunciar al sabor.
El bartender Edgar Martínez nos invita a beber el siguiente cola de mono:
“En un vaso corto, agregar hielo hasta completar tres cuartos de su capacidad. Verter 2 oz de infusión de uva, seguida de 1 oz de syrup de chai, que aportará notas especiadas y cálidas características de esta preparación. Incorporar 1 oz de espresso recién preparado, idealmente frío o a temperatura ambiente, para intensificar el aroma y el carácter del cóctel. Completar con 2 oz de bebida de almendras y revolver suavemente para integrar todos los sabores”.
Martínez sugiere servir de inmediato y, si se desea, decorar con un toque de canela o anís estrella para reforzar el espíritu festivo de esta versión sin alcohol.
Por su parte, Manuela Iturrieta, fundadora de Zona Libre de Alcohol, nos comparte una versión más ligera y saludable del clásico Cola de Mono. “Esta versión conserva el espíritu navideño sin alcohol ni azúcar refinada, ideal para disfrutar en familia o como mocktail festivo”, señala Manuela.
Ingredientes (para aproximadamente 1 litro):
1 litro de leche (de origen vegetal si prefieres).
5 clavos de olor enteros.
2 palitos de canela.
150 ml de leche condensada sin azúcar
Cáscara de 1 o 2 naranjas
1 cdta de nuez moscada
2 cucharaditas de esencia o extracto de Cola de Mono (si no tienes, puedes usar vainilla y especias aromáticas similares).
1 cucharadita de esencia de vainilla.
1 taza de café preparado (frío o tibio), para aportar el característico sabor.
Preparación:
En una olla mediana, calienta la leche junto con los clavos de olor y los palitos de canela a fuego suave, permitiendo que las especias liberen su aroma sin llegar a hervir.
Añade la esencia de Cola de Mono y la esencia de vainilla, removiendo suavemente para integrar los sabores.
Retira del fuego y deja reposar unos minutos para que la mezcla se infusione aún más con las especias.
Añade el café preparado, mezcla y cuela la bebida para retirar los clavos y la canela.
Sirve frío o con hielo, ¡listo para disfrutar sin alcohol ni azúcar añadida!
Tradición que evoluciona
El Cola de Mono sigue siendo un emblema de la identidad culinaria chilena, pero hoy se abre a nuevas interpretaciones que dialogan con estilos de vida contemporáneos, sin perder su esencia.
Ya sea en su versión clásica o reinventada, esta bebida continúa reuniendo a las personas en torno a la mesa, celebrando el sabor de la memoria y la creatividad local.