A68: el iceberg que fue un suceso en Internet pero terminó hecho agua

A68 estuvo cerca de convertirse en una gran amenaza para pingüinos en las Georgias del Sur. Pero finalmente derivó hacia aguas más calientes, cambió su recorrido, y terminó derritiéndose.

A68
El iceberg A68 llegó a tener una superficie 28 veces más grande que la ciudad de Buenos Aires.

El gran iceberg A68 fue el primero en ser rastreado casi a diario, y se transformó casi en una estrella de Internet cuando parecía amenazaba con encallar en las cosas de las Georgias del Sur y poner en riesgo a una enorme comunidad de pingüinos. Pero finalmente eso no ocurrió y el iceberg se fue desvaneciendo al moverse hacia aguas más cálidas.

El A68 se desprendió de la capa de hielo Larsen C en la Península Antártica en 2017 como uno de los mayores icebergs de la historia. En los momentos iniciales tenía una superficie de 5.800 kilómetros cuadrados, unas 28 veces más grande que la ciudad de Buenos Aires. Desde esa instancia, el iceberg se movió hacia el norte en una trayectoria zigzagueante por las corrientes del Atlántico Sur.

Finalmente su ruta comenzó a curvarse hacia la isla Georgia del Sur, donde se iba a encontrar con temperaturas algo más cálidas. De hecho, las olas y las aguas más cálidas lo rompieron en grandes trozos. Desde entonces, esos trozos se han fragmentado en pedazos demasiado pequeños para ser rastreados. Según indica LiveScience, el Centro Nacional de Hielo de EE. UU. rastrea los icebergs que tienen al menos 18,5 kilómetros de longitud o que tienen una superficie de al menos 68,5 kilómetros cuadrados. Según la base de datos del Centro, el trozo más grande ya no cumple los requisitos a partir del 16 de abril: sólo medía 5,5 km por 3,7 km.

Cuatro años de vida

Este iceberg también destacaba por su peso. De acuerdo a lo indicado por BBC, el bloque pesaba unas mil millones de toneladas. En las Georgias es común que mueran muchos de los icebergs más grandes atrapados en las aguas poco profundas de la zona y quedan condenados a derretirse poco a poco.

A68 se fue deteriorando por las grandes olas que hay en esa zona y las altas temperaturas del aire en el Atlántico. Simplemente se rompió en fragmentos cada vez más pequeños. Muchos análisis realizados a medida que avanzaba no se cumplieron y la vida de las Georgias pudo respirar aliviada. En declaraciones a BBC, Adrian Luckman, de la Universidad de Swansea en Gales, indicó que "es increíble que el A68 haya durado tanto tiempo".

Luckman agregó que si se piensa en relación con el grosor, es como cuatro trozos de papel A4 apilados uno encima de otro. Por ello es increíblemente flexible y frágil mientras se movía por el océano. Pero el A68 duró cuatro años así, aunque finalmente se rompió en cuatro o cinco trozos y luego éstos también se rompieron".

El iceberg más estudiado

Este iceberg fue estudiado y vigilado quizás más que cualquier otro iceberg. Gracias a las amplias imágenes de satélite, fue evidente cuando el enorme iceberg empezó a resquebrajarse por la tensión del movimiento sólo una semana después de haberse desprendido de la plataforma de hielo. Rápidamente se pudieron ver las grietas en el hielo y la diferencia de temperatura en el agua que lo rodeaba. Observaron cómo se atascaba en un monte submarino no muy lejos de donde se había desprendido y cómo luego hacía piruetas hacia aguas más cálidas en una corriente llamada el Giro de Weddell.

Recorrido A68
La ruta de A68 en sus cuatro años de vida. Fuente: ESA.

En noviembre de 2020, parecía que el A68 iba a estrellarse en las aguas poco profundas cerca de la isla Georgia del Sur, bloqueando potencialmente el acceso al océano de los pingüinos que se posan allí. Pero el A68 se desvió y, en su lugar, se fue ablandando y fracturando a medida que las olas lo tensaban y el agua caliente se filtraba y ampliaba las pequeñas grietas, según la BBC.

Los investigadores también trabajaron para intentar entender cómo un gran evento de este tipo afecta a los ecosistemas que lo rodean. Pero el clima antártico dificultó el trabajo. En 2018, una expedición del British Antarctic Survey se dirigió al lugar del parto para recoger muestras del fondo marino, pero se vio obstaculizada por el fuerte hielo marino. Una segunda misión en 2019 se vio igualmente frustrada. Una misión a la isla Georgia del Sur este último mes febrero fue finalmente exitosa. Los investigadores desplegaron dos robots marinos cerca de la isla para conocer cómo afectaba al ecosistema local la afluencia de agua dulce y fría procedente de los fragmentos derretidos del A68. Uno de los robots se perdió, pero el otro se recuperará en mayo y se analizarán sus datos.