Así o más claro: “Seguimos encaminados hacia la catástrofe climática"

Con los compromisos adquiridos por los gobiernos hasta el momento, el Acuerdo de París sería un rotundo fracaso. Naciones Unidas se juega sus últimas cartas para presionar, de manera directa, a los tomadores de decisiones a horas de la COP26.

Tierra; calentamiento global; clima extremo
Una serie de reportes de la ONU han dado cuenta de la peligrosa situación en que se encuentra la vida sobre el planeta. ¿Hasta cuándo se harán oídos sordos?

“Seguimos encaminados hacia la catástrofe climática". Así, directo y tajante fue el secretario general de Naciones Unidas (ONU), António Guterres, tratando de presionar a los tomadores de decisiones que protagonizarán la Conferencia sobre Cambio Climático (COP26) en Glasgow, Escocia, entre este 31 de octubre y 12 de noviembre.

El pesimismo en torno a los resultados de esta cumbre aumenta en la medida que se acerca la cita más trascendente después del Acuerdo de París en 2015, ya que “el liderazgo que necesitamos es inexistente”, advierte Guterres anticipándose a la falta de compromiso de los gobiernos, empresas y corporaciones de los países más desarrollados y los que más aportan a la emisión de gases de efecto invernadero (GEI) causantes del calentamiento global acelerado.

Durante las recientes semanas, los diversos estamentos de la ONU han publicado una serie de reportes que dan cuenta de la peligrosa situación en que se encuentra la vida sobre el planeta. El último fue el informe sobre la brecha de emisiones, el que muestra la realidad de cada país para reducir su producción artificial de GEI. Una de sus conclusiones es que estos “esfuerzos” al sumarse sólo conducirían a una reducción adicional de 7,5% de las emisiones anuales a 2030 en comparación con los compromisos anteriores. Un fracaso total.

Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), se requiere una reducción del 55% de estas emisiones para limitar el aumento de la temperatura global por debajo de 1,5°C, el máximo definido por los científicos como el escenario menos arriesgado para nuestro planeta y el futuro de la humanidad.

El riesgo de la extinción masiva

El informe concluye que las promesas de cero emisiones netas, si se cumplen en su totalidad, podrían suponer un avance y reducir el aumento previsto de la temperatura mundial a 2,2 °C. Sin embargo, estas promesas son "vagas" e incoherentes, advierte la ONU.

"El mundo tiene que despertar ante el peligro inminente al que nos enfrentamos como especie. Las naciones deben poner en marcha las políticas para cumplir con sus nuevos compromisos y comenzar a implementarlas en cuestión de meses", advierte Inger Andersen, directora ejecutiva del PNUMA.

El informe es rotundo: para poder alcanzar el objetivo de 1,5 °C, el mundo necesita reducir casi a la mitad las emisiones de gases de efecto invernadero en los próximos ocho años. Esto significa eliminar 28 gigatoneladas adicionales de CO2 equivalente de las emisiones anuales, además de lo prometido en las contribuciones determinadas a nivel nacional actualizadas y otros compromisos para 2030.

Los expertos señalan que los países tenían la oportunidad de utilizar el rescate fiscal y el gasto de recuperación de la COVID-19 para estimular las economías, fomentando al mismo tiempo un cambio hacia las bajas emisiones de carbono, pero "se ha dejado pasar en la mayoría de los países hasta ahora".

“Este informe es otra llamada de atención estruendosa. ¿Cuántas más necesitamos?... Los científicos tienen claros los hechos. Ahora los líderes deben ser igual de claros en sus acciones. Deben acudir a Glasgow con planes ambiciosos, con plazos y bien preparados de trabajo para alcanzar las emisiones netas cero", cerró António Guterres.